Perdida y perdida

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2 DÍAS DESPUÉS...

Es casi de madrugada, apenas puedo ver el pueblo.
Oigo pasos acercándose, debe ser mi príncipe.
En efecto, Arrojo entro al cuarto llamándome:
-¿Princesa del sur? ¿Mi mujer?
Le devuelvo la sonrisa mientras le hablo con dulzura:
-Aquí estoy cariño.
Trae una petición:
-Mis padres desean despedirse de ti.
¿Los alfa? ¿Se marchan?
-¿A dónde van?
Le pregunte en lo que voy hacia él para que me cuente de camino.
-Harán un largo viaje por todo el territorio, viendo cómo es que las tierras están dando fruto, es un recorrido de todos los años...
Me guiño el ojo.
Ya van unas cuantas veces que nos ponen a prueba para ver como cuidamos del reino nosotros solos.
Mi esposo tiene habilidad, pero yo...
cuando apenas empiezo a entender un problema, él ya lo resolvió y se encuentra pensando en otro.
Vamos a paso veloz para afuera del castillo para despedir a Kiram y Alba. Estamos por verlos...
Llegando hasta la puerta de afuera por fin los veo despedirse de los sirvientes. Siempre admiro el atuendo de la reina, tan sencillo, pero con mucha clase. Esta vez está usando uno color gris completo.
Ahora los alfa nos sonríen a nosotros mientras se suben al carruaje. Casi todos los mozos están afuera listos igual para desearles buen viaje. El cochero ya hizo andar a los caballos. Todos comenzamos a hacerles señas de adiós mientras que algunos empezaron a aclamar sus nombres.
El carro ya dejo de verse.
Arrojo de inmediato apretó mi brazo para hablarme en secreto:
-Ya que no están sus abuelos para defenderla, es momento de hablar con nuestra princesa Arok ¿Estamos de acuerdo?
Arrojo claramente no dejará pasar el desliz de Arok.
Liberé mi brazo para alegar:
-Ten paciencia, es tan solo una niña.
Arrojo no se calmó.
-No es "solo una niña", es una futura reina, y no puede tener este tipo de reacciones y que tú y yo tengamos que pagar las consecuencias. Me sermoneo.
¿Cómo defenderla? Rechazo a Asher así como se niega a comer verduras.
Aun así mi esposo debe tener consideración.
Tome su mano, y lo guio hacia adentro del castillo.
Ahora voy a interrogar:
-Su real majestad, ¿Qué pasaría si le dijera que Asher es omega?
Dije poniendo más a prueba su paciencia.
Su rostro cambio, el gesto se volvió sombrío.
Bajo la voz, sonando preocupado y me dijo:
-Si Asher es omega, el Este se hará pedazos.
Tiene razón.
-Es lo que Idara quería. Argumente, por lo que me vino una difícil advertencia suya:
-Si dejamos que los otros reinos caigan, ¡nos atacaran!, seremos un par de reyes contra cientos de campesinos, nobles influyentes y guerreros.

