MOTHER || SephCloud

25. Mother

—Te extraño más... Te quiero alcanzar...

Cae en pie sobre el agua, generando pequeñas y suaves ondas en la superficie reflectante. Se inclina hacia adelante, ladeando la cabeza y el cabello rubio cayéndole por el hombro. Guiña repetidamente, con los ojos azules resaltando en su rostro aniñado. Endereza la espalda y da un prolongado silbido, atrayendo a una criatura emplumada que aterriza en su brazo. Aletea y reina suave, de alas enormes y de pálido color. Tal como él.

— ¿Lo hacen bien?

El pájaro hincha sus plumas y ulula agitando las alas. Ladea la cabeza hasta que el pájaro dice el nombre de la persona frente a él.

—Clooouudddr.

Exhala una risa sin gracia y sin mostrarla en su expresión. Da algunos mimos al ave antes de empezar a caminar hasta llegar a la orilla. De ahí en más, Cloud anda por el bosque. Multitud de animales van de aquí para allá, algunas yendo en su encuentro con la intención de recibir mimos. Detiene el andar cerca de cierto escándalo. Propiciado por personas de ropas simples, viviendas simples y vidas simples. El ave pasa a estar en su hombro y él, asomado nada más.

—Tienen más niños. —musita Cloud. La última vez que vino, solo había doce niños. Ahora puede ver al menos dieciocho. Quizá haya alguno dentro de casa.

Todos de cabelleras pálidas, ojos entre gris verdoso y aguamarina. Cabello liso y piel pálida. Cloud suspira desganado, andando en torno al poblado de considerable población, tarareando entre dientes a medida que lo hace.

Mantiene las manos en los troncos de los árboles. Apoyándose en ellos y mirando largamente. Se detiene al notar que un adolescente se lo queda mirando. Entrecierra los ojos y retorna sobre sus pies, decidiendo ignorarlo y tener la mala suerte de que lo siga.

—Tú eres-

El ave inicia vuelo y Cloud se desvanece en esponjosas nubes de humo que de alejan y disuelven. El adolescente regresa corriendo por dónde vino, diciendo lo que vio.

~ * * * ~

—Es un pequeño espacio nuevo. Los centrales están a pocos kilómetros. Con más niños y especies circulando. Intentan expandirse y por eso hay otro poblado ahora. Puede decirse que está yéndoles bien.

—Todos se ven igual que tú.

— ¿Es malo?

—Imagino que se volverán locos pensando que son dioses, igual que tú.

—Quieras o no, soy un Dios y tú también ¿Necesitas prueba aparte de que todos ellos son hijos tuyos?

Cloud frunce ligeramente las cejas, teniendo a Sephiroth encima susurrándole a la oreja. El pecho amplio del peli plata contra su espalda. Cierra un ojo por el beso en la cabeza y aprieta los labios al sentir la cercanía entre la entrepierna de Sephiroth y su retaguardia. Sephiroth da una risita. Percibiendo su incomodidad. Lo agarra sin problema y lo lleva hasta la cama enorme e irregular de tela blanca, doseles por doquier enredados en ramas de oro. Ensancha una sonrisa al verlo.

Por motivos ajenos a su comprensión, su rostro se hizo más aniñado en la transición. No lo molesta en realidad. Posee el mismo encanto andrógino con el que todo le sienta bien.

Por no decir que sus ojos se volvieron azules en su totalidad.

Combinando con la marca en forma de gota en su frente.

Cloud ve a Sephiroth. No ha cambiado nada. Al menos eso atina en su débil y fluctuante memoria que le asegura que hubo algo antes de todo esto. Lo da por sentado. El cabello largo y plateado, los ojos verdes que atraviesan el alma, perfección absoluta en su composición. La única diferencia, es que en su frente tiene un pequeño rombo de color negro. Incluso sus manos están manchadas de negro hasta el antebrazo. Mismas manos que ahora toman la cintura pálida de Cloud.