Capitulo 6 COMO UNA PRISIÓN

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UNA DISCULPA ENORME POR LA TARDANZA, AQUI LES DEJO NUEVO CAP, ESPERO ENTRE SEMANA PODER SUBIRLES EL SIGUIENTE CAPITULO, GRACIAS POR SUS VOTOS Y COMENTARIOS, ESPERO LES SIGA GUSTANDO ESTA HISTORIA.


Se acercaron alguno de los soldados y cagaron el cuerpo

    -Que hacen?!- le grite y me jalaron 2 personas

    -Contrólenla o será la siguiente- dijo uno de los soldados, me al baño y llore durante un buen rato, no podía creer que lo hubiesen matado, no entendía que debía hacer, pensé en tirar la pieza por el W.C pero le prometí al señor Casol que cuidaría de ella, pero entonces por que era tan importante esa arma, y por que la querían con tanta desesperación, tarde o temprano lo descubrirían, tarde como 30 minutos para poder controlarme y salí. Al salir vi una enorme fila, toda la gente estaba formada para algo al parecer camine hacia delante para saber para que estaban formados

    -Pia!- me grito Gina que estaba en la fila

    -Gina! Que pasa?- le pregunte sorprendida al verla ahí también

    -Están dando comida, dicen que solo nos darán una vez al dia- me explico

    -Una vez al dia? Que quiere decir eso? Cuanto tiempo vamos a estar aquí?- quería entrar en pánico otra vez pero respire

    -No lo se, pero no podemos morir de hambre- me dijo y estábamos por llegar nos dieron un plato desechable y pasamos estaban 3 personas sirviendo, poníamos el plato y servía una cucharada de arroz y otra de frijoles, la ultima nos daba un pedazo de pan, eso era todo. Caminamos hasta donde estaba el sillón y nos sentamos ellas empezaron a comer al instante al parecer morían de hambre yo simplemente admire el plato de comida, recordé al señor Casol y simplemente no pude comer al recordar toda la sangre.

     -Pia, debes comer, por favor come- me pidió Gina una vez que hice el plato a un lado

     -No tengo apetito- le conteste a secas

     -Pia, tienes que comer, debes ser fuerte, vamos a salir de aquí- me susurro al oído, voltee a verla esta vez y le sonreí, como para poder tranquilizarla y convencerla que por ahora estaba bien.


Los días pasaron, al contar las noches me di cuenta que ya habíamos estado ahí por alrededor de una semana, no pasaba nada simplemente parecíamos prisioneros, ocasionalmente desaparecían mas y mas personas que pertenecían al laboratorio y jamás regresaban suponía que llegaban a tener el mismo destino que el señor Casol. También por otra parte de repente pequeños grupos de personas de unían para tratar de escapar, obviamente trataban de enfrentarse a un ejercito completo de soldados y fracasaban, el sargento los esposaba y hacia que salieran del piso, jamás regresaban por lo que estábamos seguros de que morían ya que de vez en vez el sargento regresaba con su uniforme ensangrentado. Cada noche lloraba menos suponía que ya me había dado por vencida, había perdido toda esperanza de que ser rescatada.

   -Muy bien ya es hora de que todos se den un baño, esta apestando demasiado aquí!- grito el sargento

   -Mujeres hagan una fila aquí! Hombres por alla!- fuimos y nos formamos a donde nos habían dicho Gina y Carmen estaban formada delante de mi

    -Muy bien de 5 en cinco- les dijo el sargento Miliz a los guardias –Denles 5 minutos a cada uno no mas!- les volvió a decir y asintieron cada 10 minutos 5 hombre y 5 mujeres entraban a los elevadores escoltados por 2 guardias, tardaban los 10 minutos y bajaban con su ropa en la mano y traían puesto un jumper color negro con un numero detrás, al ver eso por fin sentí que era una completa prisión y que si se habían tomado el tiempo de hacer esos trajes era por que tenían planeado tenernos ahí por mucho tiempo. La fila avanzo y avanzo hasta que fue mi turno, seguimos a los guardias y entre mi grupo iba Carmen y Gina, subimos al elevador y se detuvo 4 pisos arriba era el gimnasio de empleados que no recordaba mi padre había adaptado para los empleados hace un par de años, caminamos hacia los baño de mujeres, antes de entrar estaba una soldado nos vio con detenimiento y nos dio un a cada una uno de los jumper negros y un cambio de ropa interior, después nos dio un pedazo de jabón del tamaño de una nuez lo tome y nos hicieron pasar a las regaderas a cada una.

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