Tansty with the snow King |RusAme|

Allegro |VI|

Otra vez se encontraba caminando bajo la nieve. El clima navideño iba creciendo a medida que la fecha de fiestas ce iba acercando. Sin embargo esta vez daba saltitos de alegría. El mundo parecía brillar por medio de los pequeños cristales congelados que se desprendían de las nubes. Estaba relativamente feliz. Desde su primer encuentro no pudo más que añorar con volver a verle. Se había divertido mucho la última vez y le encantaría volver a intercambiar palabras con aquel ruso. Estados Unidos sostenía entre sus manos la pieza de papel que le permitiría ver el ballet de El Corsario Negro. El rubio no sabía exactamente que iba a ver. El tiempo que tenía le fue acaparado por las reuniones de la ONU, por lo que no hubo manera de leerse siquiera un resumen.

''Whatever. Me gustan las sorpresas de todas formas. Además esta vez sí me voy a tomar el tiempo de leerme el panfleto. ¡Porque soy el hero!''

Llegado al teatro Metropolitano no tardó en entrar y tomar su lugar en el palco delantero. Esta vez la excitación hacia que moviera sus pies como infante que no puede esperar por el postre. Tanto no podía esperar que sacó de su bolsillo uno de los chocolates que había hecho entrar de ''contrabando''.

''Hahahahahah. ¡No contaban con mi astucia! Sabía que esto iba a funcionar. ''

Magia o no, USA había conseguido entrar al teatro con comida. De ahí, falta ver si consigue pasar desapercibido. En lo que el norteamericano se llenaba la boca con el dulce néctar del cacao, las luces del teatro se fueron atenuando. El telón se elevó dejando a la vista el escenario, listo para recibir sobre su liso tabloncillo a los bailarines de esa noche.

Esta vez Ivan actuaba de Conrad, el corsario, por lo que vestía con una camisa y chaqueta de marino estilo pirata, con un pañuelo rojo sobre su plateada melena. Esto le recordó a Alfred los tiempos en los que Inglaterra estaba completamente sumergido en la piratería. A Ivan solo le faltaba el sombrero de plumas. La imagen era muy cómica hasta que la mirada del blondo se deslizó más allá de la cintura. El Primo Ballerino llevaba nada más que una licra blanca muy pegada que le dejaba nada a la imaginación. Todo estaba perfectamente demarcado por la tela blanquecina.

''Esto se ve...sexy''

Los pensamientos del americano se desviaron ligeramente del camino cristiano mientras un poco de sangre se escapaba de sus fosas nasales. Más no fantaseó por mucho pues el ''hero'' no podía concentrarse en esas cosas con el ballet andando.

En el acto I, Conrad se enamora de la joven Medora y ella de él. Lamentablemente la chica es atrapada por el malvado Lankedem el vendedor de esclavas. A este punto Estados Unidos echaba humo por las orejas. Odiaba el esclavismo, no por nada se tiró encima una guerra civil para impedirlo. Para alegría del joven la chica fue comprada por Conrad quien no solo la salvó a ella sino que también liberó a las otras.

En el acto II Birbato, uno de los amigos del corsario, hace un pacto con Lankedem para poner a dormir a Conrad y así poder raptar a Medora y las otras chicas, para poder hacer fortuna. El plan resultó y los dos antagonistas se salieron con la suya mas no por mucho pues en el acto III el marino ya se en contraba en el palacio del sultán, quien compró las esclavas, para liberar a su enamorada.

La actuación de esa noche llegó a su fin los actores principales ce presentaron ante el público para saludar. La sala fue inundada por la horda de aclamaciones provenientes de un muy complacido público. A Rusia le alegraba que el mundo disfrutase del talento de su gente pero esa noche los únicos elogios que deseaba oír eran los de aquel que yacía en el palco a unosc uantos metros sobre él. Por eso, al levantar la mirada, no pudo estar más complacido. El rubio no solo aplaudía con excitación, sino que se había parado y hasta chiflaba. El país más grande del mundo sonrió inocente y feliz como infante de diez años contrastando así la radiante sonrisa plasmada en el rosto de su amigo.