Capítulo XXXV

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Adrian

Se me nubla la vista y se vuelve borrosa, mu cuerpo sigue desprendiendo calor y me siento muy excitado, beso a Marinette, mis manos se descontrolan y la manoseo toda, apreto sus nalgas contra mi pelvis, y ella se refriega más rápido contra mí.
Y algo en mi cabeza me habla...
No distingo la voz, solo la escucho en la lejanía, intento no hacer lo que me dice pero mi cuerpo no me responde.
Estoy jodido

La voz ordena y mi cuerpo lo obedece, no tengo el control, pero sí soy conciente de lo que sucede.
< Ofrecela a los invitados>
Me levanto con ella encima, rodeando con sus piernas mi cintura. La llevo hasta el centro de la sala donde ha aparecido una cama redonda.
Esto no me gusta nada, de seguro Marinette tambien debe estar drogada o manipulada.
La dejo en la cama y oigo otra orden,
< Desnudala>
Mis manos suben por su cintura hasta el pecho y rompen el vestido dejandola desnuda en segundos. Su cuerpo esta a la vista de todos los invitados.
Marinette está sentada sin moverse, no le importa estar desnuda, y sé que ella es tímida y no es normal su tranquilidad. Su cuerpo está cada vez más caliente, no habla y no se queja.

Me empiezo a desesperar, no poder hacer nada para evitar verme así.
< Transformarte Chat Noir>
NO!! Hasta aquí, que mierda pretenden.
Mi cuerpo se transforma,  también.
< Follala>
Mis manos pasan por sus pechos y los amasa sin cuidado alguno, y mi boca los succiona y muerde hasta que sus pezones se vuelven duros. Ella gime y agarra mi cabeza para que siga.
Oigo sus gemidos, se retuerce de placer, una de sus manos agarra mi miembro y lo empieza a masajear de arriba a abajo.
No sé en qué momento me he desnudado, tengo cierto flashes que me restan la visión, lo poco que veo es a Marinette entre mis piernas, recibiendo embestidas procedentes mi cuerpo.
Otra orden me manipula,
<En cuatro y dale duro, sádico >
Mi cuerpo obedece, y gira a la azabache poniéndola en cuatro y esta vez la embisto más fuerte, más duro,  le doy varias nalgadas y ella gime más fuerte, pero no distingo si es dolor, y mi odio se expande por no poder hacer nada.
Mi cola de gato rodea su cuello y le aprieta, mi polla sigue entrando y saliendo de su sexo sin pausa, y vuelven las nalgadas y la presión en su cuello, la oigo jadear con esfuerzo, mis garras están clavadas en su cadera, pequeños hilos de sangre caen al suelo y escucho gemir a los invitados, anhelan poder probar su sangre, el olor inunda todo el salon y muchos se estremecen por no poder acercarse.

No me gustan estos roles sexuales, los probé en su momento, pero aparte de las nalgadas, no disfruto, además que satisfacción obtienes con uno de tu especie, nada, tienes que buscar una humana.
Mi cuerpo se empieza a contraer, estoy a punto del orgasmo, y por primera vez, aunque parezca mentira, lo deseo. Lo deseo se con esto se acaba esta tortura.
Me voy a correr y escucho lo peor,
No, no pueden hacer eso!
<Cataclismo!! >
De mis manos fluye esa bola negra de destrucción que impacta con la pelvis de ella, su cuerpo se tensa, un grito de agonía sale de su garganta y cae sobre la cama inerte.
Huelo a oxido afeitado y veo como de su sexo cae sangre deslizándose hasta sus pies.
Mi vista se nubla del todo y solo veo oscuridad, mi cuerpo se sacude como si saliera algo de él y me caigo de culo al suelo.
Son solo segundos pero reaccionó, me levanto de una salto me abalanzó sobre mi compañera que sigue en la cama sin reaccionar.
La cojo en mis brazos y me la llevo sin mirar atrás, sin importarme todos los presentes.

Marinette.

Mi cuerpo esta muy caliente y excitado, y estar cerca de Adrian me pone peor. Me siento que no me puedo controlar y lo beso y me dejo tocar toda por él. Estamos en un rincón y apenas nos verán si jugamos un poco.
Poco a poco siento como un mareo que me deja la visión borrosa, estoy con él por eso no me preocupo. Seguimos con los besos salvajes hasta que no consigo controlar mi cuerpo, pero este sigue moviéndose.
Una voz me susurra que no me preocupe, que me relaje y disfrute.
Me pongo alerta porqué esa voz es escalofriante, quiero parar, mi cuerpo no reacciona, alguien lo controla.
La voz
Adrien me levanta y me lleva hasta una cama en medio del salón,
Cuando fue que la pusieron ahí?
Me sienta, sus manos suben hasta mi escote y tira de la ropa rompiendola. Estoy desnuda, y no quiero seguir aquí, mi cuerpo no obedece.
< Relájate y  disfruta> de nuevo esa voz.
Adrian se transforma y empieza a tocarme con poco tacto.
Mi cuerpo reacciona a los agarrones en mis tetas, su boca los succiona y muerde hasta sacarme un gemido de placer, hasta ahora lo único incomodo es tener público.
Se desnuda y su miembro entra de golpe, rudo y hasta el fondo. Sus embestidas son fuertes, son una mezcla de dolor y placer, parece que no sea el mismo de siempre, de un momento a otro gira mi cuerpo y lo pone en cuatro y me azota nalgadas en el culo.
Sigue entrando en mí, estoy muy mojada y aunque sienta algo de dolor mi cuerpo reacciona con placer y pequeños orgasmos.
Siento que su cola de gato rodear mi cuello y apretarlo a intervalos de fuerte a flojo. Jadeo cuando lo suelta un poco, me ha dejado casi sin respirar, y no es lo único, sus manos o mejor dicho garras, se clavan en mi cuerpo y me provocan pequeñas heridas que sueltan sangre.
Oigo a ciertos jadeos de lejos, deben de ser los invitados, mi sangre cae en forma de pequeñas gotas al suelo dejando en el ambiente el olor a oxido y el mio propio.
Adrian sigue embistiendome sin compasión y dándome nalgadas que no son nada placenteras. No sé cuánto tiempo ha pasado solo sé que ya no es placer lo que siento, mi cuerpo está agotado pero no responde a mí misma, y cuando escucho la palabra me asustó, pero no me da tiempo, mi pelvis siente un fuego abrasador desde dentro que quiere salir de mi cuerpo, no puedo contener el dolor que me provoca y grito con las pocas fuerzas que me quedan, y todo se vuelve negro.

Horas más tarde

Mis ojos intentan abrirse y veo lo que parece el techo de mi habitación,
Cuando volvimos?
Flashes de la fiesta me vienen a la mente, y recuerdo como el cataclismo de Cat Noir me hace daño.
Miro a mi alrededor confirmando que es mi habitación y que no sigo en el castillo.
El maestro está ami derecha, Emilie a mi izquierda y Alya en los pies de la cama dando vueltas y sobre sí misma.
- Emilie que ha pasado? - mi voz es casi un susurro ronco.
La mujer salta sobre mí cuello dándome un abrazo, el maestro la aparta,
- Emilie déjala descansar, esta débil. - se disculpa y se sienta de nuevo.
Alya me mira con el entrecejo arrugado y una cara seria. Verla así es raro, ella es siempre muy divertida.
- Por favor, quiero saber la verdad - pienso en lo último que recuerdo - Porqué usó el cataclismo en mí? - quiero respuestas aunque duelan.

Emilie se mira con el maestro buscando su aprobación, este le da una afirmación con la cabeza.
- Marinette, cuando te dije mente abierta no me esperaba que pasara algo así, de verdad te lo digo. Este tipo de eventos cada vez se vuelven más escentricos- esto último lo dice haciendo comillas con los dedos.
- No esperábamos que os manipularan con magia y sucumbir a sus gustos.
Mi mirada se clava en ella,
- Quiero la verdad! La exijo! -
- Esta bien, pero Adrian no tiene la culpa, te lo digo porque a él también lo manipularon. - y sigue - Marinette, el cataclismo te provocó una rotura de  cèrvix y quemaduras internas -
Me quedo en shock, esos hijos de puta hicieron que Adrian me rompiera el coño? Acaso están mal de la cabeza?
- Que pretendían esos tarados?! -
Mi enfado empieza a crecer por momentos.
- No estamos seguros, es la primera vez que actúan así. En todos los eventos siempre se ha respetado al anfitrión, que era tu caso. Si no querían participar no estaban obligados. - explica con cautela.
El maestro se peina la barba con la mano, esta en estado pensativo.
A mi lo me cuadran las cosas, aún hay secretos o cosas que n quieren contarme y apenas saben nada de mis poderes. Eso me da desconfianza hacia todos.

Golpean la puerta y entra Adrian junto a una de las chicas de servicio.
Su rostro es de preocupación, no lo esconde.
- Marinette cómo estás? - hace pasar a la chica - Debes alimentarte para coger fuerza. -
No sé qué pensar, el mismo que me ha dañado esta pidiendo que me alimente. Quizás no es su culpa pero estoy dolida y no me apetece verlo.
- Esta bien, pero me pueden dejar sola, por favor?- pido.
Todos se levantan y empiezan a salir, me dejan con la chica a solas, ella se sienta a mi lado y me ofrece su cuello, me alimenta y se va. Me quedo sola, me levanto y me miro en un espejo buscando marcas o rastros de lo que me haya podido provocar el cataclismo.
Nada de nada.
Un ligero dolor en el interior de mi útero pero es soportable.

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