Capítulo Quince

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Me desperté en una cama que no era la mía, en una habitación que no era la mía, con ropa que no era la mía. Me miré de pies a cabeza extrañada y luego recordé que había dormido en la casa de Aidan. Me giré y me di cuenta que Aidan no estaba, se me hacía extraño, digo, recién eran las 10 de la mañana, ¿Qué podría estar haciendo? Me levanté y fui algo adormilada hacia donde escuchaba su voz hablar.

- ¿Aidan? - Pregunté mientras abría la puerta - Amor, ¿vamos a desayunar? - Miré dentro del cuarto donde estaba entrando, encontrándolo a mi novio hablar frente a la computadora. Mierda. ¿Estaba en directo? No estaba segura si lo estaba, pero si lo estaba ya se hubiera escuchado.

- Estoy en directo... - Me avisó. - ¿Quieres aparecer?

Negué con la cabeza y saludé con la mano - Iré a desayunar - Murmuré sin emitir sonido y cerré la puerta al irme. Suspiré y fui a la cocina.

- Buenos días - Saludé sonriendo a la familia de Aidan, quienes ya estaban desayunando en la misma.

- Buenos días, Binnie - Me saludaron y luego siguió hablando Lauren - Lo siento que no te esperamos para desayunar, es que no sabíamos cuándo ibas a despertar.

- Tranquila, no pasa nada. - Sonreí y me serví un poco de cereales en un bowl.

- ¿Cómo durmieron? - Preguntó Rob.

- Yo dormí bastante bien, a decir verdad - Admití y me senté en la mesa, comenzando a comer mis cereales. - No sé sobre Aidan, no estaba en la cama cuando desperté.

- ¿Cómo? ¿Durmieron juntos? - Me preguntó Lauren analizándome con la mirada. Suspiré y sonreí nerviosamente sin mostrar los dientes. La había cagado, ¿no?

- E-emm ... Digo... S-Si, pero n-no tuvimos - Por Dios, Binnie ¡¿Puedes dejar de hablar?! - Ya sabe, n-no lo hicimos. - Estaba nerviosa y eso me hacía hablar de más, en especial cuando no debía. Mi móvil comenzó a sonar, me estaba llamando Oliver. - Lo siento, ahora vuelvo. -Tomé el móvil y caminé hacia la sala, atendiendo la llamada. - Hola Boo - Salude aliviada de por fin poder salir de esa situación un tanto incómoda.

- ¿Hace cuánto están juntos? - Me peguntó en un tono de voz decepcionado.

- ¿Qué? - Pregunté extrañada.

- Ahora sí que no me vas a decir que Aidan y tú no están juntos, te escuché, Binnie - Mierda, el directo.

- No sé a qué te refieres, ¿Cómo que me escuchaste?

- No te hagas la tonta conmigo, con todo el resto del mundo haz lo que quieras, pero conmigo no. Conozco tu voz desde antes de que tú misma lo hagas y sé que era tu voz la que apareció en el directo de recién, así que...

- Hace tres meses - Admití interrumpiéndolo.

- Es increíble lo que has cambiado desde la muerte de June. - Dijo decepcionado.

- June no tiene nada que ver con lo que pasa con mi vida amorosa. - Dije seria. - Además mi hermana murió hace 5 años, lo que yo haya cambiado no es por su culpa. - Varias lágrimas atentaban con salir por mis ojos. - ¿O acaso yo le echo la culpa a tu padre que tú seas tan egoísta?

- Que mi padre me haya abandonado no significa nada.

- ¡Y que mi hermana haya muerto tampoco! - Trataba de controlar mis lágrimas, pero se me hacía casi imposible.

- Sabías que me gusta Aidan... Siempre te las arreglas para quitarme mi felicidad.

- Oh, no, no, no, tú no te me hagas el santo ahora - Me limpié las lágrimas de mis mejillas - Aidan me hace feliz, ¿tanto te cuesta aceptarlo?

- Se llaman códigos, Binnie, códigos.

- Oh, ¿los mismos códigos que tú te pasaste para limpiarte la mierda cuando a mí me gustaba Jack?

- Teníamos 13 años, y ¡Jack es gay!

- ¡Y Aidan no lo es!

- Era imposible que pasase algo entre ustedes dos - Completamos al unísono.

- Es que no te entiendo, un día dices que me amas y al otro día te apareces de la mano con el primero que se te aparece. - Me dijo agresivo. Eso me dolía y ofendía muchísimo.

- Él no es un cualquiera.

- Pero tú sí, tú sí que eres una cualquiera. Ya te soporté por tantos años con tus idioteces, y ¿te digo qué? Ya me harté, me harté de ti y de que nunca me cuentes nada. Olvídate de mí, te odio. Te odio mucho.

- Boo... - Ya estaba llorando.

- Me llamo Oliver - Suspiró y me llamó por mi nombre. - Ya no somos niños, entiéndelo. Madura.

- Lo siento... - No llegué a decir nada más que la llamada se cortó.

- ¿Binnie? - Ni cuenta me había dado de cuándo Aidan había llegado conmigo, pero ahí estaba. Me di vuelta, limpiándome las lágrimas.

- Oh, Aidan - Sonreí falsamente y me acerqué a él. - ¿Cómo fue el directo?

- ¿Estabas llorando? - Me preguntó mientras limpiaba la última lágrima que me quedaba sobre mi mejilla con su dedo pulgar.

- No - Me miró con esa mirada de "No me mientas". - Bueno, si lo estaba haciendo, pero no es importante. - Sonreí y le di un corto beso en los labios.

- Creo que la gente ya sabe de lo nuestro.

- Lo sé, Bo-Oliver - Me corregí - él me llamó para hablar de eso... - Bajé la mirada triste.

- Se pelearon, ¿no? - Asentí con la cabeza, ¿Acaso era tan obvia?

- Si, pero ya todo volverá a ser como antes, tengo fe de que sí. - Le sonreí esperanzada y él me abrazó, era justamente todo lo que necesitaba en ese momento.- ¿Sabes? No te he contado toda la verdad - Sentía que era momento de decirle la verdad sobre mi nombre. - Mi hermana, June, a ella le encantaba el libro este de las aventuras de Binnie y Boo, ella siempre me llamaba Binnie. - Mis ojos se volvieron a cristalizar. - En ese entonces nadie me llamaba así, todos me llamaban por mi nombre. Cuando teníamos 12, ella murió y lo único que me quedó de ella fue este estúpido apodo.

- ¿Te haces llamar Binnie por el recuerdo de tu hermana?

- Si, es algo tonto, lo sé.

- No es tonto, es muy tierno.

- ¿Eso crees? - Sonreí.

- Claro que sí. - Sonreí y lo abracé de vuelta. - Te quiero mucho, Binnie. - Me dio un beso en la frente, algo que se me hizo súper tierno.

- Y yo a ti, Ai. - Amaba estar así con él, me sentía en casa cuando estaba cerca suyo. Era una sensación difícil de explicar, pero así se sentía. Sentía que todo iba a estar bien cuando estaba cerca suyo, que todo era posible. Era algo increíble y tan mágico, llamado amor.

Luz, Cámara, Acción... [Aidan Gallagher]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora