Un Amor Que Quema [Tamaki Amajiki x Oc] [EN PAUSA]

5. Todo cambia

(...)

Después de lo que ocurrió en 4to grado con el asunto de Amajiki-kun y Kashira-kun todo mejoró. Ya tenia más amigos y aunque la mayoría eran hombres no me juntaba con ellos por que mi hermano parecía perro guardián en todo momento, y con las niñas... jeje con las niñas no me llevaba tanto por que decían que les da miedo Suki y prefiero estar con el que con ellas.

Quise crear una amistad con los chicos, y aunque con Kashira-kun si lo "logré" ya que cuando lo veía por la zona de los grados de secundaria por que ayudaba cuando podía a Shikasa-san con encargos siempre me saludaba con una gran sonrisa. Pero con Amajiki-kun... creo que le caigo mal ya que con el era un poco diferente, cada que lo veía y lo quería saludar me evitaba a toda costa.

Al principio pensé que era alérgico a mi ya que empezaba a ponerse rojo y tartamudear y no lo lograba entender ~¿A caso manifesté un don que haga que las personas se alejen de mi? ¿Pero si así fuera, por que solo afecta a el?~ eso pensé un día en el que ni siquiera me dejo acabar mi típica frase. Pero gracias a que vagaba por los pasillos de la secundaria conocí a uno de sus amigos, se llama Togata Mirio, el es todo lo opuesto a Amajiki-kun pero son mejores amigos y a lo que me conto el día que me regañaron por golpear a Kashira-kun el no vino a clases, por eso Amajiki-kun estaba solo.

Básicamente todo en mi vida iba muy bien. Me sentía de maravilla ya que era mi ultimo año de primaria y ya entraría a la escuela media. Me alegraba mucho ya que seria un nuevo comienzo y por otro lado conocería más a Tamaki-kun.

Como dije, todo iba de maravilla.

(...)

Todo iba normal en este día, desayunamos, fuimos a la escuela, hicimos la tarea y nos fuimos a dormir. No creí que este día cambiaría mi vida para siempre...

Esa noche en medio de mis sueños me empezó a arder todo el cuerpo de poco a poco, empezó como si me hubiera picado una abeja y se fue extendiendo por todo mi ser, lo ignore pensando que se iba a pasar pero solo fue empeorando.

-S-Suki, auch, S-Suki m-me arde, ah, S-Suki , a-ay, Suki me duele, ¡Me duele!¡Ahhh!,- solo podía jadear de dolor hasta que me desperté de golpe empezando a llorar.

-¿Pero que... ? ¡MAMÁ!¡PAPÁ! ¡A KASUMI LE SUCEDE ALGO!- solo pude escuchar a Katsuki gritar con miedo antes de que llegaran mis padres corriendo, casi rompiendo la puerta del cuarto.

Gracias al dolor me sentía tan aturdida que veía todo en cámara lenta, escuchaba mi nombre a lo lejos pero el dolor se volvía más fuerte cada vez haciendo que solo me retuerza en el suelo, veía todo borroso y de color rojo gracias al fuego que había en el cuarto, me sentía aterrada, tenía miedo. En ese momento solo quería que Katsuki me abrazara y me dijera que todo estará bien como siempre lo hace, pero no era así.

Veía como el trataba de acercarse a mi pero no podía, no sabía cómo, creo que el sabía como me sentía en ese momento, ya que en pequeños ecos escuchaba que siempre decía "Kasumi estoy aquí, no te pasara nada" " nii-san está aquí para protegerte".

Me sentía un fenómeno, un error, un... un monstruo. Había lastimado a mi propio hermano con... mi kosei.

Cuando sucedió traté de tocar a Suki pero el solo grito de una manera que nunca lo había hecho, era con miedo y dolor, sentimientos que eran causados por mi. En ese momento pude ver mi cuerpo ardiendo en llamas, pero ya no sentía nada, ni dolor, ni tristeza, solo era miedo, miedo hacia mi misma, era como una bruma que se extendía por todo mi cuerpo al ver lo que le había hecho a mi propio hermano.

Me quede congelada, sentía como si mi corazón simplemente dejara de latir por un momento, sentí tan pesado mi cuerpo que sólo me deje caer, antes de tocar el suelo sentí como unos brazos me tomaron recargándome en su pecho, saliendo de la casa.

(...)

De un momento a otro ya no estaba en mi cuarto, no sabia donde estaba, solo se que era muy obscuro y frio. Tenia miedo, no sabia que hacer, grite con todas las fuerzas que tuve pero no conseguía nada.

Me sentía perdida hasta que sentí un calor conocido, un calor tranquilizante en la palma de la mano, no sabía que había pasado pero se que estaría bien.