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Hyunjin nunca imaginó estar sentado en una sillita en miniatura vestido de plátano, acompañado de dos niños sentados a su lado.

Ni en sus pesadillas.

Ha-eun se removió a su costado, tomando su jugo de manzana. Mientras que el bebé a su derecha tomaba leche en silencio, hojeando un libro de dibujos. El mayor no recuerda cómo terminó en esa situación, solo que salió temprano del trabajo, su hermana le llamó diciendo que saldría tarde la empresa y que no podría cuidar a Ha-eun. Hyunjin pensaba seriamente en contratar una niñera.

Y eso no era todo, solo eran tres apoderados quienes se vestirían de fruta, el arándano y la frutilla todavía no llegaban. Hyunjin estaba aburrido, los demás padres que hacían de verduras bailaban felizmente ante la atenta mirada de sus hijos.

—¡Oh no!—Yejun soltó un pequeño grito, asustado. Padre e hija miraron al castaño leer su libro infantil. El bebé de Seungmin siguió leyendo y bebiendo su leche, concentrado. Hyunjin observó al menor por más tiempo, era bastante parecido a su padre. Al parecer tampoco habían podido a recoger a Yejun, por lo que la  profesora lo sentó a su lado con la excusa de que debía socializar más con Ha-eun, pero durante todo ese rato ambos niños se habían ignorado.

El hombre vestido de plátano sacó un pañuelo del bolso de su hija cuando Yejun vacío un poco de leche en su ropa. El bebé cerró su libro haciendo un puchero, tiró el envase de leche al suelo con cuidado, estaba todo mojado.

—¿Me dejas ayudarte?—preguntó Hyunjin amablemente, si se quedaba con el chaleco húmedo podría enfermarse, era peligroso. Yejun lo miró arrugando su nariz, analizando su traje de pies a cabeza. Hyunjin rascó su cabeza incómodo, tenía la misma mirada intensa de Seungmin.

—Gra-gracias—aceptó levantando sus brazos, Hyunjin quiso reír, su personalidad era bastante extrovertida. El pelinegro se acercó al castaño, secando el chaleco de Yejun como pudo, pero estaba pegajoso—tengo otra.

—¿Ah?—preguntó confundido, Yejun apuntó a su mochila. Hyunjin se levantó del suelo arrastrando la cola del plátano, abrió el bolso del más bajo y rebuscó alguna camiseta nueva, los bebés siempre tenían una por si sucedía algo. Eureka, ahí estaba—¿Quieres que te ayude o llamo a alguien?—Yejun se llevó las manos a la boca pensativo, miró en dirección a su hija quien los observaba sin expresión.

—No sé...—susurró en silencio.

—Ella estará bien, se quedará aquí esperando—confirmó Hyunjin, viendo a su hija. Ha-eun asintió amigable, entregando una tímida sonrisa a su padre. El pelinegro sonrió cálido, esa era la sensible hija que había criado—¿Vamos?—preguntó.

Yejun levantó los brazos para que lo tomara en brazos, Hyunjin se sorprendió un poco al inicio, se le olvidaba que él solo tenía tres años y todavía estaba acostumbrado a estar en brazos. El plátano se agachó a su altura pasando las manos protectivo por la espalda de Yejun para alzarlo, era muy pequeño y delicado, desde hace años que no tomaba a un bebé en brazos, Ha-eun ya estaba grande y alta.

—Princesa, espera aquí ¿si?—ella asintió volviendo a beber de su jugo, mirando al patio donde los demás padres ensayaban. Hyunjin caminó al baño, Yejun tocó sus hombros con sus cortos dedos, apretando con fuerza, se recostó en su cuello mirándolo con curiosidad.

El corazón de Hyunjin se derritió por un momento.

El baño no estaba tan lejos, dejó a Yejun en el suelo unos segundos para después sentarlo en la repisa pegada a la pared donde normalmente se cambiaban los pañales. Se sacó el gorro del atuendo, le picaba la cabeza.  Desató el húmedo chaleco de Yejun, la dejó a un lado rápido para que el cuerpo del menor no en enfriara.

𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐟𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐬𝐨𝐧/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora