El exilidado

Capítulo IV: Dudas.

En una habitación blanca y llena de máquinas se encontraba despertando una hermosa mujer de pelo rubio y bellos ojos azules.

-¿eh? ¿Dónde estoy? -Decía con una voz somnolienta la hermosa joven.

-ahora mismo en el hospital, señorita. -Al parecer unos terroristas querían hacer ciertas cosas con usted. Si no llegamos a tiempo las cosas se hubiesen podido poner bastante feas -Contestó un hombre rubio alto, vistiendo lo que parecía ser un uniforme policial.

-¡es cierto! Ahora recuerdo lo que me sucedió, unos hombres extraños me raptaron mientras iba a la universidad y luego desperté en esa extraña cabaña.

-justo como había imaginado, al parecer lo sucedido causó una gran impresión en usted.- dijo el oficial con cierto tono de preocupación en sus palabras.

-pues obvio, pero ¿por qué lo dice de esa forma? -contestó la joven con aun mas preocupación.

-señorita Kate Sjoberg, usted tiene una semana interna y al parecer no tiene ningun signo de enfermedad o toxina, los doctores han estado muy preocupados con su condición.

-¿una semana? Pero si me siento de maravilla, nunca he tenido signos de enfermedad o algo parecido-. Respondió la joven ojiazul con una tenue exasperación en su voz.

-es extraño, pero en fin, desde que usted presentó síntomas de estar cerca despertar su doctor me llamó. Mi nombre Acke Johansson, oficial de policía de Nykvarn, necesito hacerle unas cuantas preguntas.

-¿preguntas? ¿De qué diablos me habla? El hecho de que me hayan secuestrado es culpa de la inseguridad que hay en este país y de la negligencia de ustedes los oficiales -contestó extremadamente molesta la hermosa mujer de pelo dorado.

-por estas cosas no me gusta hacer labores de interrogación... Señorita Sjoberg, usted ni sabe de que preguntas hablo, ni para que son. A usted obviamente no se le esta culpando de nada, solamente nos gustaría tener mas información sobre lo sucedido ya que esta situación podría volver a repetirse, estas personas parecen servir a una suerte de secta religi.-

-estas hablando de mas Acke -interrumpe el enunciado un hombre alto y musculoso.

-Ulrich, que bueno que estas aquí... Si te podrías hacer cargo de esto por favor...

-creo que sería lo mejor, no puedo creer que mis impuestos sean invertidos en pagar a oficiales tan mal educados e irrespetuosos como este caballero -decía con tono de enojo la preciosa mujer.

-¿mal educado yo? Pero si la que se lanzó a crear suposiciones sin siquiera saber fue usted, siendo incluso que yo hasta le salve la vida.- contestó levantándose del asiento el hombre de pelo rubio.

-literalmente te pago para que me salves la vida...

-ya basta ambos. Acke, te he dicho muchas veces que debes cuidar la forma en que hablas con los ciudadanos, en cuanto a usted señorita, le pido mis mas sinceras disculpas si mi compañero no se pudo expresar de manera correcta terminando usted malinterpretándolo -dijo en tono suave el oficial que acababa de ingresar a la habitación -sin embargo las preguntas que les queremos hacer son totalmente necesarias para evitar que se repita lo sucedido y mas personas pasen por la penosa situación que usted pasó.

-pero permítame presentarme formalmente, señorita Sjoberg, mi nombre es Ulrich Thorfinn, así como mi compañero, detective y oficial de policía de la ciudad de Nykvarn, como le dije anteriormente es necesario el que le haga algunas preguntas para comprender más el modus operandi de estos delincuentes.- dijo en forma seria el musculoso hombre.

-¿estos? ¿Me está diciendo que hay más de estos tipos por ahí fuera?.- contesto sorprendida, la bella mujer.

-lamentablemente si, estos malditos tienen una especie de secta montada en toda Suecia, pero estamos trabajando muy duramente para desmantelarlos, ya han habido varios casos... Pero solo en su situación hemos llegado antes del desastre.

-bueno, pues ni sé cómo sentirme al respecto, que bueno que se está avanzando en la ata situación, sin embargo, no te entiendo por qué diablos tuvo que ser conmigo.

-realmente lo lamentamos, señorita Sjoberg, pero por favor le pido, colaborenos con las preguntas que necesitamos hacerle -. Dijo en tono de petición el musculoso hombre.

-esta bien, no es como si tuviera más opciones, es muy importante para mí que otras personas no tengan que pasar por tan horrible situación como la que yo pasé.