XII

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Se vieron sin decir nada hasta que se hizo incómodo.

―¿Anna, quieres que nos adelantemos? ―un sujeto, que ahora Harry reconoce como Jonathan Groff, fue el valiente en interrumpir el silencio.

Anna volvió en sí con una sacudida de cabeza.

―Ah, sí―les sonrió a sus amigos, todos antes vistos en el escenario―. Los alcanzaré en un minuto.

Entonces quedaron solos junto a la puerta del salón.

―Vaya, yo...no esperaba verte.

―Estaba en Times Square―fue lo único que se le ocurrió decir.

―¿Eras la bola? ―preguntó Anna enarcando una ceja. Harry bajó la vista a su vestuario, el mismo con el que cantó: chaqueta y pantalón negros cubiertos de lentejuelas plateadas y doradas, alternándose sofisticadamente. Su camisa era blanca, igual que sus botas, solo para contrarrestar.

No había tenido tiempo para cambiarse, hasta ahora se percataba.

―Es que me gusta vestirme para impresionar.

Anna sonrió―. Por supuesto que sí.

―Yo...―no tenía idea de qué decir, era un tarado―...¿de verdad tienes que volver con tus amigos en un minuto?

―¿Por qué? ¿Ocurre algo?

―Yo solo, uhm, es que me gustaría estar contigo.

Eso sonó más serio de lo que debía. Se supone que tenía que ser casual. ¡Se supone que tenía que fingir que se habían encontrado por error! Harry estaba quedando en ridículo frente a ella, tal como la primera vez que la invitó a salir oficialmente.

Esperaba no vomitar como lo hizo esa vez.

―Íbamos a por unos tragos―explicó Anna, que aunque Harry no lo percibiera, estaba tan nerviosa como él―. Es algo así como una tradición, cuando nos presentamos. Todo el elenco se junta y bebemos en un bar que tiene micrófono abierto, es bastante acogedor. Bueno, hoy está cerrado, y no hay un solo elenco, así que solo somos amigos yendo por tragos, pero como es Noche Vieja, ya sabes...

Hizo eso que siempre hacía cuando se atrapaba así misma balbuceando: se dio dos golpecitos en la frente. Harry creyó que su corazón se desplomaba al piso.

Quiso intentarlo de nuevo:

―¿Anna?

―¿Sí?

―¿Quieres ir a caminar un rato, conmigo?

Hubo cinco segundos de silencio en los que Harry de verdad creyó que iba a decirle que no.

―Vale.   

Un Cuento de Navidad [HS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora