CAPITULO 4✓

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Desperté con un fuerte dolor de cabeza, abrí los ojos y ví que estaba en otra habitación que no era la mía, todo estaba oscuro lo único que alumbraba la gigante habitación era la luz de la luna.

Trate de levantarme, pero me maree quedando sentada en la cama.

— No te levantes, o ocasionaras que te desmayes —. Busque aquella voz

Observe toda la habitación hasta encontrarme con el responsable de esa voz, era un hombre que a simple vista no se veía. Pero estaba sentado en un sillón a lo lejos de la habitación, bebiendo lo que al parecer era whisky.

La obscuridad lo tapaba por completo, pero la luz de la luna dejaba ver sus muy limpios zapatos negros.

— ¿Quien eres? —. Pregunte

— Tú sabes quien soy —. La voz me resultaba conocida

— ¿Quien eres? —. Volví a preguntar con molestia

— ¡Soy nada más y nada menos! —. Creo suspenso en la habitación

— ¡¿Quien?! —. Grite molesta

— Mauricio Lombardí —. Pronuncio cada palabra con suspenso

Mi mundo se vino a bajo al darme cuenta que estaba secuestrada por mi presa.

Mi pecho subía y bajaba del miedo, sabía que él era igual o peor de malo que yo, mis labios estaban secos y mis ojos picaban por las lágrimas que querían salir.

Mi respiración se volvió agitada y mis manos temblaban aferrándose a las sabanas de la cama.

— ¿Por que estoy aquí? —. Pregunte temerosa

— Por la simple razón de que querías estafarme —. Se levantó del sillón y camino a la ventana, se dio la vuelta y la observo con cautela

Mi corazón latió más fuerte al darse cuenta de que me habían descubierto.

— ¿Como me descubriste? —. Alce las cejas en forma de pregunta

— Tus ojos te delataron —. Se dio la vuelta y me observo de arriba a bajo sin vergüenza alguna

— Y porqué había algo de ti que no me daba buena espina —. Sonrió

— Así que mande a que te investigaran y descubrieron que eres una estafadora, y que has estafado a muchos de mis inversionistas —. Hablo con cautela

— Bueno ya lo sabes, ahora dejame ir —. Ordené

Me levante a paso lento de la cama, me sentía todavía débil pero su presencia me provocaba miedo y no quería estar en la misma habitación que él.

Me acerque a duras penas a la puerta, intente abrirla varias veces, pero no lo logre.

— ¡¡Abrela!! —. Grite molesta

— No puedo dejarte ir sabiendo que eres una amenaza para mi empresa y para otras —.  Hablo como si tener a una persona encerrada fuera normal

— ¡Ya me descubriste, me voy del país y se acabo y punto nunca más me vuelves a ver en tu vida! —. Trate de convencerlo

Ví que dudo unos segundos, hasta que su sonrisa se amplio por todo el rostro.

— ¡Que lastima Emma! —. Dejo su trago en la mesita de noche

— ¡Quiero que me seduzcas como la primera vez que nos conocimos! —. Ordenó

— ¡Quiero tenerte debajo de mi, y arrancar cada parte de tu vestido tan provocador y hacerte gemir hasta que llegues al mismísimo infierno conmigo! —. Se acerco a pasos lentos

— ¡Quiero pensar que como eres tan buena estafadora, podrás estafarme e irte con todo el dinero que quieras, y que me dejaras en la ruina como al principio pensaste que podrías! —. Llegó lentamente a mi

— ¡No me retes! —. Su aliento chocaba fuertemente con el mío hasta juntarse

— ¡Puedo hacer lo que quiera contigo porqué de ahora en adelante serás mía! —. Estampó sus manos en la puerta una de cada lado, hasta acorralarme

— ¡Yo no te pertenezco! ¡Ni a ti ni a nadie! —. Escupí con rabia 

— ¡Tú buscaste tu destino al querer estafarme, por eso me pertenecerás! —. Lamió mi mentón

Cerré los ojos al sentir su lengua en mi rostro.

— ¡Déjame por favor! —. Puse mis manos en su pecho tratando de empujarlo

Pero como si fuera un imán se pego más y más a mi cuerpo aferrándose a el.

— ¡Déjame ir! —. Abrí los ojos, y me tope con una mirada tan oscura que la noche que me provoco miedo

— ¡Lo lamento Emma, pero eres mía y no te voy a dejar escapar! ¡De ahora en adelante tu cuerpo esta marcado por mi! —. Metió su mano dentro de mis bragas

Puse mi mano en la de el, tratando de detenerlo.

— ¿Lo sientes? ¡Sientes como tu vagina pide atención por mi! —. Susurro cerca de mi oído

Después de eso el saco su mano bruscamente y la lamió con delicadeza. Mi respiración era agitada, mis lágrimas recorrían mis mejillas.

— No llores, no me gusta verte derrotada —. Ordenó

Como si sus palabras me llamaran, me lance a su pecho y lo golpe con todas mis fuerzas, mis brazos se movían al compás y mis lágrimas salían como cascadas.

— ¡¡Te odio!! —. Grite con rabia

En un descuido él me tomo fuertemente de los brazos y me azoto contra la puerta, las subió arriba de mi cabeza, su mirada me examino de arriba a bajo, mientras que mi respiración era aún más agitada.

— Pues tendrás que vivir con eso el resto de tu vida —. Se acerco a mi oído

— Porqué de ahora en adelante vivirás conmigo, atada a mi y ese odio lo convertiré en deseó y en amor —. Susurro

— ¿Y sino lo logras? —. Alce mis cejas

— Pues será peor porqué te tomare a la fuerza y eso no te va a gustar, vas a vivir por siempre conmigo hasta que me aburra de ti —. Mordió levemente el lóbulo de mi oreja

— Pero si te soy sincero, nunca podría aburrirme de ti —. Hablo con picardía

Me soltó y con un brazo me hizo aún lado de la puerta, salio y le puso seguro.

Me quede parada observándola por unos segundos, mis ojos volvieron a sacar lágrimas y la rabia volvió a apoderarse de mi cuerpo.

Me acerque a la puerta golpeándola con mis brazos, pensando que con mis fuerzas podría abrirla pero era inútil, nunca podría ni con ella ni con él.

PELIGROSA OBSESIÓN (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora