→ calum hood
Michael me llama cada día a las tres de la mañana y me dice que me extraña y que se siente triste sin mí y tengo muchas ganas de romper el contrato con Luke y tomarme el primer avión de vuelta a Inglaterra, darle un beso a mi ex novio y escuchar You Me At Six mientras estamos abrazados, cantar Reckless a todo pulmón y hablar de futuros viajes que haremos juntos.
Es triste el hecho que me sienta encadenado a una relación falsa por mi avaricia por tener algo más de dinero. Ni siquiera sé porqué hice esto en primer lugar... aunque tengo que admitir que la familia de Luke me cae bien, con todo y sus defectos. Incluso hace unos días, cuando llamó Lisa —la hermana de Luke y Lena de la que nunca hablan y el mundo entero quiere saber por qué, yo me incluyo— y todo pareció consumirse en tensión, él se ha controlado bastante y se ha limitado a actuar bien.
Ahora, siendo las diez con cincuenta y seis de la noche y tratando de vestirme bien para una fiesta por el cumpleaños de Lena —sí, vale decir que estoy en Ibiza—, Michael a su vez está mandándome mensajes y por más que yo intento no responderlos, me muero de ganas por decirle que quiero retomar nuestra relación.
Suspiro.
— ¿Listo? —Luke dice, los dos compartimos habitación, y nuestra cama es suficientetemente amplia como para que uno duerma de un lado y otro del otro. No podíamos pedir otra habitación, para el resto del mundo eso se vería mal.
— ¿Me ves vestido? —inquiero y él gruñe.
— Ponte esos pantalones negros, zapatos cualquiera y esa camisa azul de ahí, seguro te queda bien —él señala una camisa. Es suya en realidad.
— ¿Es tuya? —me sale como una pregunta pero él no dice nada.
— De hecho sí, pero úsala. Te quedará bien —dice, y me siento bien. Luke no es tan malo como algunos medios dicen—, puedo comprarme otra igual.
Bueno, algunas veces su encanto se rompe.
— ¡Chicos, chicos! —Lena entra corriendo a nuestra habitación. Está notablemente borracha—. Oh —suelta, una sonrisa picarona asomándose en su rostro. Me doy cuenta que sólo tengo pantalones y zapatos puestos, mi torso está desnudo—. Ya veo... oh, y Calum, si en algún momento Luke y tú dejan de estar juntos y te vuelves hetero y Ashton y yo rompemos, no dudes en llamarme.
Ella empieza a reír y me doy cuenta que Ashton está detrás de ella.
— Chicos, la fiesta va a empezar.
Tenemos suerte que la fiesta sea justo debajo del hotel, en la discoteca del mismo. Por más que preferiría estar sentado viendo televisión, tengo que hacer esto.
— Vamos yendo —Luke dice, y yo me coloco su camisa dejando algunos botones desprendidos y me echo algo se colonia. Cuando estoy listo, los cuatro bajamos por el ascensor.
Es algo incómodo para mí dado que Lena y Ashton no dejan de besarse. Y si es incómodo para mí, me imagino cómo sería para Luke.
— Bueno, llegamos, sepárense o la próxima vez que te vea en el campo usaré tus pelotas para jugar —Luke amenaza a Ashton cuando el elevador para. Ashton asiente con la cabeza y le da la mano a su novia. Luke hace lo mismo conmigo y es... simplemente incómodo.
Al comienzo, la gente nos ve llegar y todos saludan a Luke y algunos a mí y yo no sé que decir porque no soy muy sociable.
Pero me doy cuenta que Luke tampoco lo es.
Michael sí, es posiblemente la persona más sociable que conozca. O bueno, lo era hasta conocer a Ashton y Lena... ellos básicamente viven haciendo amigos.
¿Puedo contar la vez que acompañé a Lena al Wal Mart y terminó hablando con español sobre cosméticos de adolescentes? Ni siquiera hablan el mismo idioma.
De todas formas, llegamos a la zona VIP y sólo estamos Luke y yo. Tres minutos después, Lena y Ashton entran y todos empiezan a aplaudir.
Música empieza a sonar y yo no hago nada, Luke tampoco. Un camarero se acerca a preguntarnos que queremos tomar. Los dos contentamos que con un Martini seco está bien.
Al parecer Luke y yo tenemos más coincidencias de las que creí.
— Muchas gracias por estar aquí —Lena dice cuando le dan un micrófono—. Dicieocho años es algo que no se cumple todos los días y quiero agradecerles a todos mis amigos que están aquí, acompañándome, a mi hermano y a mi novio por estar siempre para mí. Oh, y por cierto, ¡Ashton y yo nos vamos a casar!
Entonces Luke escupe todo su Martini y me veo obligado a golpearle la espalda por unos segundos. Lena se ríe.
— Es broma, Luke, pero en algún momento nos casaremos. ¿verdad amor? —le dice a Ashton, que asiente con la cabeza—. ¡Disfruten!
A mí me llena de felicidad pero a la vez de envidia verlos tan lindos juntos. Son el tipo de relación que uno quiere tener sí o sí. Están hechos el uno para el otro y de eso no hay dudas.
Varias horas después, Luke y yo estamos: borrachos y sinceros, me atrevo a decir que más borrachos que sinceros pero llega a tal punto que Luke dice cosas sin razón y yo tampoco sé que estoy diciendo ni de lo que me estoy riendo.
Cuando yo tenía una vida normal en Inglaterra esto no me sucedía.
Llegamos a tal punto que, para no bailar —él me confiesa que tiene dos pies izquierdos con eso del baile, yo le digo que lo mismo me ocurre, sólo que incluso soy más torpe en todo lo que requiere correr o usar sincronizadamente el cuerpo, que educación física es la peor tortura y que matemáticas es una desgracia para la humanidad—, terminamos en el VIP con un guardaespaldas para que le diga a todos que estamos ocupados y que no planeamos movernos en toda la noche.
Nadie nos molesta, de todas formas.
Los dos hablamos, nuestras lenguas se aflojan y nos revelamos secretos. En una de esas a mí se me escapa algo interesante.
— Siempre creí que eras un idiota —suelto, no es mi culpa, es el estado en el que estoy. Mi yo sobrio nunca diría ese tipo de cosas.
— Va, ¿en serio? No lo había notado —contesta con sarcasmo y alza su Daiquiri.
— El daiquiri es una bebida de gays —le digo, él me mira con una ceja alzada.
— Quizás sea gay, quizás no. Pero vamos a probar, no pierdo nada.
Y lo próximo que sé es que tengo los labios de Luke Hemmings pegados a los míos, que ahora él está sentado encima de mí, con sus piernas a los costados de las mías, sus manos en mi cuello y las mías en el suyo, deslizándose a través de su ancha espalda o jugando con su cabello. En algún momento su lengua pide permiso para explorar mi boca y yo se lo concedo, nos fundimos en una batalla que empata a cada momento. Sé que él quiere ganar, a él le gusta ganar, es un jugador de fútbol después de todo. Pero yo también lo quiero, a mí también me gusta ganar.
Mejor dicho, y después de todo, los dos somos jugadores.
*'';,○
no esperé que este capítulo termine así. lo tenia casi listo desde hace tiempo. esa es la razón x la q la fic se llama 'players' (en realidad mas adelante se explica bien es solo una parte importante)LEAN: capítulos cortos y 2 o más actualizaciones por semana o capítulos largos y 1 actualización por semana?
PROMETO actualizar más seguido. me habia olvidado de esta fanfic !!