Amo lo desinteresado que es.
Jamás toma ventaja sobre los débiles, solo pone en su lugar a los poderosos.
Sigo angustiada por Asher. Es posible que sea omega...
No quería decirlo, tampoco nadie más se atrevió a comentar, pero su lobo es pequeño y él carece de valor.
Arrojo se adelantó:
-Hablaré con mi hija.
Yo lo sigo.
Nos encontramos a una sirvienta que nos confirmó que Arok está en sus aposentos, así que vamos juntos a verla.
Arrojo cortésmente tocó a la puerta.
Fue una total sorpresa lo que escuchamos, Arok está llorando desconsolada. Arrojo entro sin más y la enfrento:
-Sabes que tu abuela no podrá defenderte ¿cierto princesa del sur? Le pregunto nada más entrar.
Arok está recostada en su cama, mientras su dama se encuentra ahí sin saber cómo ayudar.
Yo tampoco sé que hacer.
Arok de repente grito:
-¡Hay muchas cosas que ustedes no saben!
¿Qué cosas?
Me acercaré poco a poco. La dama está muy preocupada.
Ya me senté en la cama, y le haré a Arok un pequeño cariño en el cabello, esperando que se serene.
Arrojo se ve sumamente molesto por el grito, pero está permitiéndome intentar entender la situación.
Voy a preguntar con suavidad:
-¿Qué ocurre? ¿Tiene Asher algo que ver?
Indagué cuidadosamente. Aun sollozando Arok me contesto fríamente.
-No puedo casarme con él...
Tengo que saber que oculta, ¿Será justo lo que temo? ¡Ay mi niña! Debo proseguir:
-¿Por qué? ¿Qué tiene él de malo?
Arok volvió a gritar:
-¡Nada!, solo no es lo que ustedes quieren.
Arrojo no pudo contenerse y se acercó a nosotras.
La va a regañar, es inevitable.
-¡Una princesa no grita! ¡En especial cuando se dirige a su madre! La corrigió. No estoy molesta. Voy a acariciar de nuevo el cabello de Arok, porque tiene que calmarse, "tengo que calmarla".
-Yo sé que ocurre con Asher.
Le advertí.
Arok separo su rostro de la cama y me observo atenta, después se dejó llevar por la inquietud y el temor para averiguar lo que sé.
-¿Lo sabes mama?
Sus grandes ojos me observan con sorpresa.
Decidí continuar interrogando:
-¿Tiene algo que ver con que su lobo es muy pequeño para ser alfa?
Arok rompió en llanto otra vez, pero solita hace por contenerse, para explicarme:
-Le prometí no decir nada.
Me informo. Antes de hablarle tuve una interrupción inesperada.
-No importa ya Arok, creo que la reina lo sabe.
Dijo Asher que ahora entro en el cuarto, colándose por la puerta, puesto que la dama ni siquiera está poniendo atención, y Arrojo y yo nos concentramos en nuestra princesa.
Asher acabo con toda esperanza:
-Altezas, temo decepcionarlos, pero por mi escaso tamaño como bien dijo, y la cobardía que me caracteriza, no puedo ser un alfa, Confesó.
Arrojo esta furioso, y va a callarlo, pero yo lo voy a impedir.
Me levanto lo más pronto que puedo para tomarlo de un brazo y esperar que calle. Ahora me mira con reproche. No importa, si alguien necesita consuelo es Asher.
-Ser omega no te impide casarte con Arok.
Le informe, pero Arrojo me contradijo rotundamente.
-Por supuesto que no pueden casarse, Arok es una futura reina...
Ya es momento de que yo también levante la voz como si no temiera al día de mi muerte.
-y ¡Deberá tener la fuerza para proteger al Sur y al Este!
Arrojo me ve atónito, pero se quedó en silencio por fin. Continúe:
-Tú me aceptaste siendo una plebeya por el simple hecho de ser tu mate, y con riesgo de ser omega.
Estoy al borde de llorar, pero no debo, no ahora.
-¿Por qué lo hiciste? Inquirí.
Me respondió sin dudar:
-Tú eres una alfa, él pueblo del Este no aceptará ser gobernado por un omega, y no tienen más herederos.
Dijo Arrojo analizando el escenario que acontece ante nuestros ojos, pero en alguien debe quedar un poco de fe.
-No tienen más herederos "por el momento", pero los tendrán.
Le afirme segura. Todos en el cuarto me contemplan.
No puedo más, ya sentí mis lágrimas empezar a caer.
Ocupo respirar y tomar toda la confianza que tenga para seguir y dar por terminado el tema. ¡Respira!
-¡Ellos se casaran y tendrán hijos, y esos hijos serán gigantescos alfa, y protegerán a ambos reinos!
Mientras lo dije mis nervios se desplomaron.
Nunca había sido tan altanera.
Arok y Asher corren para abrazarme.
Yo correspondo a su abrazo. En voz baja les permití salir a jugar.
Creo que ya se sienten mejor porque me soltaron justo para correr hacia afuera.
Mientras tanto trato de limpiar mi llanto.
Arrojo acaba de abrazarme. Termine como siempre recargada en su pecho. En cuanto correspondí su abrazo, me levanto de la cintura, como si fuéramos del mismo alto.
Aproveché para recargar mi cara en su hombro, y lo rodee con mis brazos. Yo pensé que lo había molestado...
Él me abraza, sin querer soltarme.
No sé cómo me atrevo a quejarme de mi suerte.
¿Quién más maravilloso que él?

Sin duda Arrojo es un varón muy gentil y a la par valiente.
Fuiste bendecida por la luz de luna de ser su mate, y no la de Ankor, o de Velkan, ¡Imaginate!
Pero después de todos esos desastres, ya era turno del Sur de sufrir algún dolor, y vaya que para Arrojo no hubo nada más desgarrador que no volver a ver a sus padres.
El cochero sin duda debió ser más precavido cuando cruzaban cerca de ese precipicio, quizás sí solo sé hubieran volteado, al menos hubieran quedado los cuerpos de Kiram y Alba del sur los cuales nunca fueron encontrados...

Su altezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora