pegging; práctica sexual en la que una mujer penetra analmente a un hombre.
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'PRETENDAMOS'
Era difícil. Era realmente difícil. Pero se sentía extrañamente: libre. Quizás el hecho de que era completamente disfrutable aquella sensación con una determinación inquebrantable por sobre sus encantos maquiavélicos, estaba en estado de sentimientos encontrados que lo llevaron a una situación común, una situación de la que sin duda era asfixiante. Pero sus labios no podían parar de sentir la agonía de una garganta en extremo ardor de tantos gritos aclamados por la persona que los estaba provocando, quizás el hecho de sentir que estaba realizando aquel pecado inicial lo volvía algo más excitante, el invertir los papeles era algo que extrañamente lo superaba. Notaba como la fémina rubia se sumía en su interior con aquel juguete amarrado a su cintura, veía a la fémina como un ángel empoderado sobre su persona. Aunque poco le importaba que sea Kou aquella fémina que le estuviera dando un placer exorbitante, porque en su mente dañada, se sumía la tristeza de que aquella chica de ojos castaños, que pese era parecida a aquella persona: 'No lo era'. Sabía que no era culpa de Kou, que ella no era la causante de la cantidad de amores amarrados a su inconclusa mente, pero no podía evitar el hacerla responsable de aquellas flores macabras que se acomodaban en su pulmón, no quería morir, no quería hacerlo, y sabía que el sentirse amado iba a ser lo único que lo salve. Si, estaba siendo egoísta, algo completamente extraño para el grandioso Kita Shinsuke, pero estaba en una situación crítica, y no entendía muy bien la situación en la que se había metido.
— Atsumu...
Kou levemente se destruyó, ¿Por qué no ella?, pero de todas maneras sabía que aquella situación era su culpa, su absurda culpa. Ella aceptó ese trato de pasiones desbordantes sin amores en ataduras ambos amando a diferentes personas. No dudo en romperse para salvarse a si misma de no poder admirar de aquella manera al colorado que se apresuraba en abundancia entre sus ojos castaños.
La rapidez extraordinaria con la que la chica comenzó a embestir el interior del chico fue furtiva. Logrando que el contrario se sienta en éxtasis a causa de la cordura perdida en aquel acto de carnal pensamiento. Mientras su mente vagaba en mil recuerdos del rubio al que nunca pudo describirle como se sentía. Era impotente a la idea de aceptar que se había enamorado del Miya, ¿Cómo aceptaba tal atrocidad?, pero Kou se le parecía bastante, le parecía hermosa igual que él. Y claro, ¿Cómo no se le iba a parecer si provenían de la misma familia?.
Kou Miya. Hija menor de la familia Miya. Una chica de ojos castaños envueltos en un cabello rubio claro teñido por su hermano mayor. Esa es la chica con la que se encuentra cada fin de semana para que esta le dedique todo su amor. El corazón era completamente conformista si para apagar una muerte letal de flores punzantes solamente se debe de sentir amado, no importa por parte de quien, que enfermedad más irónica y absurda, más estúpida y depresiva. El Kita lo había entendido de forma inmediata: el corazón es un estúpido conformista.
