10 de febrero
No hay peor dolor que aquel que se guarda para uno mismo; porque al no ser dialogado con alguien hace que te sientas cada vez peor. Sindy. A
– Amiga, Amiga; Que bueno es verte siempre, ya me hacías falta ¡mi Teffy bonita! – Me dijo Sophie con su dulce voz.
– Sof* (así le decía de cariño a Sophie) te eché tanto de menos; pero ya estamos juntas al fin. – Respondí alegre
– ¡Claro! Nos dejan por fuera – dijeron Ana, Celly, Jess & Carla, al unísono.
– Como creen queridas, únanse al abrazo grupal. – Les dije a mis amigas.
- Como amaba compartir con mis "Amigas", amaba sonreír, sentirme bien y viva cada vez con ellas. Hasta que llegaban ciertos momentos...
– Teffy, has engordado más ¿qué te ha pasado? – dijo Celly con voz y mirada desagradable
– Sí, estabas más delgada, no me digas que has vuelto a comer esos disparates de siempre. – dijo Carla con tono sarcástico.
– Teffy, prometiste que dejarías de comer todo eso, vas a reventar. – me dijo Jess con un tono de voz furioso
– ¡Calma niñas! No le hablen así, dejen que nos explique. – dijo Ana con mucha calma.
– ¿Qué tiene que explicar? Sabemos que fue que volvió a consumir esas cosas tan tóxicas ¿Cómo es que se llaman? ¿Papitas? – dijo Sophie con tono de decepción.
- Odiaba cuando se ponían a juzgarme así, porque me rompían; se supone que somos amigas, que debemos hablarnos con la verdad de frente pero no es cuestión de decirme si estoy o no más gorda, no obstante, era la forma en que lo decían (tipo asqueada) no las palabras.
– ¡No! Creo que estoy un poco hinchada, solo eso, no he comido nada tóxico. – le respondí con voz casi rota.
Un chico apareció; al parecer había escuchado lo que me habían dicho porque llevaba una cara que daba literal miedo.
– ¡Oigan! Grupo de taradas ¿Por qué le hablan así? ¿acaso son su mamá? Además ¿Qué importa si está o no gorda? – dijo todo enfadado.
- Ellas se fueron, hechas una furia, me hubiese gustado que la vieras querido compañero, estaban tan enojadas que al momento de ir a la cafetería ni voltearon a mirarme.
– Oye, soy Joshua, puedes llamarme Josh ¿Por qué te dejaste hablar así de ellas? ¿Por qué bajaste la cabeza? Les diste a entender que te hicieron daño. – me dijo con un tono dulce y a la vez tímido.
– Hola, soy Stephany, pero todos me llaman Teffy. Son mis amigas y solo quieren que sea así como ellas, que sea bonita, solo quieren lo mejor para mí. – le dije con voz rota.
– ¡No Teffy! Rotundamente es un no, son unas tontas, no es tu físico lo que te hará ser bonita, no creas eso. No quiero creer que eres como ellas porque de ser así también tendrás el cerebro lleno de cucarachas (se río y les juro que vi la sonrisa más bonita en ese momento) – dijo Josh.
– (En plan de broma) Soy su amiga, quizás ya hasta se me pegó un poco ser como ellas, así que no tienes nada que esperar. – le respondí.
- Entre bromas y risas, les juro que sentí que seríamos eternos. Quizás encontré a un buen amigo (pensé)...
¿Destino o casualidad? Resulta que Josh iba en el mismo salón de clases que yo... y adivinen ¡Sí, se sentó justo a mi lado! Las niñas estaban más furiosas aún.
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Salvándome de la depresión
Teen FictionQuerido lector, esta no es una de esas historias con lindo final, con un amor feliz o todo lo cliché que solemos leer... ¿Cómo puede alguien con apenas 9 años sufrir tanto? Se suponía que debía estar jugando con amigos, sin preocupaciones, pero aho...