Revelación de Maya

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Voy despertando con lágrimas en los ojos.
¿Qué clase de historia acabo de soñar? Todo invención de mi mente. Pude hilar los reportes de Fenrir...
Arrojo ya sintió que desperté. Me abrazo, y pregunto si estoy bien. No sé cómo empezar a decirle.
Me quede en silencio lo que parece haberlo inquietado.
Creo que busca mi rostro.
¡Ya descubrió que estoy cubierta de lágrimas!
Yo me volteo para abrazarlo fuerte.
Él claramente sigue sin entender. Voy a contarle poco a poco.
-Soñé algo muy lindo. Dije feliz. Él me beso contento.
Está jugando con mi cabello, yo sé que quiere saber sobre el sueño.
-Parece que pude entrelazar todas las notas que Fenrir consiguió, tengo una suposición de como pasaron las cosas para la princesa del Norte.
Arrojo esta más intrigado aun.
-Cuéntame tus sospechas. Me pidió.
Aunque este alegre y esto sea como una revelación, realmente lo que soñé es todo lo contrario a felicidad.
-Era niña, y parece que muy traviesa. Estaba fuera de un estudio que supongo pertenece a Fenrir. Él rey subestimó a Ocídas porque claro que tenía una menor cantidad de lobos guerreros, pero eso lo llevo a la derrota. Cuando creí que me descubrirían espiando quise alejarme del estudio, pero no supe para donde ir, porque seguro había enemigos dirigiéndose a mi dormitorio.
Por fin corrí, pero luego tropecé con un lobo del Oeste, intente seguir, pero casi de inmediato me encontré a otro soldado que si me atrapo. Me levantó en brazos, para después estrellarme con la pared, me golpee muy fuerte la cabeza, pero ¡por la Luna! apareció un lobo del Norte y golpeo al del Oeste, así que quede libre. De todas maneras mi vista estaba borrosa y no tenía mucho control de mí. El valiente soldado del Norte me tomo en sus brazos, y corrió conmigo para intentar huir, bajó las escaleras, y sorprendentemente consiguió salir del castillo. Yo iba casi inconsciente... Por un momento imaginé que lograríamos salvarnos, pero justo entonces él cayó al piso conmigo.
Esta vez mi ropa...

Se me está yendo la voz, el llanto está regresando.
Arrojo me apretó hacia él. Necesito contar todo lo que paso para poder entender y superarlo.
-Yo estaba usando un fino vestido color azul que se manchó con la sangre del guerrero, y él ya no se levantó. No pude ver con mucha claridad al bandido que lo ataco, pero sé que era un soldado de Ocídas que sostenía una espada con la que creo golpeo al del Norte en la cabeza. Me dolían las piernas, los brazos, y mi visión no mejoraba, pero en memoria del hombre que había intentado salvarme me levante y corrí con todas mis fuerzas, hasta que me perdí en la multitud que luchaba por protegerse del fuego. Seguí hasta perder por completo la conciencia, pero sabía que estaba en la dirección correcta...

Rompí en llanto al terminar de hablar. No quiero hacerme muchas ilusiones. Sigo en los brazos del que paso de ser mi príncipe, a ser rey, pero para recuperarme, ocupo soltarme de él y levantarme para hablar con mi dama y alguien que pueda entregar una carta rápido. Voy a exigirle al Este, alguna nota o testimonio del día que fui encontrada... Algo como lo que Fenrir nos entrego debe haber.

Que sorpresa tan grata resultó ser tu sueño querida reina. Aunque siento que tu esposo no debe estar tan asombrado. Arrojo está al tanto de cuando llegaste al Este, el mismo tiempo en que Anuk se perdió. Luego fuiste engañada cuando te dijeron que eras una omega. Siempre fuiste una alfa.
Insisto en que Brío siempre fue un miedoso. Le fue más simple hacerte sentir débil, para hacerle creer al mundo que él era fuerte. No es difícil deducir lo que digo.
Arrojo piensa igual, desde que te conoció, como sabía que Idara estaba encerrada, tuvo un descarte directo. 

Su altezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora