46.Don't Blame Me (Bianca's Version)

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Beadonatelli que este día me lo mame

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Beadonatelli que este día me lo mame.

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Narra Bianca Donatelli.

—Marico, no quiero irrrrr.—arrastré las palabras, tirada en mi cama.—Me van a dar ganas de matarla.

Mi mirada está en Logan, el cual se quedó en el marco de la puerta. Con el vestido que me escogió entre los brazos. Él ya se había puesto su pantalón y tenía la camisa sobre los hombros, supongo para probarselo porque ni se ha bañado el cochino ese.

—Si no querías ir, lo hubieras dicho antes de comprarte esta cosa.—me reprocha.

Este si es arrecho.

—Verga, creí que había quedado claro que estoy totalmente en contra de esta unión.—le digo, molesta.

—Y es por eso que te va a encantar asistir con el vestido que escogí.

Lo extiende encima mío, obligandome a verlo. Me lo quito del cuerpo y lo acomodo en la cama para tener una vista completa de él y debo decir que no está mal.

¿A quien engaño? Está arrechisimo.

Está completamente hecho de tul negro. La falda tenía capas y capas del tul, haciéndola amplia a lo princesa.

Solo que una princesa no usaría un escote en V que llega a la mitad del abdomen.

—Se ve grande—habla mi jevo, parándose a mi lado.—pero, según la encargada de la tienda, tiene abertura en ambas piernas. Así que espero que lo uses con sabiduría.

—¿A qué te refieres con eso?—estoy intrigada.—De paso es negro completo ¿No está mal para una boda de día?

—Pues, aunque me esté costando mucho creerte lo de Sherlyn; si llegas a tener razón, el "se los dije" quedará mejor con el vestido perfecto—sonríe con diversión.—¿Y qué mejor que un vestido negro y sexy para el funeral que más esperas?

El funeral de Sherlyn. Coño me gusta. Estoy de luto.

Pero sigo sin entender lo que pasa por la cabeza de Logan. O sea aún piensa que soy una mentirosa.

—Aún pienso que estás loca.—me aclara. Verga, me leyó la mente.—Pero está de mi parte apoyarte de cualquier forma.

»Si te metes en plena ceremonia a gritarle a Sherlyn, te van a caer encima, posiblemente yo también cuando estemos solos; pero en el momento que le mundo se te venga encima, estaré a tu lado sin cuestionarte.

Me había quedado sin palabras. O sea, esto fue lo único que le pedí cuando estábamos peleados y lo estaba cumpliendo incluso mejor de lo que imaginé. Comprarme un vestido más una metáfora no parece ser la gran cosa, pero para mí es de las cosas más valiosas que me pudieron haber dado.

La pajua de Bianca | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora