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Despertó lentamente, parpadeando para aclarar su vista, con un peso extra sobre su pecho.
-Vegeta-Llamo a su nombre aun aturdido, el médico se removió alejando las sábanas de su cuerpo, de repente luce irritado de tener que despertar.
-Puedo tomar el día libre hoy, no me molestes -murmuró en respuesta mientras se sentaba al borde de la cama, Goku se sentó en su lugar y sonrió, la adorable escena del Ouji mareado por el sueño, su desnudez ruborizada con su piel brillante.

Su propio rostro se torno carmesí al recordar su fechoría de anoche,se puso de pie de inmediato y ayudó al médico a levantarse, este confundido sólo lo siguió hasta el baño. Con suma cautela puso el agua tibia y después entraron juntos debajo de la lluvia.

-Perdóname Vegeta, yo deshonre tu cuerpo y yo no... - Abrazo al más bajo contra su pecho, tuvo cuidado de no lastimarlo, el médico jadeo rígido antes de empujarse para alejarse pero no tuvo fuerza suficiente así que poso sus manos sobre las caderas del ángel.
-Goku, yo quise hacerlo aparte, tú eres el ángel aquí. Mirate, desnudo conmigo que ni siquiera era virgen, yo te corrompi e iré al infierno -
Señala Vegeta para calmarlo pero después de oirse así mismo tiembla de miedo y culpa, ¿que castigo recibiría por seducir un angel?, seguro ahora su maldad se comparaba con un demonio.
Antes de que pudiera ser lamentándose el hipido del pelipalmera lo regresó.

-Me casaré contigo y me haré responsable... Yo sucumbi y el creador me... Despojara de mis alas-Cada vez su voz se silenciaba más hasta que de pronto. —¡Eso! —

Sostuvo a Vegeta por los hombros y sonrió extensamente, el médico no pudo entender lo que quería que entendiera.

—¿Qué mierda? — ese dulce carácter irritado de vegeta regresó, goku dejó un beso rápido en sus labios fruncidos y volvió a hablar.
—¡Pediré qué me haga un mortal! —

...

Goku había volado esa misma tarde lejos, habían comido juntos y antes de que Vegeta pudiera decirle algo salió por la puerta y abrió sus bellísimas alas para romper el viento.

El médico permaneció despierto esperando sus regreso, eran al menos las 10 pm y el ángel aún no regresaba como lo había prometido. La comida estaba fría sobre la mesa, la decepción asentada en el estómago de Vegeta, los pensamientos comúnmente regresaron a él, las inseguridades haciéndolo pensar de más, la ira arrancandole el sueño.

"¿y si no vuelve? ¿Porqué querría quedarse con un humano tan simple? ¿Qué sentido tiene intentar esto? ¿Y si no quiere volver? ¿El realmente me ama? ¿Yo soy suficiente?..."

La razón le regreso repentinamente, haciéndolo ponerse de pie e ir a sentarse al sillón de la sala, se estiró acariciandose el cuero cabelludo.

¡Click!

La puerta de su casa de abrió fácilmente, Vegeta casi chilla de felicidad y al mismo tiempo casi abre la boca para reclamar la tardanza, pero todo eso se detiene cuando el ángel se derrumba a sus pies.

Sus facciones se arrugan de terror, la sangre gotea de dos grandes heridas en la espalda de Goku, son largas y profundas, dejando ver la carne al rojo vivo picando de dolor, la piel alrededor está pálida, opaca, sin vida.

Su cuerpo se mueve casi en automático, se apresura a intentar levantarlo, pero esta inconsciente y pesa demasiado.
Lo arrastra con toda la fuerza que tiene su pequeño cuerpo a la habitación principal, lo deja sobre la cama y corre por sus herramientas.
La sangre bombea salvajemente a su corazón, sus manos nunca habían temblado como esta noche, no quiere perderlo, ni siquiera sabe si en posible perderlo.
Siente el latido de su corazón, es constante y casi sano, no hay mucho peligro y suelta un largo suspiro de alivio, los ojos arden reteniendo las lágrimas de miedo.
Limpias con delicadeza las profundas heridas, ve como su cuerpo se estremece de dolor cada vez que pica y talla, pronto está poniendo anestecia para costurar la piel.
Lucha para vendar su espalda, lo tiene que mover el mismo mientras rodea todo su torso con la tela blanca, duele ver su piel tersa herida, es tan lamentable que termina quebrandose. Esta sentado a su lado en la cama, Goku duerme sobre su propio pecho, parece cansado, pero pleno.
Vegeta sigue mirándolo, está tan atento, su rostro sigue rojo de llanto, su mano no deja de acariciar el cabello ajeno con esperanza de consolarlo.

Y desea tanto que despierte.

Un ángel enamorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora