Las ruinas del norte

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Ahora que estoy recuperada seguiré mi andar. No voy prestando atención al camino... Ni siquiera sé del todo ha donde voy.
Talvez puedo alojarme en las ruinas del pueblo del Norte.
No estoy siendo consciente del ruido cercano a mí, no hasta que oí a mi parecer "de la nada" unas risas.
Como primer instinto me quede quieta.
De frente a mí hay un par de Omegas en forma de lobo... ¡Transformados como yo!
¿Ellos qué hacen?
Si no necesitas tu forma de lobo, no tienes por qué transformarte, y menos si estamos en el límite de un reino donde pudieran pasar humanos normales.
El pelaje de uno es gris con blanco mientras que el del otro es solo blanco. Su pequeño tamaño comparado con el de un alfa es muy obvio, aparte ¿Qué hacen en medio de la nada solo platicando y riendo? No hay de otra, son omegas...
Yo también, pero mi loba es grande, se puede confundir con una alfa, y los alfa solitarios para algunas manadas son muy hostiles...
En mi caso las hembras pudieran sentirse inseguras, por más que no sea atractiva en lo absoluto.
Tengo una idea de porque están los omega aquí, a veces los guerreros de los reínos envían a simples omegas como distracción ante extraños para averiguar sus intenciones.
Una vez Velkan bromeo sobre enviarme a mí.
Este lugar no está habitado desde el incendio del norte ¿o sí?
No puedo volver a ser humana, porque quedaría desnuda, y ellos podrían olerme aún más fácil.
Están que mueren de risa, pero sin poder evitar más nuestro encuentro veo que dejaron su juego para acercase según parece a saludar:
-¡Hola! ¿Qué haces por aquí?
Me preguntó el color blanco.
Ambos me sonríen con amabilidad, pero conozco sus intenciones, "averiguar las mías".
-Pasaba por aquí nada más, estoy por irme. Asegure.
Fingieron haberse preocupado:
-No tienes por qué irte, nadie te está corriendo, solo quisimos conocerte.
Seguro alguien está esperando para intervenir, necesito alejarme...
-Fue un gusto conocerlos. Dije y sin querer asentí como si ellos fueran beta y no omega como yo.
Es lo más amable que sé responder.
Comencé a retroceder, pero tal como imaginaba siento la presencia de otros dos lobos. Por las pisadas que escucho están transformados también.
Al girar para encararlos veo que son esta vez un par de Beta. Uno color gris y otro color más cálido, como amarillo, ¿Serán guerreros?
No lo voy a averiguar.
Estoy corriendo, pero claramente me van a alcanzar.
¡Les fue tan sencillo!
Aparte de ser inferior físicamente, estoy tan cansada.
Hasta ahora no han tratado de dañarme, pretenden igual que los omega solo querer saber quién soy...
-Hola señorita ¿Qué tal? ¿Para dónde va?
Me pregunto amable el de color gris.
¿Qué puedo decir? Tengo vergüenza, miedo, solo puedo repetir el mismo cuento:
-Solo pasaba por aquí, no quiero problemas.
Ellos aparentan estar tranquilos, pero están listos por si trato de zafarme, lo noto.
-No es nuestra intención importunarla, pero tenemos órdenes de llevar con el rey a toda hembra en especial "Una alfa" como usted para que la vea.
Está mintiendo, en este reino no hay reyes.
¿Intentan secuestrarme? ¿Como el tipo que rapto a Kyra?
¿Porqué no temí a esto antes?
El beta amarillo se dirigió a mí:
-Señorita, le prometemos que no le haremos daño, necesitamos que nos acompañe, y si no es la mujer que estamos buscando, la escoltaremos de vuelta aquí para que pueda seguir su rumbo.
¿Debo creerles?
Posiblemente hay más lobos esperando para atraparme.
Estoy tomando aire como solía hacer en la mansión antes de enfrentarme a algo difícil.
Concentro todas las pocas fuerzas que me quedan para correr...
¡Corrí! Apenas avance un poco cuando escuche que me siguen a toda velocidad.
Pisaron las ramas de unos arbustos, otros lobos deben haberse unido a la persecución. Casi me olvidaba de los omega, que igual vinieron tras de mí, pero sin afán de alcanzarme.
5 lobos persiguiéndome, aun así mis patas arden, no puedo seguir...
Como una bendición me di cuenta de un gran árbol que puedo trepar. Tomando aire estoy saltando y trataré de subir lo más alto que pueda. Termine en un brazo alto, justo antes de que los lobos cazadores me rodearan. El color amarillo volvió a hablarme:
-Señorita, no puede quedarse ahí para siempre.
El otro color gris acaba de dar un paso adelante de los demás como dando a entender que es el líder. Parece que dirá algo serio:
-No queremos hacerte daño, ¡no lo haremos! pero tiene que venir con nosotros.
Importante juramento.
¿Cómo confiar en quien no conozco? Decidí que él mismo argumentara a su favor:
-Dime ¿Por qué confiaría en ti y en que son guerreros?
Esperaba una risa burlesca, un seriedad rotunda, pero el líder se limitó a aullar, y a lo lejos otros lobos respondieron.
Se escucha como si provinieran de una misma dirección.
Están por toda la región.
¡Si son soldados! O son tantos los ladrones que ya me tienen más que rodeada. Conservo contenidas mi emociones.
Volví a preguntar:
-¿Con quién van a llevarme? Pregunté sospechosa.
La respuesta fue aún más confusa:
-Con el rey Fenrir.
Dijeron.
El último rey del norte llamado Fenrir, según sé murió en un incendio...
El rey Brio nunca hablo mucho sobre él y menos como si viviera, solo en pasado.
Me encuentro agotada. Como bien dijo el beta amarillo no puedo quedarme en este árbol para siempre.
El cansancio y la atracción de la tierra hacen que vaya directo al suelo.
Después de caer algunos lobos caminaron hacia mí, pero el líder los detuvo. Los Omega están esperando. Cuando vi a uno a los ojos me anuncio:
-Ven, nosotros vamos a guiar.
Seguramente es una trampa, pero no puedo más que pensar que necesito ropa y una buena cama para dormir.

Entiendo totalmente tu pesar por estar atrapada entre un grupo de licántropos que ni conoces, y que no te han dicho lo suficiente de a donde te llevan.
Me rompe el corazón que vivas esto. Vi secuestros parecidos antes, niños y niñas que eran separados de su familia y llevados muy lejos. Como si el dinero lo valiera, como si el salirte con la tuya fuera una buena justificación.
Quisiera poder hacer algo por ti mi querida Maya, pero ya estas entre sus garras. Con tantos peligros debí advertirte...
Espero que la luz de la luna se apiade de ti, y no termines como mi querida Idara, aunque sin duda te quiero con vida, como quisiera a la princesa Anuk.
Veamos cómo te recibe el Norte...

Su altezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora