Sin princesa

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Velkan y su prometida tendrán una ceremonia de mates pronto. Espero no sea muy concurrida. Somos muchas sirvientas, pero siempre me designan a mí para las labores más cansadas.
Como por ejemplo estar atendiendo al príncipe mientras está en la sala privada de los alfa, platicando con el padre de su futura esposa. Hay otras dos sirvientas aquí, pero por algún motivo soy a la única a la que molesta con peticiones tontas.
Hablando del futuro rey del Este, Velkan me llama:
-Maya, traeme agua. Me ordeno sonriendo con orgullo.
Hace rato también me pidió agua, y que pusiera un jarrón con flores que por supuesto tuve que salir a cortar.
De nuevo me limite a inclinar la cabeza con respeto, para después caminar a la cocina por agua. Si de verdad tiene tanta sed ¿Por qué no le dijo a cualquiera de las otras sirvientas que están aquí? De igual manera tengo que soportarlo. Dependo de esta mansión para vivir.
Empecé a hablar conmigo misma, "Tranquila Maya, ¿Sabes lo que es un príncipe? sí, es un idiota con corona".
Creo que me llevare ahora una jarra de agua conmigo, y algunos vasos y los pondré cerca, y con suerte hasta se ofrece a servirse solo.
Ya no falta tanto para la cocina, pero me parece un fastidio.
He recorrido este mismo camino tantas veces.
Regresé con el agua, la cual Velkan bebió de inmediato para poder seguir su plática con el padre de la joven "Kyra, de las tierras lejanas", así escuché que la llamó la reina Asha.
Imagino que es una noble que vive a las afueras del reino.

Los reyes parecen desear descansar.
Debo suponer que la familia noble va a quedarse en la mansión. Apuesto que tendré que atenderlos.
Me dirigí hacia Amaris para saber sus órdenes, pero como siempre dándome la contraria me mando a hacer mis tareas pendientes del colegio.
Con tantos lobos esperando por ayuda para instalarse en la casa, aproveche la oportunidad de irme...

Mi querida Maya, sé que piensas que la ceremonia de mates es algo sencillo, pero tiene un riesgo sumamente grande.
Cuando eras niña, viviste algo similar, pero no le diste importancia. Recuerdo que estabas por primera vez en la escuela humana, y otros niños se encontraban jugando cerca de ti. Un grupito de Humano-lobos como tú se estaban haciendo retos, y preguntas raras, y decidieron en un punto incluirte en ellas.
Interrogaron a uno diciéndole que sí que haría si tu fueras su mate. Él niño tonto dijo que te rechazaría.
Tanto él como tu desconocen lo que eso significa.
Rechazar a tu mate.
No pienso perder el tiempo describiendo razones de porque una persona rechazaría al ser que representa su destino, ya que puede haber cientos. Tampoco significa que sea algo común, pero puede ocurrir y es fatal...
No digo que no puedas ser feliz con alguien que te agrade o te guste aunque no sea tu "mate", pero si eres rechazado vendrán a ti infinidad de desgracias.
A la Luna le enoja mucho que no la obedezcan, pero se ensaña con el rechazado.
Es claro que la persona que rechaza a su mate ya tiene otros planes, así que la oscuridad rodea al no aceptado. Juro que es más devastador de lo que suena.
Como en una ceremonia que hubo unos años antes y se convirtió en un caos. Tenemos de frente a la princesa Anuk del norte y al príncipe Ankor del oeste.

-Bien niños ¿Son el uno para el otro?

Les preguntó un hombre de la nobleza cuando se transformaron.

Esa tarde y todas las que siguieron fueron oscuras para las dos manadas. La pequeña princesa del Norte fue rechazada por el temerario príncipe del Oeste.
Apenas habiéndose transformado y sin haberse visto mucho como lobos, el macho decidió que Anuk no era su destino.
La niña estaba aún distraída, hacia poco que tenía los 6 años y su loba era nueva para ella.
Terminando con el silencio el pequeño Ankor dijo -Yo rechazo a Anuk princesa del norte.
No tenía ni la menor idea de lo que iba a provocar.

Su altezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora