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Vegeta nunca fue un religioso o creyente, pero cuando Krillin volvió a aparecer en su puerta agradeció a los cielos y al creador.
Cuidar de un enfermo no era nada fácil, su cuerpo se sentía cansado y exhausto, no quedaba más fuerzas en sus extremidades gracias a los días y noches que tuvo que cuidar de un Goku inconsciente, mentalmente aterrado y acabado, el simple pensamiento de un coma eterno torturando cada vez que miraba al Ángel.

—Hola. —Saludo su visita con ese tono casi compasivo, Vegeta ni siquiera tuvo humor se preocupo por la pena que daba solo mirarlo, esas manchas bajos sus ojos por falta de sueño, sus mejillas ahuecadas y los pómulos demasiado pronunciados.

—Pasa.. Kakaroto esta en la habitación, solo, vigilalo un momento.—
Pidio, cediendo el paso dentro de su hogar, el otro no tardo en moverse solo hacia esa dirección,

Vegeta pudo aprovechar el corto tiempo para preparar un par de tazas de café, realmente necesita que algo sea capaz de mantener en pie por más tiempo, debe cuidar de Goku.

—Aquí tienes.

Había entregado la taza correspondiente a Krillin, quien yacia sentado en el sillón de la habitación, y Vegeta de pie a su lado mientras miraba a Goku inconsciente, pero visiblemente mejor.

—¿Cómo sabes que lo conozco?

Musita el chico calvo, mirándolo de reojo antes de sorber su café.

—¿Porqué otra razón estarías aquí?... Además, ustedes parecen tener algo en común.— El cuerpo de Vegeta se giro en dirección a este, expectante antes de soltar su siguiente pregunta, —¿Eres cómo el?... ¿Por eso me salvaste aquella vez?

Sus ojos incluso se humedecieron de más, fue imposible que sea indiferente cuando ha vivido ciego a tales cosas, ahora duele más al ver a su amado en tal estado.

—No debería contarte esto, pero necesitas saberlo... Quizás somos un poco iguales, situaciones similares, hice un pacto con un ángel a cambio de encontrar a mi amada y el hizo algún otro tipo de trato... Lo hacen llamar servicio comunitario, recoger almas o velar por ellas, yo logré completar mi meta y volver a mi vida sin ningún daño.— La vista de Krillin cayó en Goku de nuevo, el pacífico rostro del hombre.

—Hay reglas para poder cumplir y volver, pero no conozco sur razón, incluso así, nadie arranca sus propias alas solo, tú no deberías poder verlo... El debió hacer algo terrible para perderlo todo.

Vegeta no podía entender mucho, aun era demasiado para procesar había visto la sangre y la carne de Goku, no se trató de un sueño, una ilusión y menos de algo invisible....

—Oí que perder las alas podrías significar que una promesa rotas se vuelve una maldición... Desde hace tiempo Goku tenía las alas heridas...

Krillin se puso de pie, dejando la taza vacía en el buro, hizo un pequeña reverencia.

—Será mejor que me vaya, no seré de mucha ayuda de ahora en adelante... Solo tengan cuidado.

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Vegeta tacho un día más del calendario, ya son cinco días con Goku inconsciente... A este paso piensa en rendirse y-

¡CRASH!

Los pies del peliflama nunca fueron tan veloces, el sonido provenía de la habitación, cuando llego no pudo creer lo que veía.

—¡Goku!— Se acercó evitando el marco de cristal roto en el suelo y a cambio sostuvo al tambaleante Goku tratando de mantenerse de pie junto a la cama.

—¿Qué pasa?... ¿Porqué lloras? —es el ángel quien habla, lento y suave, pero ya hay una sonrisa débil que estira sus labios.—Si estoy bien, solo necesito un momento—

—Eres un maldito, estaba preocupado de que no despertarás.— Un sollozo silencioso comenzó en Vegeta, quien con su abrazo cálido lo llevo de vuelta a su cama, haciendo que se siente para ahí revisarlo correctamente a pesar de su estado.

Goku siseo, cuando se movía, sue espalda ardía y picaba un poco, realmente era incomodo, —¿es normal que pique mi espalda? —
Se quejo con el chico, haciendo una mueca de disgusto.

—Esta sanando, es normal, no lo toques...— Vegeta dejo de revisarlo y a cambio le miro desde su lugar de pie, las lágrimas se detuvieron un poco. —¿Qué te paso?—

—Se cayeron, solo paso cuando trataba de llegar al paraíso.—Se encogió de hombros, atrayendo al chico a sus brazos, se sentía tan cálido, podía jurar qué sentía el corazón en su pecho latir con más fuerza que nunca.

—La gente me miraba cuando iba con dolor... Creo que deje de ser un ángel antes de poder pedirlo.—Goku lucía tan feliz, una extraña satisfacción, así podía estar junto a Vegeta, ser un humano y acomodarse a su mundo. —Creo que es una bendición ¿no?...

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⏰ Última actualización: Feb 17 ⏰

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