30.La noche de las sombras: parte II

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—¡LLEGARON LOS INVITADOS ESPECIALES DE ESTA RUMBA!—mi quería Ana López estaba montada en la tarima animando al público. Cosa que no entiendo porque le pagué a alguien para eso.—¡DAMAS Y CABALLEROS, BAJO LAS MEZCLAS CRIMINALES DE DJ CANAIMA, DENLE UN FUERTE APLAUSO A LA FAMILIA DONATELLI!

Marico esa gente se volvió fue loca cuando entraron mis abuelos, seguidos de mi tía Caro con Franchesca y Luigi con mi mamá.

¿Saben lo peor? Que me tocó ir del brazo de Logan y Antonio ya que son los patrocinadores. Mientras vamos caminando por todo el inmenso salón, miro de reojo a Ana y ella me levanta el pulgar con las cejas muy arqueadas.

Dimos una reverencia al público y nos instalamos en nuestro rincón para ver la entrada de Anto. Ya mi papá nos esperaba ahí sentadito en su silla.

—¡Esa familia es la que me sacó del país, señores! ¡Satanás los bendice así que cuidao con querer secuestrarlos que están bajo mi protección!—se lleva el puño libre al pecho.—¡Pero continuando con la presentación! ¡CON USTEDES, LA INVITADA DE HONOR Y CONSENTIDA DE LA CASA! ¡ANTONIETA PIA DONATELLI! ¡ACOMPAÑADA DE SU MADRE, ELEONORA MARIELLA DONATELLI! ¡Y SU TÍO, ANGELO PIERO DONATELLI!

Verga, con esos nombre cualquiera cae que toditos somos de Italia y vinimos a hacer este beta aquí porque sale más barato.

Anto hizo acto de aparición con la máquina de humo y unas cuantas luces de colores pasando por su gran vestido color vino con mucha piedrería en el escote de corazón. Su cabello formaba un moño atrás decorado como una flor y la otra mitad del pelo era suelto. No podía faltar la tiara y el collar.

Los invitados estallaron en aplausos. Un grupito de amigos de Anto le hicieron hasta porras y otros silbaban. No sabía que esa carajita fuera tan popular.

—¡Esa es mi nieta, carajo!—Shadia se mete en las porras de los carajitos y le aplaude con euforia a la cumpleañera.

—Marico, si vamos a terminar secuestrados.—dice Fran al ver que todo mundo anda publicando vainas de la fiesta.

—Una excusa más para que todos salgan de aquí.—mi hermano tiene años insistiendole a la familia para que se vayan.

—¡Yo muero en mi Venezuela!—grita mi nonno. Esa es la razón del por qué no lo logra.

—Todo está bellísimo, sobri.—me felicita mi tía Caro.—Parece un cuento de hadas.

—¿De dónde sacaron rial para todo esto?—Graziella frunce el ceño. Yo señalo a Logan y a Antonio.—No esperaba menos de mi Loggie bello. Bianca, date cuenta coño.

—Puedo escucharte, Graziella.—lejos de incomodarse, Antonio le causó gracia.

—Y menos mal que se te ocurrió lo de Antonieta usando Converse.—me murmura Logan.—No queremos un desafortunado accidente.

—Sinceramente, yo si quería ver a Anto pasar pena.

Anto y mis tíos frenaron en todo el centro de la pista de baile. Empezó a sonar Tiempo de Vals de Chayanne y Eleonora salió de la pista para dejar a la quinceañera con Angelo.

—Si no ponían a papi Chayanne, esto no iba a ser unos quince.—asegura mami.

Mi tío, después de tres semanas en clases de baile, domina la pista y pasea por ella dando vueltas con Antonieta siguiéndole el paso. Coooño, le daba unas vielticas criminales.

Coooño, media vuelta y bailando de espalda.

Cooooño la levantó del suelo.

—¿Quién es ese y que le hizo a mi marido?—mi tía Caro quedó.

La pajua de Bianca | Logan LermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora