𝐄𝐋 𝐇𝐔𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃 || timothée chalamet

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todo lo que voy a decir hoy le debo esta historia entera a taylor swift y su música
mi recomendación: no body, no crime y champange problems.

Voltee mí vista hacia el pelirrojo que tenía a mi lado, miraba hacia el cielo mientras la luz del atardecer le alumbraba la cara. Parecía tener su pelo aún más naranja.

— ¿No eres de Londres verdad? —preguntó, inmediatamente entrecerré mis ojos intentando encontrar el motivo de su pregunta.

—Sí, nací aquí solo que nos mudamos a una hora de la ciudad—le expliqué—. ¿Por qué?

—Es que pensé que... es algo tonto pero si eres la prima de Thomas y vivías aquí, tendría que haberte conocido, pero tu respuesta aclara mis dudas—respondió jugando con sus manos. Lo detallé con mi vista, vestía unos pantalones grises de vestir, una camisa con una corbata verde, por encima un abrigo de lana y una típica boina de deshollinador.

Asentí ante su explicación, seguíamos esperando a mi primo y su mejor amigo, ahora ya estábamos en un jardín listos para irnos. Simplemente restaba que los susodichos tomen una ducha y nos dirigiéramos a la casa. Philip era muy charlatán y hasta podía decir que era un poco entrometido, pero apreciaba tenerlo conmigo porque sola hubiese sido un martirio.

— ¿Eres amigo de Thomas hace mucho? —me sentí un poco mal por no responder tan bien sus preguntas, así que decidí que podría generar una conversación.

—Sí, prácticamente de toda la vida. Sus padres son amigos de mis padres, y también de los de Timothée. Sólo que nosotros vivimos en Londres de manera permanente—me contestó.

—Claro, entiendo—medité sobre si correspondía o no preguntar sobre su vida amorosa, pero después de todo él comenzó hablándome sobre Timothée—. ¿Y hay alguien en tu vida?

— ¿Disculpa? —sus ojos se abrieron y sus cejas se arquearon—. ¿Tú no estabas con Tim?

Solté una carcajada bastante sonora.

—No preguntaba porque esté interesada en ti, sólo estaba buscando tener una conversación—expliqué.

—Oh, lo siento, he pensado mal—se rio nerviosamente, ambos estábamos avergonzados—. Sí, hay alguien en mi vida, pero no tenemos un amor fácil.

Su mirada se tornó triste, y de inmediato me arrepentí de preguntar.

—Si no quieres hablar de eso, lo entiendo. No es necesario que m-...

—De hecho si quiero. No lo hablo con nadie desde hace bastante—me interrumpió, por lo que me quedé en silencio escuchando su historia.

Relató que él amaba a alguien con toda su existencia, pero que había ciertas cosas que le impedían estar juntos y que aquello le rompía el corazón porque lo había intentado olvidar de muchísimas maneras, sin embargo no podía. Desde que supo sobre el amor fue como si su nombre estuviese tatuado a fuego en su corazón, era imposible de borrarlo, o de reemplazarlo. Según Philip nadie se le asemejaba. No podía dejar de verle, ni mucho menos despedirse. En medio de su relato vi como las lágrimas amenazaban con salir, y me sentí tan triste por él que, si bien la historia era ajena a mí, deseé que pudieran estar juntos.

Timothée y yo hacía poco que nos conocíamos, pero estaba segura de que si algo me impediera estar con él sufriría bastante. Además el pelirrojo había demostrado ser una buena persona y no merecía tal tristeza.

—Philip lo siento muchísimo, ¿no han pensado en huir?—apoyé mi mano en su antebrazo. Quizás me estaba excediendo pero no podía verle llorar sin hacer nada.