CAPITULO 10✓

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Abrí los ojos rápidamente al sentir la luz sobre ellos, sentí como rodeaban y a la vez se aferraban a mi abdomen no me moví ni un solo segundo sabía que Mauricio era él que me abrazaba.

¡Esta es la mejor oportunidad para escapar Emma! —. Pensé

Sonreí de oreja a oreja al darme cuenta de que podría salir sin problemas.

Me levante lentamente, sentí como mi cuerpo perdió ese calor que tanto lo invadía, algo en mi quería quedarse con él y seguir abrazada por él.

Fruncí el ceño al darme cuenta de que me estaba imaginando estupideces, las borre de mi mente y seguí con mi plan de escape.

Sigilosamente camine al closet y tome unos jeans negros con una sudadera del mismo color, tenis blancos ni si quiera me puse blusa lo único que quería era salir de este infierno.

Busque con la mirada sus pantalones y su abrigo.

— ¡Bingo! —. Susurré al encontrarlos

Los esculque sin quitar la mirada de el cuerpo de Mauricio, se removía al no sentir mi cuerpo sabía que sino me daba prisa él podría despertar.

Las encontré y sigilosamente las saque de sus pantalones, camine a la puerta, quite el seguro, mis ojos se iluminaron al darse cuenta de que si abrió la puerta.

La abrí muy despacio, antes de salir volví a mirar a Mauricio, saque un pie de la habitación sin despegar la mirada de él. Pero cuando iba a salir choque con algo fuertemente, observe que era lo que me estaba impidiendo salir de mi camino.

Observe al mismo chico, fruncí el ceño y antes de que pudiera hacer algo el grito despertando a Mauricio.

— ¡Usted no puede salir de aquí! —. Dijo poniéndose más y más en la puerta

— ¿Que tratabas de hacer? —. Escuche su voz a mi espalda

— ¡Que ingenuo! ¡Pensé que era más que evidente que trataba de hacer! —. Me di la vuelta y lo encare

Me observo de arriba abajo y sonrió al darse cuenta de  que quería hacer, chasqueo los dedos y él guardaespaldas se fue cerrando la puerta.

— Pensé que eso ya había quedado en el olvido —. Se movió por su pantalón

— ¡Que cínico eres! ¿Como mi escapatoria va a quedar en el olvido? —. Pregunte molesta

— ¡Eres mía y no voy a permitir que me dejes! —. Hablo molesto

Se acerco rápidamente a mi, retrocedí hasta darme cuenta de que no tenía escapatoria.

Mi espalda se pego bruscamente a la puerta trate de quitarme de ahí pero era demasiado tarde para hacerlo, él ya me tenía acorralada.

Tomo mis manos fuertemente y las subió a mi cabeza no sin antes meter su pierna entre las mías para dejarme aún más inmóvil.

Trate de zafarme de su agarre pero era inútil él se aferraba a mi como si fuéramos dos polos magnéticos que se aferraban el uno al otro.

— ¡Suéltame! —. Ordené

— ¡Nunca, escuchame bien Emma eres mía y eso nadie podrá cambiarlo ni tú ni nadie! —. Su aliento chocaba bruscamente con mi boca

— ¡Podrás tenerme aquí encerrada, pero a mi corazón y a mi amor nunca los tendrás! —. Escupí con rabia

— ¡No me retes, no conoces a Mauricio Lombardí! —. Amenazó

— ¡Claro que lo conozco! ¡Si yo soy la que esta secuestrada por él! —. Hable con ironía

— ¡Es un hijo de puta que me tiene secuestrada, que me acorrala por una estúpida obsesión enfermiza llamada para el "Amor" que me hace la vida miserable a cada segundo que pasa y que no le importa verme caer muerta por su estúpida obsesión! —. Grite

Mis ojos se sentían agudos, mis lágrimas amenazaban con salir y no quería demostrarle que me estaba derrotando, mi orgullo me lo impedía.

Sus ojos se oscurecieron podrías confundirlos con la noche y eso en el fondo de mi ser sabía que era malo, y no se porque pero sentía esas ganas de salir huyendo cuando cambiaba su mirada.

Normalmente me veía triste, con melancolía o simplemente no tenían expresión sus ojos pero cuando se tornaban negros era porqué estaba furioso de cólera.

— ¡No se si sea una obsesión! —. Aparto su mirada de la mía y observó a mis labios

— ¡Pero lo que si se es que odio la idea de que me dejaras no puedo ni pensar que vas a estar con otro hombre que te desee y te acaricie como quisiera hacerlo yo! ¡No puedo y soy un maldito egoísta, pero algo dentro de mi solo te quiere a ti, quiere tus besos, caricias, sonrisas, enojos, gemidos! —. Se acercaba cada vez más a mi boca

Por una extraña razón algo en mi lengua picaba por querer besarlo, algo dentro de mi había despertado por primera vez sus palabras habían ocasionado algo en mi que no podía describir.

Pero lo que si sabía era que esas ganas de escapar eran casi nulas, pero había algo en mi corazón que quería seguir con mis planes y destruirlo.

PELIGROSA OBSESIÓN (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora