El despertar de la bella durmiente |XXIV|

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Esa noche los cuatro se sentaron en el sofá del mexicano a ver la serie. A falta de espacio Rusia se sentó sobre el suelo. Por ende después de unos veinticinco minutos el ruso se levantó y bajo pretexto detener el trasero entumecido salió a estirarse un rato. Era la pausa de comerciales y todos aprovecharon para hacer lo que no podían hacer mientras veían. USA corrió al baño y México fue a reabastecer las botanas porque según él, "Con el cerdo atragantándose de palomitas es obvio que se nos iban a acabar." Mientras Dinamarca siguió al ruso al portal. El de cabellera plateada miraba las estrellas con esos ojos que el danés tanto apreciaba. El los astros se reflejaban en las pupilas de lavanda dando la impresión que ellos mismos brillaban de mil fuegos. Sigilosamente se acercó el escandinavo y se detuvo junto al eslavo.

- Así que mañana es el gran día. – susurró al oído del más alto sorprendiéndolo de sobremanera. Por su parte Rusia dio un respingo y se sonrojó ligeramente dado a lo cercana que sentía la respiración del otro.

- Si es mañana. Hace bastante rato que tenía que intervenir en este tipo de operaciones se siente divertido. – respondió el peli plata después de retomar la compostura.

- Y... ¿Qué piensas hacer después de esto?

- Probablemente siga con la gira del Bolshoi y regrese a mi país. Esta temporada se acaba dentro de poco de todas formas. – respondió desinteresado moscovita con su típica sonrisa.

- Uh que raro. Pensé que irías con usa. – Rusia rápidamente se giró mirando frente a frente al danés. Se lo veía como un niño al que atraparon con las manos en la masa. Por otro lado el da rostro del danés pareció oscurecerse, la reacción del ruso le dio todas las repuestas que necesitaba. Sin embargo no tardó en borrar so agria fachada y sonrió tratando de tranquilizar al joven frente a él. – No te preocupes solo tenía una ligera sospecha de lo suyo pero veo que es cierto. No soy chismoso relájate.

- ¿Lo prometes? – preguntó Rusia tendiendo su meñique al contrario y mostrando su lado más infantil. Un poco incrédulo Dinamarca hiso lo mismo y tomo el meñique ofrecido. – ¡Muy bien ahora es una promesa y no la puedes romper o te tendrás que tragar mil agujas!

- Muy bien, muy bien lo prometo. ¡Además el genial yo nunca rompería una promesa! – Exclamó seguro el chico ante la amenaza del eslavo.

- Eso es bueno – respondió el ruso sonriendo relajado y Dinamarca sintió que por esa sonrisa podría morir feliz aunque el ruso se quedase con el americano. – Bueno regresemos adentro. Maxico debe de estar por descuartizar a USA a este paso se lo a terminar comiendo en un taco.

El resto de la noche fue amena y sin mucho que contarle al lector. Comieron en tonelada, mayoritariamente el poso de consumo excesivo que es USA. Solo un cambio tomo logar el todo orquestado por Dinamarca quien se divertía con las reacciones de Rusia. Ocurrió que el astuto danés utilizó la incómoda posición del ruso para sugerir que se trajera alguna banqueta, sin embargo eso no era más que una tapadera para su plan actual. Puesto que el ruso se reusó a dicha acción diciendo que no quería causar problemas, permitiendo que Dinamarca usase esa buena voluntad en su contra. El escandinavo propuso que USA se sentara sobre Rusia y así compartían lugar. México apoyó la idea sin saber que estaba siendo cómplice del danés y es que el par de tortolos están bastante de avergonzados del predicamento en el que se encontraban. Dinamarca mientras tanto había receptado que Rusia nunca le miraría como miraba a USA, así que por lo menos de aprovecharía para divertirse un poco. Era su pequeña venganza.

La mañana siguiente todos se levantaron temprano y se prepararon para el asalto. Aduras penas pudo Rusia sacar al estadounidense del cama. Al chico no se le habían pegado las sabanas, noooooo, usa estaba el mismo pegado a la cama. Rusia intento varios métodos conocidos. Intento destaparlo completamente, le echó agua en la cara, le hiso oler menta, le echo sal en la boca y nada. El chico parecía estar hecho de piedra. Así que Rusia pensó...¿Cómo despiertas a alguien que duerme como muerto? El chico tomó una honda inspiración y rezándole a los espíritus de los hermanos Grimm, procedió a besar USA. Increíblemente funcionó el chico abrió los ojos sorprendido y sonrojado. Rusia habiendo completado su cometido escapó de la habitación dejando a un risueño americano detrás. Lo que el eslavo no sabía era que USA estaba despierto desde antes y esperaba a que Rusia no tuviera de otra más que intentar lo del beso. Después de todo, las grandes mentes piensan igual, así que en algún momento tendría que llegar a esa conclusión. Lo que el rubio no espera era que le echaran sal a la boca. Esa definitivamente no se la esperaba... ¿Que tan lejos pensaba llegar el eslavo? Pero bueno, el beso valió la pena y lo hubiese valido incluso si le hacían tomar vinagre. Suerte que Rusia no se sabía ese truquito.

Tansty with the snow King |RusAme|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora