PELIGROSA OBSESIÓN (+18)

CAPITULO 12

— ¿Como es que me he enamorado? —. Esa pregunta invadió mis pensamientos

Me levante aun preguntándome esa misma pregunta mil veces, no dejaba de pasar en mi cabeza y eso me molestaba por mas que trataba de alejarla de Mis pensamientos de verdad no lo lograba.

                Flasback

Sus caricias, sus besos, sus maestros dedos en mi sexo, sus gemidos, sus ojos oscuros, sus celos y su obsesión.

           Fin del Flasback

A mi cabeza vinieron imágenes de el haciendo alguna cosa que me atraía de alguien, mi corazón palpito con fuerza al recordarlo una sonrisa triste se dibujo en mi rostro al darme cuenta de que si estaba enamorada de el y por mas que quisiera alejarme de el, no podría ya que mi corazón estaba atado para siempre con el de el.

Pase mis manos frustrada por mi rostro mis lágrimas no me ayudaban de mucho por que sentía un enorme hueco en mi pecho y solo me sucedía cuando no estaba cerca de el.

— ¡¿Por que tuve que ser su maldita obsesión?! —. Grite molesta

Lo culpaba a el por haberme enamorado, todo debe de ser una trampa para destruirme aun mas de lo que ya me tiene rota.

— ¿Por que tuve que caer en una obsesión? —. Me pregunte

Salí desnuda del baño sin taparme el cuerpo, camine desganada al closet, tome lo primero que encontre y me lo puse rápidamente.

Camine a la cama, me recoste en ella pero por la cabeza se me paso la idea de que el iba a entrar y me iba a abrazar como de costumbre.

Ya no quería sentir eso que sentía por el, así que con mucha dificultad moví el pequeño sillón y lo puse en la puerta obstaculizando la entrada.

Me di la vuelta y mi mirada se perdió en mi única compañera en este infierno... La luna.

Radiaba aun mas luz que de costumbre, eso me hizo sonreír como una pobre chiquilla tonta, camine de nuevo a la cama y me acurruque en ella cerrando los ojos poco a poco.

(...)

Abrí los ojos de golpe al escuchar los gritos de Mauricio detrás de la puerta, me levante y me di cuenta de que no podía entrar.

Gritaba desesperado y eso me causaba tristeza y no se porque, no tenia explicación alguna.

— ¡Abre la maldita puerta Emma! —. Grito ordenándome

— ¡No! —. Respondí

— ¡Vete no quiero verte mas! —. Hable con rabia

Mi pecho se estrujó al decir esas simples palabras.

— ¡Si no la abres, me las ingeniaré pero entrare así que abreme por las buenas! —. Amenazo

— ¡No me importa, hazle como quieras pero aquí no entras! —. Asegure

Escuche su respiración agitada, sabia que estaba molesto pero no me importaba lo único que quería era alejarme de el.

No hablo durante varios minutos y eso me tranquilizó un poco, escuche muchas pisadas en el piso y después de eso unos fuertes golpes en la pared.

— ¡Con fuerza! —. Escuche decir a Mauricio

La puerta que se veía muy resistente se empezaba a romper en partes, mis manos temblaron de nervios al darme cuenta de que no duraría mucho en entrar.

Trague saliva al darme cuenta de que había metido una mano intentando abrir la puerta, observe toda la habitación buscando con que defenderme.

Me di la vuelta ocultándome en el armario, tape mi boca y nariz para que no escucharan mi respiración.

Ví que Mauricio me buscaba desesperado por toda la habitación, dándole vuelta a toda ella para encontrarme.