Capítulo 22 Escape

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Trabaje hasta el final de la jornada, el seguía admirando el horizonte, seguía pensativo, me limpie la garganta como para que notara que ya era hora de subir al dormitorio.

-Sube al dormitorio, me quedare aquí un rato más- no volteo a verme

-Ok, adiós- abrí la puerta y comencé a subir las escaleras, subí lo más lento posible, me gustaba estar sola de vez en cuando, tener ese tipo de privacidad era muy raro desde hace mucho tiempo, y entonces tuve la peor idea que había tenido hasta ahorita, hice el conteo y estaba a 5 pisos de las oficinas directivas, ósea la de mi padre.

Suspire y no sabía si estaban ocupadas esas oficinas, o si era un piso vacío o que era, trague saliva y me dispuse a subir esos pisos, sabía que no era buena idea, pero no estaba escapando, podía decir que me había equivocado de piso o algo así, entre más subía los pisos más me convencía que era una buena idea, cuando llegue ahí suspire antes de abrir la puerta, la abrí lentamente, se veía obscuro, pero una vez que di un paso hacia adentro los sensores de luz se activaron y todo el piso se prendió.

Analice todo el piso, y estaba vacío, obviamente no era lo que recordaba, parecía que había pasado un tornado por ahí, papeles tirados por doquier, muebles navajeados, cristales y demás, aun así se sentía un poco como casa, ver el tipo de decoración que mi padre y abuelo habían elegido, e incluso olia aun un poco a puro que fumaban.

Entre a oficina de mi padre, enderece la silla donde se sentaba y me senté, vi cómo había unos paquetes de galletas tiradas a lado de un cajón volteado, eran las favoritas de mi papá siempre tenía guardadas en su oficina, me levante y recogí 2 paquetes, uno lo metí a la bolsa a lado de la pieza y el otro lo abrí, lo olí y empecé a comer las galletas, me supieron a gloria, camine de regreso a la silla, pero antes de llegar pise algo que crujió, al ver que era me encontré con un porta retratos, ahí estábamos mi familia y yo en una foto, la recogí con nostalgia y la analice, la habían tomado hace unos 4 años, nos veíamos tan felices.

Me puse a pensar que estarán pensando ellos en estos momentos, pensaran que sigo viva? estarán preocupados por mí? Estarán haciendo algo por rescatarnos?, una lagrima recorrió mi rostro al pensar que tal vez no volvería a verlos jamás, esos pensamientos ya tenían un buen rato que no cruzaban mi mente.

Tome la foto la vi una última vez para tratar de guardarla en mi memoria y empecé a romperla, no podía dejarla ahí, ni llevármela, de milagro nadie la había analizado, porque a pesar de que me veía diferente que en la foto si alguien la analizaba con detenimiento se daría cuenta de que era yo la de esa foto. Me levante y empecé a buscar en el piso para ver si no me encontraba con alguna otra foto familiar, pero las únicas que encontré eran de mis hermanos y yo cuando éramos bebes, esas no las destruí.

Me recosté en uno de los sillones y termine tranquilamente el paquete de galletas que estaba comiendo, amaba ese momento de paz y serenidad. Desperté de repente y me cegaron las luces que se habían vuelto a desactivar por falta de movimiento, me había quedado dormida en el sillón, no tenía idea de cuánto tiempo había pasado.

-Mierda!-. me acerque al ventanal y el sol empezaba a asomarse poco a poco, me había quedado ahí toda la noche, no sabía si alguien se había dado cuenta de mi ausencia, si pensaban si me había escapado, tenía que regresar al dormitorio antes de que tomaran lista para los baños, pero seguro todos estarían dormidos y con el ruido que hace la puerta de las escaleras se darían cuenta cuando entrara.

-Que hago? Que hago?- empecé a auto preguntarme, lo único que se me ocurrió fue regresar al área de trabajo, podía hacerlo por las escaleras y nadie se daría cuenta, y si me buscaban estaría donde debía estar, era la mejor opción. Espere un par de horas más a que diera la hora que tenía que empezar la jornada, baje por las escaleras, me fije que no hubiera movimiento, por suerte todo estaba tranquilo, llegue al piso y abrir la puerta, descanso un poco mi alma al ver que no había nadie, me lave la cara en el baño y regrese a la mesa de trabajo me senté y al rato escuche como pasos que bajaban por las escaleras, tome la pieza y empecé a trabajar en ella, abrieron bruscamente la puerta, era Ren, suspiro con alivio al verme.

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