¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
'WITHOUT REGRETS'
Se encontraba sentada en el suelo de la azotea de la escuela, con un jugo de naranja y el pecho del mitad ruso en la espalda, quien poseía su cabeza en el hombro de la misma y las manos alrededor de su cintura. Se sentía completamente en paz y protegida por aquel gigante de mucha gracia y quizás poca inteligencia, pero que siempre gustaba de verla reír y de encontrar la manera en que sus problemas se disiparan en agonizante y petulante sentir de amor desaparecido de un desasosiego que se niega a reaparecen en compañía de tal alto contrincante de sonrisa envidiable y belleza deslumbrante. La fémina atesoraba cada instante vivido y por vivir con aquel chico un poco egocéntrico, pero justificable. ¿Quién no quisiera ser un gigante digno de fotografías en modelaje?.
— ¿Que haces aquí? Lev — preguntó con la mirada en las enormes manos del joven.
— Estoy cansado, y Yaku golpeó mi espalda mas de tres veces — Contestó escondiendo su rostro en el hombro de la fémina y la aferraba más a él en el abrazo.
La de ojos azules, suspiró, noto que había acabado el jugo y apretó la cajita y la dejó a un costado, sabia que Lev no la soltaría solo para que ella de dos pasos hacia el cesto de basura. Era un chico muy problemático y caprichoso, a duras penas creía que no obtenía lo que quería. Pensaba en que quizás Alisa no podría resistirse a cuando hace aquellos ojitos de cachorro embelesado de embriagante sentir de hipnotismo puro y amable sentimiento de apego hacia aquel hermoso ser que te atrapa en una telaraña y te hace caer ante su rostro de ternura, la cual en realidad es nula.
— ¿Qué hiciste? — preguntó suave mientras tomaba una mano de joven y la comparaba con una de las suyas.
— ¿Eh? — Exclamó ofendido — Yo no hice nada.
— Ok, una de las razones es esa, en el entrenamiento no hiciste nada. Seguramente lo demás es tu estúpida forma de hablar sobre su altura — Dijo serenamente notando lo pequeñas que eran sus manos comparadas a las del joven.
El joven la aferró mas a él y bufó levemente, dándole a entender a ella que había dado en el clavo. El chico se tensó ante aquel aroma enamoradizo que poseía el cabello de la chica, desdaba mecerse sobre el por toda la eternidad, negando las ganas completas que tenía por tomarlo en una coleta mientras la acomodaba en posición cual perro, no quería admitir que cada que la veía pensaba en mi y una formas para hacerla suya.
— Solo quería pasar tiempo contigo... — Dijo en un susurro y formando un puchero con sus labios, mientras su mirada se perdía en las diminutas y frías manos de la contraria.
La de hebras azabache, río levemente mientras se echaba hacia atrás, provocando que el joven se enderece un poco y su espalda quede contra la pared.