17.Enfermedades de transmisión sexual.

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Narra Bianca Donatelli.

Que bello mi sábado por la mañana ¿Saben por qué? Porque tengo el día libre, mi papá estará todo el día en la clínica y no tiendo a nadie que moleste mi paz.

—¡Bianca!

Hablé muy pronto.

Dejé mi Maruchan en la mesita del cuarto y puse la película en pausa. Ana no es de tocar timbre, ella pega gritos como si esto fuera una bodega.

Abrí la puerta y la dejé pasar rápido para volver a meterme en mi cómodo cuarto. Escuché como cerró la entrada y se metió bajo las sábanas conmigo.

—¿Dónde está Logan?—me pregunta al ver este apartamento vacío.

—Se fue a Estados Unidos.—le contesto, mirando el televisor.

—¡¿Cómo que se fue?! ¡¿Ahora que hiciste?!—me reprocha la perra esta.

—Nada, nojoda.—bufé.—Franchesca le dijo algo en la cita que tuvieron y dijo que se iría unos días a pensar mejor.

—De bolas, no piensa con claridad teniéndote en el cuarto de al lado.—se burla.—Bueno, si él no está, llama a Antonio y dile que venga.

—Tampoco está.—removí mi maruchan con los palitos.—Viaje de negocios en Margarita, capaz me hizo caso y va a comprar ese apartamento que le mostré hace tiempo.

Ella se me quedó viendo como pegada, hasta que parpadeó.

—No puedo creer la cantidad de dinero que tienes a tu disposición y estás aquí esparramada comiendo esa porquería.

—Nunca insultes al maruchan.—señalo muy en serio.—Y ese dinero no es mío, yo disfruto del dinero que me gano.

—Si ajá. Y te creí.

—¿Viniste solo a burlarte de mí o quieres algo en particular?

—Es que te venía a invitar con alguno de tus novios a una salida doble con Nelson.—se recuesta en mi hombro y me hace ojitos.—Pero como que se pusieron de acuerdo para huir, ya era hora.

—¿Y no es bueno, pues? Vayan al cine a meterse mano.

—Es que me dio vainita cuando les saqué el culo la otra vez.—me hizo un puchero.

—Entiendo, pero no voy a ser el mal tercio ahí.—negué.—La lámpara ahora.

—¡Pero eres mi lámpara favorita!—exclama, brincando en la cama y casi haciendo que se me caiga mi Maruchan csm.—Será como cuando teníamos 16 y comías brindada por el carajo que me quería meter.

—Ahora tenemos 23 y el carajo es Nelson, puede que brinde la ración de tequeños.—oye, ni tan mal se escucha.—Pensandolo bien, tal vez esté con ustedes un rato.

Esa se me lanzó a abrazarme con fuerza y COÑOOOO SE ME CAYÓ EL MARUCHAN AL PISO POR CULPA DE ESTA PERRA NOJODAAAAAAA

Ana sabía que la quería matar a coñazos, así que se alejó de mí poco a poco.

—Ya voy a Farmatodo a comprarte otro.—promete.

Luego salió corriendo antes de que yo me levantara de la cama a jalarle las greñas. Q bonita amistad.

(...)

Wey, no me lo vas a creer—Froy ni esperó un "hola" de mi parte para comenzar con el chisme.—pero Venus y Logan nos ganaron de dramáticos.

Estacioné la camioneta en la calle del hambre y me quedé pensando en lo que acaba de decir Gutierrito.

—¿Cómo es eso posible?—me recosté de mi asiento.

La pajua de Bianca | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora