18. Página Web

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La razón por la que Wilson contacto a Armando, fue para celebrar un suceso importante que había sacudido previamente en la vida de Gustabo García

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La razón por la que Wilson contacto a Armando, fue para celebrar un suceso importante que había sacudido previamente en la vida de Gustabo García.

Una página web, específicamente una de contenido adulto, contactó hace unos días a Gustabo.

Mediante su perfil de Twitter, un mensaje llamativo sobre aquella página web llego a su bandeja, uno en el que no solo le explicaba las normas de la empresa; indicaba ahí el correo electrónico de ellos, un número telefónico, junto al sitio que manejaban, sus restricciones, términos de servicio y contratación.

Hablaron muy bien de él, halagando el contenido individual que manejaba, alentándolo a acoplarse a ellos, no solo para extender su negocio, sino para monetizarlo por igual.

Un contrato le aseguraba a García un control totalmente diferente de su contenido.

Explicaron que lo querían como un nuevo creador de contenido, quien tendría voz y voto sobre sus acciones. No lo harían ser un personaje más, como acostumbraban a ver; sería la misma autenticidad de él, la que conseguiría las cifras que estimaba. Mencionando las similitudes con su trabajo previo, estos diferían al ser un trabajo mucho más global.

Actualmente, el único problema que encontraba fue que le comentaron que en algún momento debía abandonar su anonimato. "A la gran parte del público le gusta eso al principio. Unas cinco veces está bien. Pero al volverlo parte de ti, ellos se empiezan a aburrir, más cuando buscan un lindo rostro."

Gustabo, en cierta medida, comprendía el porqué de ese comentario.

Parte del furor que lo envolvía, era conocer su rostro, saber si esos labios carnosos vendrían con una cara igual de preciosa.

Para avanzar, debía sacrificar eso.

Pero, en general, él consideraba que la propuesta era muy tentadora, demasiado.

Por eso estaba ahí, viendo con anhelo el mensaje que tenía abajo un número telefónico y una dirección, sintiendo sus manos picar con la idea de llamar e ir allí. Lo que lo detenía momentáneamente de hacerlo, era la angustia que le generaba revelar su identidad, ¿Qué pasaría después de eso? ¿Podría vivir esa segunda vida sin temor a las críticas? En conjunto eran fuertes, pero él solo... aún era algo débil.

Si bien estaba algo cohibido, él mostraba su fuerza interior, esas llamas que no apagaba nadie. Él no iba a tirar sus seis pasos por la borda, no cuando había sacrificado tanto para estar allí. Por eso se quitó de encima esas preocupaciones, pensando que únicamente los que sabrían su identidad serían los chicos de la mafia. Digo, sus superiores no veían porno, ¿Verdad?

Si omitía eso, y se centraba en la cifra que iba a pedir a cambio de dejar su anonimato, en sí la propuesta era bastante fructífera para él.

Ante su repentina indecisión, unas voces peculiares resonaron en su cabeza.

𝐓𝐨𝐮𝐜𝐡 𝐦𝐞, 𝐡𝐨𝐧𝐞𝐲; 𝐆𝐮𝐬𝐭𝐚𝐛𝐨𝐰𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora