𝐄𝐋 𝐇𝐔𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃 || timothée chalamet

16

El día del examen se acercaba cada vez más, intentaba que nada de la situación de mi casa me distrajera, realmente quería irme de la estancia y poder vivir experiencias como las que Timothée me había contado. Quería tener una vida nueva, algo tan simple como la libertad.

Arthur estaba enojado conmigo, pensaba que estaba del lado del huésped, cuando realmente no era así. Le insistí en múltiples ocasiones que no estaba del lado de nadie sin embargo no me quiso oír. Esperaba que se le pasara, sólo necesitaba un poco de paz.

Había estado estudiando por días, durante la mañana, tarde y noche. Timothée me acompañaba la mayor parte del tiempo, a veces intentaba ayudarme, ya sea preguntándome las cosas que se suponía que debía saber. Y otras veces sólo me brindaba su compañía, lo cual era reconfortante y me hacía sentir mucho mejor.

Harry estaba actuando extraño, necesitaba hablar con él en cuanto pudiera, pero últimamente sólo me evitaba.

— ¿Cómo se siente? —sentí que el sillón se hundía, me volteé encontrándome con el chico que pasaba horas y horas en mis pensamientos. Me encontraba leyendo en la sala de lectura, era teoría sobre los temas que rendiría.

—Bien, ¿y usted?

Hizo una pequeña pausa, estaba inquieto, más de lo usual.

—Creo que es hora de dejar las formalidades, ya no es necesario que me trates de usted—murmuró un poco avergonzando. Estábamos pasando tanto tiempo juntos que ya conocía sus expresiones.

— ¿De verdad?

—Claro que sí—me sonrió.

—Entonces así será—le devolví la sonrisa—. ¿Has notado lo extraño que se comporta Harry?

En mi interior pensaba que era extraño tratarlo de tú, y no de usted, sin embargo podría acostumbrarme, lo sentía todavía más cercano a mí. No iba a negar que eso me encantaba.

—Sí, ¿has hablado con él?

—No quiere hablar conmigo, y Arthur está enojado, por lo que no puedo pedirle que hable con él—suspiré cuando finalice de hablar—. Nunca antes Arthur se enojó tanto conmigo.

—Lo siento, eso es debido a mi culpa—se disculpó de una manera tan tierna que sentí todo tipo de cosquillas en mi interior.

—Timothée no te disculpes, nada de lo que sucede es por ti—aseguré. No lo sabía con exactitud pero podía ver a su verdadero yo, y estaba segura de que era bueno.

—Me es inevitable, Arthur tiene razón, los problemas comenzaron con mi llegada.

—Claro que no, fue solo una coincidencia—estaba enojada con mi hermano, por hacerlo sentir de esta manera. Ya no había razones para desconfiar de Timothée. No me respondió, entendí que no sabía que decir, entonces dejé el libro que estaban en mi regazo en el otro lado del sillón, y me acerqué a él.

Lo abracé rodeando su torso con mis brazos, sentí como se sorprendió pero me correspondió.

—Timothée no debes sentirte así por culpa de Arthur, sé que eres una buena persona y no tienes nada que ver con esto—susurré las palabras, me daba vergüenza decirlo demasiado alto.

—Gracias, realmente no sé qué sería de mi sin tu compañía—depositó un beso en mi cabeza, por lo que levanté mi vista para mirarle.

—Se acerca el viaje a Londres, ¿de verdad vendrás conmigo? —volví a insistir, me parecía irreal. Sería como un sueño.

—Claro que sí, ya hasta he convencido a tu tío—sonrió orgulloso. Esa sonrisa volvió a causar algo en mi interior, realmente no podía con él.