CAPITULO 5✓

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Me deslice pegando mi frente en ella y cerrando los ojos con fuerza por la rabia que emanaba mi cuerpo.

Sabía que estaría derrotada sino lograba zafarme de él, que no podría destruirlo sino era astuta.

Me levante del piso y fui a la ventana, y como si mis pensamientos se cumplieran, estaba cerrada.

Me quede observando a la luna, pensando en como escapar de él, pero por más que lo hacía mi esperanza de huir de él era cada vez más pequeña.

Había un hermoso jardín lleno de rosas rojas, con una hermosa fuente de angelito que disparaba agua con sus alitas. Después de eso estaba la enorme entrada, a varios metros de distancia de el jardín, pero estaba todo custodiado por guardaespaldas, de la entrada, al jardín y hasta mansión.

Y si así esta afuera, así debe de estar adentro.

Supongo que debe estar alguien cuidandome detrás de esa puerta —. Pensé

Admiraba el destello de la luna que entraba sigilosamente a la habitación para alumbrarla, estaba grande aún más hermosa que siempre.

Eso me llamaba la atención, me acerque lentamente a la cama y me recoste en ella sin dejar de mirar la luna. Fui cerrando los ojos hasta quedarme dormida.

(...)

Abrí los ojos de golpe al sentir una respiración en mi cuello, ya estaba amanecido y unas manos se aferraban a mi abdomen.

Me pare bruscamente y me di cuenta de que me estaba abrazando Mauricio.

Abrió los ojos de golpe al no sentir mi cuerpo al lado de él.

— ¿Que sucede? —. Preguntó

— ¡Que cínico eres! —. Escupí con rabia

— ¿Por que? —. Pregunto en tono de burla

— ¿Como puedes dormir a mi lado como si todo fuera normal? —. Fruncí el ceño

— Todo es normal —. Afirmó

— ¿Como va a ser todo normal si me tienes secuestrada en contra de mi voluntad? —. Hable con molestia

— Bueno eso en cierto punto es normal, ya que ahora vives conmigo como si fuéramos pareja —. Hablo con entusiasmo

— ¡Eres un imbécil la verdad! —. Puse mis manos en mi rostro frustrada

Toda su presencia me irritaba, no quería estar cerca de él sabía que si duraba mucho tiempo con él, caería en sus trampas y mi orgullo no me lo permitiría.

— Esta bien aceptó tu insulto —. Se levanto de la cama y a paso decididos camino hacía mi

Su aliento chocaba con mi oído, no podía moverme algo me había dejado helada al estar tan cerca de él.

— Pero tú acepta que eres mía —. Susurro en mi oído

Sus palabras me ocasionaron escalofríos en todo el cuerpo, sino huía de él marcaría propiedad fuera como fuera.

— ¡Nunca seré tuya! —. Escupí con rabia

— Bien entonces, te demostrare que si —. Me aventó a la cama y subió encima de mi

— ¡¡Bajate!! —. Grite

Él arranco mi vestido y lo rompió, me hato las manos con el y las sujeto fuertemente a la cama. Lo único que tenía suelto eran mis pies, los cuales movía desesperadamente para golpearlo.

Bajo y los agarro con un par de sabanas, y los tomo fuertemente y los amarro.

— ¡Te vas a arrepentir! —. Escupí con rabia

Me miro de arriba a bajo, su mirada se había tornado más oscura que de lo habitual.

Sonrió, en su mirada se veía la lujuria que sentía por mi cuerpo.

— ¡Quiero que me muestres que vas a hacerme! ¡Quiero llevarte al mismo infierno conmigo! ¡Voy a follarte tan duro, que tu amenaza quedara por los cielos! —. Toco levemente mis pies

Cerré los ojos con fuerza, sabía que mis lágrimas amenazaban con salir y no queria darle el gusto de verme derrotada. 

— ¡Abrelos! —. Ordeno

— ¡Quiero ver como tu mirada quema cada parte de mi ser, por el odio que me tienes! —. Los abrí y lo mire directamente a los ojos

Sabía que palabras decirme para hacerme sentir un poco mejor ante esta situación.

— Eres astuta, eso no lo puedo negar —. Se quito su camisa y me dejo observar su cuerpo

Era de tes blanca, estaba bien formado su cuerpo tenía cuadros por aquí cuadros por allá.

— Pero tus fuerzas nunca podrán con las mías —. Sonrió triunfador

— No te confíes Mauricio Lombardí —. Sonreí

— Al aparecer no conoces a Emma Park —. Hable segura

— ¡Lo que me propongo lo cumplo, y me estoy proponiendo destruirte, como lo estas haciendo tu conmigo! —. Escupí con rabia

— Sabés Emma —. Subió de nuevo encima de mi

— ¡Me excito aún más, con tus amenazas! —. Rozo su erección en mi vientre

Con delicadeza tomo mi sostén y lo bajo hasta dejar mis pechos expuestos a él.

Los lamió y cerro los ojos con fuerza excitado, arqueé mi espalda al sentir como succionaba.

Mis labios se entre abrieron, al sentir sus dedos bajando por mi abdomen y después entrando a mi vagina.

Pero los abrí de golpe cuando no los sentí dentro de mi cuerpo.

— ¡Se supone que me odias, no deberías estar excitada con mis caricias! —. Hablo con burla

Bajo de mi cuerpo y mi respiración se torno mas agitada, mis manos temblaban aún arriba de mi cabeza y mi cuerpo se aferraba por no sucumbir al deseo.

Volvió a mirarme de arriba a bajo con una sonrisa dibujada en su rostro.

Se sentó aún lado de la cama mientras acariciaba mis piernas, trataba de moverlas, pero él se aferraba a ellas como un niño aún caramelo y ese dulce era yo para él.

Alejo su mirada de mi cuerpo y observo otro punto de la habitación.

— Te voy a ser sincero Emma —. Respiro profundamente

— ¡Me gustas y no pienso dejarte ir jamás! —. Hablo con amargura

— ¡Mientes! —. Grite

— ¡Yo no te gusto, solo es el capricho de que no puedes tenerme! —. Hable con rabia

— ¡Te equivocas! —. Hablo seguro

— ¡Yo puedo tenerte a la hora que se me antoje, porque eres mía! ¡Me perteneces de principio a fin! —. Afirmo con seguridad

Se levantó de la cama y camino seguro a la puerta, pero se detuvo y me dio la espalda.

— En cierto punto agradezco el hecho de que quisieras estafarme, porque así pude conocerte y pude tenerte para mi como siempre lo había soñado —. Abrió la puerta y la cerro de golpe, cerré los ojos con fuerza

¿Que haría ahora? —. Me pregunte mentalmente

PELIGROSA OBSESIÓN (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora