𝟐𝟖: 𝐬ó𝐥𝐨 𝐝𝐚𝐦𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨/¿𝐪𝐮𝐞 𝐦á𝐬 𝐭𝐞𝐧𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫?

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Decidimos salir del club nocturno a la playa que quedaba cerca de aquí, le envié un mensaje a Emma y Kevin Lara que no se preocuparán.

Tomados de la mano caminamos por la playa, sólo éramos nosotros dos y el ruido del mar.

Por primera vez en mi vida me siento una mujer completa, Robin es mi complemento.

— Quien lo diría ¿No?

— ¿Qué cosa? — Lo miró sin entender.

— Que venir a Ibiza iba cambiar nuestras vidas por completo, que aquí conocería a la chica que estuve buscando por mucho tiempo.

— Venir a Ibiza fue la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Nos detuvimos y quedamos frente a frente.

— Quiero estar contigo, siempre.

Nuestros rostro quedaron a poca distancia, suficiente para besarnos otra vez.

— Fer... — Murmura al separarnos — Quiero estará contigo siempre, pero aún no se lo he dicho a Alexandra.

Me separé por completo de él y frunci el ceño.

— ¿Qué?

— Aún no he terminado con Alexandra, lo haré cuando vuelva a Leeds con ella y...

— ¿Me estas jodiendo no?

— Fer no...

— ¿De verdad te cuesta terminar con ella? ¿Aún la quieres?

— Claro que no, es sólo que...no quiero que tú familia te odié.

— A mi no me importa si mi familia me quiere o no, lo que digan ellos me tiene sin cuidado.

— Aún así Fernanda, estaremos juntos, pero sólo dame tiempo.

— Yo no soy plato de segunda mesa de nadie Roberto.

— No estoy diciendo eso...

— ¡Claro que sí! Dices que no puedes terminar con la tóxica de Alexandra, que te dé tiempo ¿Acaso soy un juego para ti?

— No, nunca serás eso para mí. Yo te quiero, te quiero conmigo siempre.

— Mi mamá ya sabe que me enamoré de ti, no le gusto para nada eso y sé que con eso bastó para que la relación madre e hija se vaya a la mierda. Lo que diga el resto de mi familia no me importa...

Mantuve la compostura para no romperme frente a él.

— Fernanda, cariño...

¿Qué más tengo que hacer para que te puedas convencer que tú estás con otra que no te sabe querer? — Pregunté mirándolo a los ojos.

— Fer yo...

— Sólo déjate amar, Robin, que nos llegó la hora.

Acarició su mejilla dulcemente, pero un grito nos interrumpe, reconocería esa voz en cualquier parte del mundo.

— ¡Robin! ¡Se puede saber que carajos haces aquí con esta zorra!

Alexandra hace acto de presencia, maldita chismosa.

Me quité el collar que me regaló en nuestra primera salida.

— Esto es tuyo — Se lo dí — Mañana me voy a Berlín, si va a verme sabré que hay oportunidad para nosotros, pero si no lo entenderé todo y te pediré que te olvides de mi.

Finalicé para salir de ahí corriendo, ignorando los gritos de Robin.

Decido caminar hasta el hotel, aún hay personas en las calles así que no fue una mala idea de por medio.

Tantas cosas me han pasado aquí en Ibiza, y tantas cosas en las que tengo que pensar.

Lo único que espero es que Robin dejé a un lado sus inseguridades y la idea de lo que puedan decir terceras personas ajenas a esto.

Si no lo hace, saldré lastimada de todo esto.

Porque una vez más me habré enamorado del hombre equivocado, aunque yo pensara que él era el indicado.

Al que por tanto tiempo he estado esperando.

𝐋𝐄𝐓 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒𝐄𝐋𝐅 𝐁𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐃 || ROBIN KOCH ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora