𝟏𝟏: 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐜𝐡𝐚𝐫𝐥𝐚 𝐲 𝐫𝐚𝐦𝐨

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— Ya terminaste de comer así que ve y habla con él.

Emma me presiona al ver que por fin me terminé la última porción de mi plato.

— Sí sigues así me terminarás hartando y subiré a la habitación a dormir.

— Bien, bien, ya...

En este instante de la fiesta mis padres están en la mesa con mis tías y abuela.

— Oye — Miro a Emma — Noté que entre mi tía y tú...no se llevan bien.

Suspiró — Peleamos hace un día, sabes cómo es mi mamá a veces.

— Lo sé, conozco muy bien a mi tía — Asentí.

— Pero a pesar de esas diferencias que puedas tener con ella, es tu madre y te quiere. No dudes jamás del amor de una madre hacia su hija.

— Emma, a veces siento que mi mamá prefiere a mis primas. Con ellas tiene una mejor relación que conmigo, salen juntas, se cuentan todo y yo...siento que me hace a un lado.

— Fer, no digas eso. Mi tía te quiere, intenta solucionar esas diferencias.

— Pero ahora no quiero hablar del tema, mejor...

— ¿Interrumpo? — De inmediato mi mirada recae sobre Daniel que está frente a nosotras.

— Oh, hola Dani — Digo algo ¿Nerviosa?

— ¡Claro que no interrumpes! De hecho me iba ir ya, solo que no quería dejar sola mi prima — Emma se levanta de su silla — Ahora sí, iré a la terraza. Cualquier cosa me llamada al teléfono ¿Bien?

Antes que le pudiera responde a mi prima está desaparece de mi vista y me deja sola, con Dani.

— ¿Puedo sentarme? — Este me pregunta.

— Si, claro.

Daniel sonrió y se sentó en la misma silla en la que hace un instante Emma estaba.

— ¿Y eres amigo de Amanda? — Pregunto tratando de encontrar alguna tema par hablar, esto se está volviendo un poco incómodo.

— Si, la conocí por Omar, su esposo. Él es amigo de mi familia y eso lo convierte en mi amigo también — Los dos reímos por eso.

— Oh que interesante — Respondí — ¿De dónde es tu familia?

— Italia, mi familia es de Italia. Por obvias razones debo decir que tú eres de Alemania.

— Exacto, aunque mi padre es latino y mi madre es alemana.

— ¿Latino? ¿De qué parte?

— De Chile, mi padre es chileno.

— Wow, bueno en mi caso mi madre es latina, de Venezuela para ser más exactos.

— ¿En serio? Buah que casualidad ¿No?

Eso fue el inicio de una charla tranquila e interesante, pro primera vez en mucho tiempo me fue fácil mantener una conversación con una persona "desconocida".

Daniel, es un chico muy interesante y algo guapo, si soy sincera.

Al final los dos nos llevamos muy bien, creo seremos muy buenos amigos.

— ¡Fer! Tu prima lanzará el ramo ¡Ven! Si te lo ganas me lo das ¿Okey?

Emma llegó apresurada a nuestra mesa con una copa de vino en la mano.

— Emma, ahorita no puedo estoy hablando con Dani. Además ¿Para qué quiero un ramo?

— ¡Eso no importa! ¿Te molesta si te la robó por unos momentos?

— No, no hay problema — Daniel responde ríendo.

— ¡Ves! ¡ahora ven conmigo!

Emma me toma del brazo y me lleva hasta el centro de la pista de bailé dónde hay otras chicas a parte de nosotras.

Todo por un estúpido ramo, pensé.

— ¡Fíjate Alexandra! — Le reclamo a la odiosa de mi prima que me dió un codazo — Sólo es un ramo, común y corriente.

Amanda lanza el ramo lo más alto, varias se empujan por querer atraparlo.

Pero este lamentablemente cayó a mi, así que lo atrapó.

— ¡Dámelo! — Me pide Emma.

— ¡Felicidades Fer! — Grita Amanda — Eso significa que pronto habrá una segunda boda en la familia.

— Si, primero deja consigo la novio — Bromeé y algunos rieron.

Regreso a mi asiento con el ramo en mis manos, y Emma pidiendo lo, pero me costó atraparlo así que me lo quedaré.

— Felicidades — Miro a Daniel — Espero me invites a tu boda.

— Casarme no está en mis planes ahora, además no tengo novio.

— Tienes uno frente a ti — Emma señala a Daniel.

Basta, la voy a matar.

Siento mis mejillas arder, y miro d ella vergüenza.

Daniel solo ríe, y también me doy cuenta que se sonroja.

Emma finalmente vuelve a la terraza y me deja a solas con el italiano.

— Emma suele ser algo imprudente con sus comentarios, disculpala, por favor.

— Tranquila Fer, no me molesto en lo absoluto. Aunque concuerdo contigo, boda ahorita no.

Los dos reímos y continuamos con nuestra animada e interesante charla.

El dj coloca música más animada, y cada vez más personas se animan a bailar.

— ¿Quieres bailar? — Pregunta Daniel.

— Si, si — Respondo de inmediato.

Dejó el ramo sobre la mesa y nos pide la de pie al mismo tiempo y vamos directo a la pista de bailé.

Comenzamos a movernos al ritmo de la música.

𝐋𝐄𝐓 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒𝐄𝐋𝐅 𝐁𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐃 || ROBIN KOCH ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora