Rusia estaba acorralado entre la espada y la pared, o eso creería cualquiera que le viera en esa situación. Con un balazo en el hombro y Estados Unidos a cuestas le seria difícil defenderse. Pero es de Rusia de quien estamos hablando, el tipo que paró un tanque con sus propias manos, pero eso sus atacantes estaban por descubrirlo. Una sonrisa peligrosa se plantó en su rostro y el amatista de sus ojos pareció intensificarse a la vista del enemigo, un viento frio se apodero del oscuro callejón. Rusia depositó suavemente a USA sobre el suelo y bajo la atenta mirada del norteamericano sacó, de dios sabe dónde, su pipa de metal. Las calles de la capital estaban vacías, ni un alma vería los sucesos que tomaban lugar entre las tinieblas. Sin embargo, aunque hubiese pasantes, el mexicano común sabía mejor que andarse metiendo donde no le llaman. Rusia se irguió ante el enemigo y comenzó. De la nada uno de los hombres vio como la sombra del eslavo se precipitaba sobre él, no tuvo tiempo ni parpadear antes de ser noqueado por el de cabellera blanca. Uno por uno fueron cayendo los enemigos, bates, metales y cuchillos se abalanzaban uno por uno con el fin de hacer aunque sea el más mínimo daño al euroasiático, todos esquivados, rotos o doblados. Los pocos que sabían lo que les esperaba, huyeron mientras podían, los demás se lanzaron en conjunto creyendo que en masa podrían causar algún mal al titán que se erguía frente a ellos. Rusia luchaba cómodamente, la verdad hacía tiempo que no peleaba con tantos enemigos a la vez, pero eso hacia la situación mucho más divertida. Su sonrisa se ensanchó.
- ¡Oi! ¡Príncipe! ¿Cuándo piensas ayudar? - le gritó al estadounidense que yacía sentado detrás de él. Quien a su vez parecía embobado. Rusia podía luchar a mano limpia con todos ellos y salir ileso, pero alguien se tenía que encargar de los francotiradores. - Apuesto a que tienes tú revolver contigo. - afirmó el ruso con una sonrisa socarrona.
USA estaba mirando fijamente como se desenvolvía la batalla y no podía evitar admirar la fuerza del eslavo. Había algo en la imagen de Rusia peleando que ejercía gran fascinación para el joven blondo. No sabía si era la sonrisa ladina que surcaba sus labios o el gélido disfrute reflejado por sus ojos. Estados Unidos estaba al tanto de las habilidades del ruso así que optó por quedarse al margen. Para su sorpresa fue el mismo europeo quien le llamo para unirse. USA no estaba seguro de querer sacar armas aquí, después de todo no era su país. Aunque los francotiradores eran pocos y podía verlos, podia acabar con ellos con unos cuatro tiros, nadie tiene porqué saber. Sin embargo no quería meterse en líos con el chaparro. "¿Que me diría México?", se preguntó el de lentes. Entonces se acordó de aquella vez que fue al rancho del moreno. Aullidos se escucharon a la afueras de la casa, México con cara sería salió y empezó a disparar con gran destreza y puntería. USA entonces le preguntó porque ahuyentaba así a los coyotes - ¡Esto es México pinche gringo! - le respondió el descendiente azteca. "Sep, creo que no habrá problema", se convenció mientras apuntaba al tejado de dónde provino el tiro que le perforó el hombro a Rusia. Peco después de veinte minutos y entre ambos ya habían a cavado con todo el grupo. Sin darse cuenta, durante el apogeo de la batalla, se colocaron espalda contra espalda, USA cubría a Rusia de las balas y este le protegía de los golpes. Sus respiraciones estaban aceleradas, lo único que quedaba en ese callejón eran ellos dos y la luna. Se giraron y se miraron a los ojos, los destellos del carro de Artemisa se reflejaban sobre el plateado el ruso y el lapislázuli del estadounidense. No hubieron ni reproches, ni críticas, solo una brote de risa espontanea que surgió de lo más profundo de ambos.
- ¿Hace cuánto no peleamos así? Eso fue refrescante - hablo primero el hijo de Rus.
- Tienes razón. - USA había disfrutado el hecho de pelear nuevamente con Rusia codo con codo. Sin embargo aún no olvidaba la verdadera razón por la que había venido. Su mirada se oscureció y Rusia notó el cambio. Por lo que interrumpió al chico antes de que hablara.
ESTÁS LEYENDO
Tansty with the snow King |RusAme|
FanfictionEsa noche Alfred pudo apreciar el arte de la danza como nunca en su vida a través de los fluidos movimientos del bailarín ruso e Ivan no pudo más que sonreír dado al tierno calor que despedía la sonrisa ajena. Rieron, se conocieron, se vieron refl...