Capítulo 2: Uzumaki Naruto

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En una de las grandes naciones shinobis, específicamente en la Aldea Oculta entre las Hojas.

Uno de los shinobis entraba apresuradamente a la oficina del Tercer Hokage.

- ¡¡Lord Hokage!!.-

- No me digas... ¿Naruto haciendo de las suyas otra vez?.- Contestaba el hombre a cargo de la aldea.-

- ¡Así es, el imbecil de Naruto se atrevió a pintar sobre los rostros de sus ancestros Hokages!.-

- Pff...-

Afuera de la oficina del Hokage.

- ¡Naruto! ¡Ya deja de esta haciendo idioteces!.- Le gritaba uno de los ciudadanos a un pequeño rubio que se encontraba pintando sobre unas estatuas.-

- ¡Todos los días haces lo mismo! ¡¡Espera a que te agarremos!!.- Eran los gritos de un grupo de personas.-

- ¡¡Idiotas!! ¡¿Por que mejor no se callan?! ¡¡Ustedes no tienen las agallas para hacer lo que yo hago, soy el único que puede hacer esto!!.- Respondía el rubio colgado con una cuerda alrededor de su cintura para luego seguir pintando sobre los rostros esculpidos en la piedra.-

- ¡Naruto! ¡Baja de ahí ahora mismo!.- Ordenaba uno de los shinobis.-

- ¡Mierda, es Iruka sensei!.- Decía Naruto alterandose.-

Luego de unos minutos, en una sala de clases se encontraba Naruto amarrado junto al pupitre del sensei, siendo observado por todos sus compañeros.

- ¡Mañana, todos tus compañeros pasarán su examen final y pasarán! ¡¿Hasta cuando piensas reprobar?!.- Regañaba Iruka a Naruto.-

- Seh... lo que digas...-

Tras esta respuesta, el enfado de Iruka era más que notable por lo que decidió castigar a todos sus alumnos por culpa de Naruto.

- ¡¡Tienen que hacer una figura parecida a la de su maestro!!.-

Todos bufaron de fastidio y sin otra opción lo hicieron, ahora era el turno de Naruto Uzumaki en hacer la prueba.

- Rayos... esto no es divertido...- Pensaba el rubio para pasar al frente.- Bien... ¡¡Transformación!!.-

Naruto posicionaba sus manos y se transformaba siendo cubierto de humo, al desaparecer de a poco, del humo salía una hermosa figura de una mujer completamente desnuda, solo siendo cubrida en las partes necesarias gracias al humo. Esto causaría que su maestro tuviera un gran derrame nasal.

- ¡¡Jajaja!! ¡A esté le llamo mi Jutsu Sexy!.-

- ¡¡IDIOTA!! ¡¡TE LA PASAS PERDIENDO TÚ TIEMPO Y TÚ TALENTO EN ESTUPIDECES!!.- Volvían los regaños de parte de Iruka.-

Cerca del atardecer, Naruto se encontraba con un paño limpiando la pintura de los rostros de los antiguos Hokages, supervisado por Iruka.

- Maldición... maldición...-

- ¡Te quedarás aquí hasta que dejes todo esto como estaba!.- Advertía Iruka que estaba vigilando su trabajo.-

- ¡Que importa! ¡No es como si alguien estuviera esperándome en casa!.- Decía fastidiado Naruto para seguir limpiando.-

Iruka sentiría una gran tristeza por las palabras de Naruto ya que conocía mejor que nadie su situación.

- Naruto...-

Yo en NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora