7.Av Bolívar.

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Narra Logan Lerman.

¿Uno puede entrar en pánico en su interior después de una videollamada que te dejó completamente aterrado? Porque así me sentía yo.

Venus está embarazada. 

Venus Torres.

Embarazada.

Dios, nunca creí escuchar esas tres palabras en una misma oración sin el "no" entre ellas. Creo que lo que más me inquieta es el padre de ese bebé, Jordan jamás me ha dado buena espina y se lo he manifestado muchas veces a Vee. Igual no la podía obligar a no estar con él.

Esto me trae recuerdos de más de dos años, cuando Bea no entendía la función de las pastillas anticonceptivas y creyó estar embarazada. En ningún momento dudé en darle mi apoyo, pero Venus me preocupa mucho más por todos los problemas que tiene encima ¡Y que el padre sea Jordan! Por lo mal que me cayera Froy, sabía dentro de mí que no iba a abandonar a Bianca y eso me tranquilizaba ¡Ahora a mi mejor amiga le pasa esto y no puedo ayudarla como quisiera desde aquí!

Necesito saber si Froy estará pendiente de ella todo el tiempo. Él la ama. Por supuesto que no la va a abandonar porque estuve en su lugar ¿Venus le habrá dicho del embarazo? ¿Soy el único que sabe? ¿Qué hará ella?

Creo que no debí cortar la llamada, pero tampoco quería transmitirle mi angustia porque sería peor.

—¡Logan! ¡Mamaguevo sordo!

Me sobresalté cuando el grito de Bianca abarcó todo el apartamento. Ella estaba parada justo a mi lado con unas bolsas y las llaves de la camioneta entre los labios. Acaba de llegar.

—No te sentí llegar, lo lamento.—me disculpé.

Tomé impulso y me levanté de mi silla para ayudarla con las bolsas, había hecho un pequeño mercado para la semana ¿Venus sabrá hacerle comida a su bebé?

—Se nota, andabas en las nubes.—Bianca me siguió hasta la cocina y empezó a guardar las cosas.—Te estaba diciendo que hoy iremos a comprarte ropa, Ana vendrá en un rato para ayudarnos.

—¿Por qué? Traje suficiente.—me encogí de hombros.

¿Y la carrera de Venus? ¿Contratará una niñera para ayudarla? Yo podría cuidar al bebé cuando estuviera de gira, aunque la verdad no sé hasta cuándo estaré aquí.

—Logan, tienes unos putos lentes de sol Gucci y la mayoría de tu ropa es Dior.—lo dice como si fuera algo malo.—Son cosas demasiado lujosas que los maladros huelen a cinco calles.

—¿Me vas a decir que no existen personas que se vistan con esas marcas? Tú tienes vestidos Louis Vuitton.

—Si, que están bajo llave y muy escondidos porque valen más que un apartamento en Tucacas.—contesta, terminando de guardar el mercado y doblando las bolsas de papel.—Me dijiste que te adaptarías y seguirías mis reglas...

—¿Y cuando dije que no iría a comprar ropa con Ana y contigo? Claro que haré lo que me digas, Amore.—le sonreí.

Caí en cuenta de que usé el apodo prohibido cuando la ví sonrojarse y ocultar una mueca que hizo con los labios. Le gustó que le dijera así.

—Entonces, cuando llegué Ana, iremos al Multicentro.—finaliza, cerrando la nevera luego de meter unos tomates.

Alto, yo tengo un examen que hacer.

—Primero debo presentar un examen de la universidad.—le informé.

Ella inclinó un poco el cuerpo y miró hacia donde estaba el teléfono del apartamento.

La pajua de Bianca | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora