PELIGROSA OBSESIÓN (+18)

CAPITULO 3✓

Narra Emma Park

Desperté he hice nuevamente todo lo del día anterior, termine y salí para dirigirme a la calle para llegar a la escuela.

Entre y ví a mi amiga esperándome como siempre, le sonreí y ella hizo el mismo gesto.

— ¡Siempre llegas tarde! —. Hablo molesta

— ¡Jajaja, perdón! —. Levante las manos en forma de disculpa

— ¡Ay sabés que si! —. Hablo aceptando mi disculpa

— Oye —. Hablo con suspenso

— ¿Que paso? —. Pregunte curiosa

— ¡Hoy hay fiesta en casa de Linsi! —. Hablo entusiasmada

— ¿Y eso que? —. Hable con burla

— ¡Pues ya sabes, nos invitó! —. Su sonrisa se amplio por todo su rostro

— Siempre nos invitan —. Hable con hueva

— ¡Obvio, somos las más populares! —. Rodó los ojos

— No quiero ir, tengo un mal presentimiento —. Trate de convencerla

— ¡Ay tú y tus presentimientos! —. Hablo molesta

— ¡Anda acompañame, solo un rato! ¿Si? —. Puso cara de perrito

— ¡Ay esta bien! —. Hable resignada

Ella brinco de alegría y entramos al salón, pasaron las horas igual de aburridas hasta que terminaron las clases.

— ¡Ya sabes a las 7:00 en punto! —. Ordeno

— Si, si —. Me di la vuelta y empecé a caminar de nuevo a mi apartamento

Pero antes de llegar, algo en mi pecho me decía que no fuera a la fiesta, había algo mal en eso.

— Sino voy Diana se va a enojar y me va a matar —. Pensé

Llegue a mi apartamento y empecé a alistarme, tome un vestido negro con brillos, más arriba de la rodilla y unos zapatos a juego.

Deje mi cabello suelto y pinte mis labios de rojo intenso, tome mi perfume y me rocíe de el en todo el cuerpo.

Tome mi bolso y mis llaves y salí de mi apartamento, tome un taxi y espere a que llegáramos.

Llegue y ví a mi amiga coqueteando con un chico, rodeé los ojos al ver esa escena.

Pague el taxi y baje de el, mi amiga noto mi presencia que empujo al chico y corrió a abrazarme.

— ¡Pensé que no vendrías! —. Dijo soltando su agarre de mi cuerpo

— ¡Si ya sabes que nunca te fallaría! —. Hable segura

Me tomo de la mano y entramos a la casa de Linsi, la musica inundo mis oídos.

Caminamos a una mesa vacía y me senté en ella, mi amiga copió mi acción y otras chicas se nos unieron.

Bebíamos y bebíamos, y esa sensación se fue dejándome más tranquila.

Nos reíamos de los chicos que se me acercaban torpemente, y de otras cosas.

Mire el reloj de mi teléfono y ví que marcaban casi las tres de la madrugada. Mis ojos se abrieron como platos al ver la hora marcada.

— ¡Es hora de que me vaya! —. Grite al grupo de chicas

— ¡Ay no Emma, todavía es muy temprano! —. Hablo mi amiga

— ¡Tú sabías Diana que me quedaría solo un rato en la fiesta! ¡Y mira la hora que es! —. Hable mientras me levantaba de la mesa

— ¡Si esta bien, esta bien! —. Hablo resignada

Me despedí de ellas y salí, el aire frío choco con mi rostro fuertemente, examine el lugar y había todavía muchas personas en la fiesta.

Camine y unas personas se comían a besos, otras solo bebían y otras se divertían.

Reí al ver como jugaban, busque con la mirada algún taxi cerca, pero no encontraba ninguno.

Camine por las frías calles de la ciudad, mientras miraba mi teléfono varias veces viendo la hora.

Levante la mirada y a lo lejos ví a un corpulento hombre, mi corazón latió fuertemente al verlo tan cerca de mi.

Quise retroceder pero unas manos me tomaron por detrás.

— ¡¡Ayuda!! —. Grite cuando sentí que me cargaban

Trate de patalear, pero mis fuerzas eran inútiles a las de aquel hombre.

— ¡¡Ayuda!! —. Grite desesperada al ver como una camioneta negra se acercó a nosotros

Mis lágrimas recorrían mis mejillas de principio a fin, aquel hombre puso un pañuelo en mi boca y nariz.

Mis ojos se fueron cerrando poco a poco, sin quererlo yo.