𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐟𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐬𝐨𝐧/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿ

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Me costó mucho escribir este capítulo, y los que siguen también serán complicados, pero aquí estoy<3

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Seungmin guardó sus cosas en el casillero, sus compañeros lo habían invitado a tomar un trago pero los rechazó amablemente. Solo Minho se quedó a esperarlo, era un tipo agradable aunque su intuición le decía que quería algo más que su amistad.

Estaba listo para asustarlo y alejarlo, decir que tenía un hijo espantaba a cada pretendiente, sacándolo de la fila.

—¿Te llevo a casa?—preguntó cuando salieron del hospital. Seungmin se lo pensó, ya era tarde y mañana debía estar a primera hora en la guardería para bailar de fruta.

—Mmh, está bien—aquí vamos—mi hijo me espera para cenar—El enfermero a su lado lo miró impactado, bajando el nivel de sus pasos—¿Ocurre algo?—Seungmin mostró su sonrisa más brillante e inocente.

—Esa fue buena—Minho se recuperó, sacando las llaves del auto de su bolso-no me habían rechazado de esa forma antes, interesante-Seungmin se encogió de hombros, sonriendo.

—No entiendo lo que dices.

—Claro, señor "no estoy interesado en nadie, ni siquiera en el apuesto doctor que me persigue por los pasillos de pediatría"—Minho comentó divertido. Seungmin se volteó incómodo, Chan realmente no se rendía con él, era amable y apuesto, pero en definitiva no le gustaba de forma romántica—¿A él también le inventaste lo del hijo?

—Dios, no—Minho sonrió orgulloso de su análisis—Es real, soy padre de un bebé de tres años, se llama Yejun.—la reacción del más bajo fue placentera, adoraba hacerlos sentir como idiotas. Era un pasatiempo oscuro de Seungmin.

—No me lo esperaba...—llegaron al estacionamiento. Minho apuntó a un pequeño auto blanco, Seungmin le siguió cuando le abrió la puerta coqueto.

—¿Seguirás intentando conmigo? Chico, date por vencido—Seungmin tocó un mechón del cabello de Minho, inclinándose peligrosamente.

—Eso es provocativo-susurró.

—Provocación depende del punto de vista del que se siente incitado por alguna acción, en verdad nada es provocativo-acarició con sus dedos el rebelde cabello de Minho, pendiente de que el más bajo no se pasara de la línea—solo debes mantener las manos en su lugar, la boca cerrada y el respeto en frente. No es díficil.

Seungmin empujó el cuerpo de su compañero de trabajo, sentándose en el asiento y cerrando la puerta. Vio desde la ventana como Minho corría hacia al auto, atraído. El azabache rodó los ojos aburrido, lo había hecho tantas veces que ya le era fastidioso lidiar con las chicas y chicos que invadían su espacio personal o lo llenaban de palabrerías eróticas.

¿Tan difícil era aceptar que Seungmin quería mantenerse soltero?

—Bien, gracias por la pequeña demostración de tu desinterés, quedé más flechazo por tu encanto—Minho encendió el motor, viéndolo con fervor.

—Ojos en la pista, Lee—recomendó cruzándose de brazos. Durante todo el viaje el peliazul le miró por el espejo retrovisor, Seungmin le regañó gruñendo, no quería sufrir un accidente.

Tenía un hijo al que quería ver crecer.

—Gracias, nos vemos el Viernes—se bajó del vehículo ignorando los apresurados pasos de Minho detrás.

—¿No tienes turno mañana?

—No te importa—cantó llegando a la reja del condominio, sacando las llaves de su departamento—Regresa a casa a salvo.