Narra Bianca Donatelli.
En los pocos días que llevo aquí en California, han pasado muchas cosas. Y cuando digo muchas, son demasiadas.
Empezando porque Larry se casa. Logan quiso que nos mudaramos para estar más cómodos y por cosas de presupuesto, encontramos un apartamento de dos habitaciones en obra gris. Ana está trabajando como asistente ejecutiva en una empresa de envíos y vive en un apartamento tipo estudio, el cual está decorado con sus vainas satánicas. Aún no he podido ver a Lily porque se encuentra en Holanda grabando una película. Luigi y Finn aún están juntos, de vez en cuando pasan por aquí a dejarme plantas. Cada vez me hago más amiga de mi psicólogo y Lucas se la pasa acompañándome a la sesiones creyendo que pasa algo más entre Christian y yo. No le paro mucho, siempre se pone celoso por todo.
Volviendo a lo del apartamento, ya está completamente pintado, la cocina está lista y ya no tenemos el colchón en la sala, lo tenemos en el cuarto de Logan. Decidimos que cada quien tuviera su propio espacio para no caer en otra clase de conflictos innecesarios y creo que es de las mejores ideas que hemos tenido, pues cada quien tendrá su cama y sus cosas, pero siempre terminamos durmiendo en la habitación del otro. Al menos si hay una pelea, no se daña el sofá.
Justo ahora estoy armando la mesa auxiliar que va debajo del televisor de la sala. El televisor que aún no compramos, pero poco a poco. Todo es gracias a la venta del apartamento en Venezuela y que la madre de Venus me encargó algunos cuadros mientras estoy desempleada.
—¿Dónde dejé el destornillador chiquito?—me digo a mí misma sentada en la alfombra. Miro a Leandro acostado en el sofá amarillo y arqueo una ceja.—¿Tú lo tienes?
—No.—se limita a responder. No habla mucho.
Lindsey me pidió cuidarlo mientras estaba en una entrevista de trabajo. No pude negarme, es muy lindo, se parece a Logan de bebé y todo.
—Más te vale que no me estés mintiendo.—le advierto, cosa que él responde escondiendo la cara en su peluche de elefante.—Si me mientes, no habrá campamento el fin de semana.
Nojodaaa ese niño lanzó el destornillador al suelo a penas lo amenacé. Me tapé la boca para no reírme frente a él o seguirá haciéndolo.
—Eres un niño muy amable, Leandro.—agradecí su colaboración, dejándole un sonoro beso en la mejilla.
El pequeño se ríe y esconde la cara de nuevo. Me voy a derretir con tanta ternura.
Escucho la puerta principal abrirse y me levanto para recibir a Logan... El cual viene sorpresivamente acompañado.
—¡Brad!—me lanzo a los brazos del hombre mayor con mucha alegría.—Te extrañé mucho ¿Cómo está todo?
—A mí también me da gusto verte, Bianca. Estás muy bella.—me halaga así como él sabe hacerlo.—Pues el trabajo va muy bien, vine con Logan porque te tenemos novedades.
Miré a mi novio confundida y fue cuando noté que los nervios se le salías por los ojos ¿Que habrá pasado en medio día? Recuerdo que iba a la universidad por una clase.
—Me llegó un mensaje de la universidad al correo. Con ya sabes que.
Mi corazón se aceleró y mis manos se movían con impaciencia como las suyas. Fui corriendo al cuarto por su laptop y llegué a la sala casi tropezandome con el carrito de Leandro; Logan y Brad se sentaron conmigo en el sofá. La cosa es que Logan hace meses envió al directivo y a los profesores de su facultad un proyecto sobre una película dirigida por él como trabajo final de grado. Algo grande, con su propio estreno y un presupuesto financiado por patrocinadores que Brad le consiguió. Es un proyecto que lleva desarrollando desde que inició la carrera y en ese correo veremos si se lo darán o no.
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La pajua de Bianca | Logan Lerman
FanfictionLa vida nos cambia el rumbo de maneras que no comprendemos o explicamos, tampoco sabemos si es para bien o para mal. Solo nos toca seguir ese camino y ver a qué nos enfrentamos. ¿Cuándo me pasó? Pues, mi vida dió un giro repentino después de que el...