Velkan

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Me cancelaron algunas clases en la escuela así que ya estoy de nuevo en la mansión. Tengo que correr hacia mi cuarto para ponerme el uniforme de criada.
Las demás sirvientas van y vienen riendo, hay una buena nueva, pero de momento tendré que esperar para saberla.
Voy caminando, pero de repente Flora salió de una de las puertas y casi me estrelle contra ella. Me grito enojada:
- ¡Torpe!
Pero después su tono cambio y me sonrió.
-Maya... ¿Ya te diste cuenta de que te buscan?
Me pregunto irónicamente. No entiendo... ¿Amaris me busca?
-Dile a Amaris que voy en camino. Le pedí con prisa, pero antes de poder irme Flora casi me hace caer con su pie.
-No, alguien más... te está buscando.
Me dijo de nuevo con ironía.
Gire hacia atrás y descubrí al príncipe Velkan observando a las sirvientas. Como si quisiese encontrar a una en específico.
Alguna que no estaba...
Admitiré que es muy bueno disimulando. No es nada obvio lo que está haciendo, pero parece que espera a alguien que el rabillo de su ojo no alcanza a ver.
Flora dijo que... ¿Me busca a mí? ¿Por qué yo de todas?
Como si a mi vida le faltara drama, ahora agreguemos un romance imposible.
Me quede quieta perdida en mis pensamientos, burlándome de mi misma por pensar que el príncipe está interesado en mi hasta que escuche su voz llamarme:
-Maya, deseo que me traigas agua. Lo dijo mientras pasaba por un lado de mí, dirigiéndose a su estudio. De forma inconsciente, solo baje la cara en señal de entendimiento hacia él y me dirigí a la cocina, mientras Flora reía.
Puedo jurar que todo es un malentendido...
Me limite a llenar un vaso con agua para llevarle, pero sigo distraída. Me intriga un interesante detalle, "Me llamo por mi nombre"

Tengo que ir a su estudio para entregarle su vaso con agua.
Solo me concentre y camine cuidando no tirar gotitas de agua en el suelo. Al entrar descubrí al joven viendo la estantería de libros, me acerque para dejar el vaso en el escritorio, pero él se percató de mi presencia y estiro su mano para tomar el vaso.
En cuanto lo solté, la reina Asha apareció, me ignoro como siempre y se dirigió al príncipe.
-Velkan querido, ¿No escuchaste que hay visitas que nos esperan?
Parece muy entusiasmada, sin embargo, Velkan se encuentra distraído y desinteresado. Así respondió también:
-Si madre, y te dije que estaba en camino. Entonces bebió el agua que le traje y dejo el vaso ahora vacío sobre la mesa sin verme, ni ver a la reina. Sonó muy serio, las visitas seguramente no le agradan, pero tiene que ir a recibirlas y tratarlas de lo mejor.
La reina se marchó.
Ahora Velkan se giró hacia mí y me dedico una fría y concreta mirada, a la cual yo le hui por respeto. Entonces de nuevo haciéndome sentir incomoda el príncipe volvió a hablarme.

-Maya, ¿Puedo hacerte una pregunta y me respondes con la mayor sinceridad? Inquirió todavía viéndome directamente.
-Por supuesto su alteza, seré sincera con usted. Le respondí amable, pero a la vez con firmeza. Su pregunta me hizo estremecer.
-Si yo te pidiera huir conmigo ¿Me seguirías?

Su tono formal no ha cambiado, sin alzar o bajar la voz. Demasiado tranquilo...
Parece una broma, estoy segura de que lo es, pero él guardo silencio esperando por mi respuesta.
Yo también espere suponiendo que se reiría orgulloso de haberme hostigado, pero no lo hizo.
-Disculpe majestad, no entiendo su pregunta.
Concluí dudando si todo es un sueño.
Entonces busco mis ojos, sin reír, manteniendo su estado de ánimo relajado.
-Si yo te propusiera que viviéramos juntos lejos de aquí, no siendo ricos, pero si felices, ¿Vendrías conmigo?

Lo primero que pensé es que no estoy a la altura de alguien como él. La posibilidad de aceptar su propuesta no cruza por mi mente.

-Su alteza, yo iría a donde usted ordene.
Dije como respondería una sirvienta omega. No podía ser Maya con él. Yo era solo una doméstica.
-¿Solo si es por "orden mía"? Dijo sonriendo amargamente. -¿No podrías querer ir por tu cuenta?

Comencé a tratar de despertar, pero el sueño no desaparece. El príncipe sigue frente a mi esperando una respuesta honesta.
Es un hombre sumamente guapo, inteligente, fuerte, perfecto al igual que todo príncipe, pero... es heredero de un reino.
¿Puedo aceptarlo?
¿Puedo rechazarlo?
Sin saber que más hacer decidí mantenerme en mi papel de sirvienta. -Majestad, es un hombre admirable, cualquier mujer estaría a sus pies. No es complicado enamorarse de usted.
Dije tratando de parecer segura. Contesto pausadamente, intrigándome.
-Pero tú no me quieres ¿verdad? o es que te cuesta pensar en la idea de estar conmigo si no soy rey y te convierto en reina, ¿Es lo único que te interesa?

Se ve decepcionado en serio.
Es la primera vez que se me presentan esas ideas.
¿Yo ser reina? ¿Casarme con un príncipe y después rey? ¿Huir a ser feliz con el amor de mi vida alejándome del cruel destino de solo servir?
No puedo hacer más que ver el piso, escapando de los rudos ojos de su alteza Velkan.
Lo escuché reír a carcajadas. Alce la cara y vi que él no puede aguantar la risa.
-En serio ¿Te lo creíste Maya?
Me preguntó aun riendo. -Creo que le he hecho la misma broma a cada una de las sirvientas y todas terminan cayendo, pero yo pensé que tú eras lista, creí que tu si eras consiente de cuál es tu lugar. Te mantuviste recta al inicio, pero luego caíste también. En verdad...
Dijo por fin tratando de contenerse.
Todo era una broma como lo presentí al inicio.
Me sentí mal por haberlo dejado ganar. Debí mantenerme firme. De momento la reina apareció de nuevo, para presionar al príncipe. -Velkan, ¿Qué estas esperando para ir a conocer a tu prometida?

Sin duda querida Maya tienes la fortuna de no estar en la situación de Velkan, y en la que estaba hace más de una década la princesa Anuk del Norte. "Tener que casarse a la fuerza".
El destino estaba en manos del buen análisis de su padre el rey Fenrir, quien no dejaba de pensar en que príncipe y por lo tanto que reino convenia más a su hija.
Quería algo un poco difícil, la felicidad de su hija, y una alianza perfecta.
Tenía 3 opciones, el príncipe Ankor del Oeste, el príncipe Arrojo del Sur o el príncipe Velkan del Este.
Como alianza Ankor y Velkan eran las mejores opciones, pero Ankor de ninguna manera podía ser mate de Anuk.
Ciertamente ellos tuvieron mala suerte, Ocídas el rey del Oeste dejo a Fenrir con solo dos caminos: Aliarse con él o pelear por la tierra.
El rey Ocídas y su Oeste se habían quedado casi en la ruina.
La única salvación era acordar algún tratado con el basto reino del Norte. Quizá igualmente el sur podía ayudarlos económicamente, pero Ankor y Arrojo no estaban de acuerdo en casarse.
Toda la responsabilidad caía de nuevo en Anuk. Su noble corazón le pedía que ayudara al pueblo de Ankor, aunque una mejor idea era aliarse con el Este que no tenía problemas económicos y que no contaba con riqueza, pero tampoco con pobreza. Ella quería que su padre decidiera casarla con Velkan. Fenrir pensaba parecido, pero le resultaba un grave problema. Debía corresponder a la petición de su amigo Ocídas de aliarse casando a sus hijos.
Después de todo el Norte estaba rico, no era necesario buscar más poder, y en dicha circunstancia, hasta el Oeste podía regresar a su antigua grandeza...
Al menos eso creían.

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