Ataque al Norte

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Los reyes me recibieron con emoción y cariño. Fue como si ya los conociera, como viejos amigos.
Estoy en un gran cuarto con las telas que adornan color blanco.
Me olvide de todo tema pendiente, incluyendo mi identidad.
Mi nueva yo es más prospera, y tiene un mejor futuro que solo aguantar los arrebatos de Velkan. Incluso ya he hecho mis propios arrebatos.
Alguien llama desde afuera.
¿Eres tú Maya del pasado? ¿Eres Cora o mi nueva dama?
-"Adelante" Indique.
¡No es ninguna! Es Arrojo.
Me reí lo que le causó intriga así que pregunto.
-¿Todo bien?
Yo le sonrío:
-Pensé que serias la nueva Cora. Le digo contenta.
Él también se alegró.
-No traigo un vestido nuevo para ti, pero esto te interesa más.
Tiene una carta en la mano.
-El reporte de como fue el incidente del Norte. Me lo ofreció y se burla fingiendo hablar como mujer:
-"Si desea cualquier otra cosa más no dude en pedirla"
No puede ser. Él me dedico una última sonrisa, para después irse a descansar.
Me inquieta mucho este reporte. Yo no recuerdo nada antes de llegar al Este, no tengo idea de que hice de mis cero a diez años humanos. ¿Qué pasa si descubro algo que me aleja de mi príncipe?
Unas lágrimas de desesperación ruedan por mis mejillas, pero no me volverán a nublar la vista. Me las quito con la manga del vestido para poder leer.

Incidente del Norte:
El rey del Oeste traiciono al rey del Norte, atacándolo con casi doscientos guerreros. Fenrir tenía más del doble de soldados a su favor, pero no contaban con el incendio que desatarían los lacayos de Ocidas en el pueblo. Sufriendo un ataque militar y una batalla entre lobos de ambos bandos, la situación fue muy difícil para el Norte. Fenrir nunca se rindió y ordeno que los civiles desalojaran, pero muchos se negaron a perder sus hogares, y fueron heridos y algunos murieron entre las intensas llamas. El Norte quedo oculto tras una nube de humo proveniente de un fuego que casi lo deja en la nada. En dicho incidente, falleció la esposa de Fenrir, La reina Raksha, y la princesa Anuk del Norte no fue encontrada por ningún lado. Muchos opinan que murió tratando de escapar y que su cuerpo se quemó al igual que el de muchos otros. Ocidas no perdió tiempo y encarcelo a Fenrir en los calabozos secretos del Oeste. Descansen en paz todos los muertos y desaparecidos de dicho incidente.

Mis sentimientos se revolvieron al saber la tragedia del Norte.
Contrario a entender, me siento invadida por las dudas.
Nunca antes me sentí tan desesperada...
Siendo una sirvienta solo tenía que concentrarme en hacer mis deberes. Estoy aprendiendo como es y siente una humana.
Humana con esencia de lobo en el interior.
Un lobo bastante problemático...
Escucho vagamente que alguien toca a la puerta.
-¿Maya Iri? Soy yo, Alba. ¿Puedo pasar?
¡Es la reina! Madre de Arrojo.
No quisiera que me vea en este estado, pero ni modo que le niegue la entrada a unos aposentos de su mismo castillo.
Respiro profundo para proclamar:
-Pase por favor excelencia.
Digo tratando de ser lo más cortés posible.
Ella entro, portando un bellísimo vestido café, que combina con sus ojos del mismo tono. Usa el cabello suelto. Es un rubio lacio muy hermoso. Estoy sentada en la cama, así que ella viene a sentarse a mi lado. Me sonrió con amabilidad y pena:
-No imagino lo difícil que debe ser tu situación. Debes saber que el reino del Sur se encuentra a tu completa disposición. Kiram y yo siempre hemos querido que Arrojo haga y luche por todo lo que lo haga feliz, eso incluye a una bellísima jovencita como tú.
Me sonroje, ¿De verdad yo le parezco bonita?
Ella continua:
-Arrojo está siendo un poco egoísta contigo, pero no te preocupes, yo sé que debes hablar con Fenrir lo más pronto que se pueda. Él ya ha envejecido...
La reina parece avergonzada lo cual me hizo querer reír.
-y sería imposible averiguar qué fue de tu familia sin él. Así que, tienes mi total apoyo si en algún momento deseas regresar al Norte y hablar con el rey, yo me encargaré de mi hijo...

No recuerdo escuchar palabras más amables y sinceras.
Sin que yo sea de su familia ella se preocupa por mí.
Me siento tan agradecida, sin embargo, no sé qué decirle.
De nuevo acaban de golpear la puerta.
Arrojo entro. Al vernos juntas, sonrió con maldad y dijo:
-Hola bellas señoritas, ¿Se encuentran casualmente hablando de mí?
Nos preguntó divertido. Ambas sonreímos.
Su madre tomo la palabra:
-Jovencito, no se espía a las damas. Le advirtió con tan simpático reproche. Él argumentó indignado:
-De ninguna manera, simplemente venía a visitar a nuestra futura princesa, y las escuche conversar.
La reina me sonrió y después se dirigió a él:
-Querido, pensando en lo mejor para "nuestra princesa" creo que sería bueno que le permitas viajar...
En la vida creí ser capaz de quitarle la palabra a una reina, hasta que lo fui.
-Su alteza, no importa, estoy muy bien aquí en el Sur, con ustedes.
Supuse que se molestaría, que me regañaría, pero en lo absoluto. Me regreso una sonrisa más grande y alegre que todas las anteriores. También mi príncipe se puso contento.
Habiendo completado su misión, la reina se ha levantado de la cama, hizo una mirada amenazadora para Arrojo y luego salió de la habitación. Nos quedamos en silencio.
Arrojo de pie, y yo aún sentada en la cama. Él no se acerca.
Después de unos momentos un poco incomodos él tomo la iniciativa de hablar:
-Mi madre tiene razón, es necesario que platiques con Fenrir, aunque...
Por un momento creí que iba a ceder.
-pero vamos llegando del Norte y nuestra boda tiene que planearse "ya" para que se lleve a cabo en un mes.
¿Dijo un mes? ¿Un mes?
Prosiguió:
-Tendré que pedirte que por el momento escribas una carta para el rey del Norte, y te juro que la enviaré en cuanto la termines y voy a asegurarme que llegue solo a manos de Fenrir.
Me prometió.
Escribir una carta, ¿Diciendo que? ¿Empezando por dónde?
Fenrir es un rey tan imponente. Igual la carta puede volver el contacto más suave y sencillo.
Mi prometido se acercó para besar mi mejilla, ¿Puedo corresponder? Luego recargo su cara en la mía para darme un besito en la nariz, se estiro de vuelta, me vio con vanidad y se dirige hacia afuera. Lo escucho ordenar a alguien que me traiga un bolígrafo y papel para redactar la carta.
Como quisiera que las palabras simplemente salieran solas y en orden conforme escriba.
Después de llamar, veo entrar a una joven cabello oscuro, pero de piel más clara, usando un vestido blanco con azul claro. Consiguió unas cuantas hojas de papel y un bolígrafo. Con emoción me informo:
-Alteza, el príncipe me ordeno que le trajera esto, y me ponga a su disposición. Asentí con una sonrisa.
Necesito estar sola, y más para escribir lo mejor que pueda.
-Gracias, ¿Tu nombre es?
Quise saber, por lo que declaro:
-Soy Siena majestad.
Decidí indicarle que se saliera como si fuera algo muy común para mí. Ella inclino la cara y se fue. En esta habitación hay un espejo, una mesa y una silla, como simulando un estudio. Tome las hojas de papel, y el bolígrafo, y ya estoy sentada en la silla preguntándome como empezar.

Mi querida Maya, pero que informe del incidente del Norte tan incompleto has leído.
De ninguna manera estoy del lado del rey Ocidas, pero conozco sus razones para dicha deslealtad.
Mientras que el Norte era basto, el pueblo del Oeste sufría por la sequía que había llegado para quedarse.
Ocidas se había contenido por no tener suficiente fuerza militar, y era consciente de que Fenrir podía derrotarlo si intentaba atacar.
Durante años intento trabajar las tierras, pero no dieron fruto, sin agua ¿Cómo podían ser fértiles? Cierto que la dieta del lobo es distinta, a base de carne, pero ¿Qué animal se quedaría en dichas tierras sin alimento y con agua muy escasa?
Era claro que se irían al Norte. Ocídas no soportaba ver la miseria de su gente. Cada vez eran más los que morían, y los que desaparecían.
El Oeste estaba en agonía, y no teniendo más opción que robar al Norte, Ocídas decidió tomarlo todo, declarando que no vería a su pueblo morir de hambre. No sin pelear...
Ankor lo desobedeció, negándose a comprometerse con la princesa Anuk, lo que dejo a su reino sin alianzas, para morir solo...
No podían más que atacar, pero ¿Cómo contrarrestar el poderío militar de Fenrir? Los guerreros del Oeste desataron el fatal incendio, al menos unos ciento cincuenta humano-lobos quienes rodearon todo el pueblo del Norte que al estar sin la protección de un muro, ni en forma redonda que podría servir como defensa les hizo el trabajo sencillo.
Él rey Fenrir tenía unos trescientos guerreros, pero no estaban preparados para el fuego que se propagaría por todas partes...
Perdimos a la reina Raksha, y desapareció la princesa.
Mi Anuk. Se rumora que puede seguir con vida ya que jamás se encontró su cuerpo, y Fenrir siempre se negado a creer que ella termino calcinada...

Su altezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora