Estamos de vuelta en la aburrida sala de juegos. Por eso nadie quiere a Anubis. Desde que lastimó a Apep porque dijo que estaba haciendo trampa, todos estamos castigados y no podemos salir. Por eso no quiero a Anubis. Tal vez a algunos no les guste salir al jardín, ¡Pero yo lo amo! Voltear una roca para encontrarme con mil millones de bichos diferentes es lo mejor del mundo. Enseñarle un gran ciempiés a Path es lo más divertido de la vida. Siempre grita y se asusta.
Extraño tanto salir a explorar el jardín. Antes lo hacíamos todos los días, pero después Anubis lo arruinó y desde entonces no le hablo, aunque nos sentamos en la misma mesa para las comidas. Los cuidadores me han dicho que debo hablarle, que seamos amigos, pero él lastimó a uno de mis amigos y eso lo vuelve malo. Yo no hablo con gente mala.
Aunque no ha aparecido para la comida desde ese día. Quizás está castigado. Cuando Selket no obedece las reglas de niños grandes que la señora Katsaros nos dijo, su peluche termina en la caja de juguetes por un día o hasta dos. Me pregunto si hay algo parecido a una caja de juguetes, pero para niños malos. Si la hay, estoy seguro de que Anubis está ahí.
Porque, además de lastimar a Apep, hizo trampa cuando jugábamos.
Terminamos las clases, que no me gustan, y todos los niños salen corriendo. Mi amigo Ra es el que abre la puerta, y todos salen del salón, dejándome con mis cosas adentro. Me molesta tener que ser tan diferente, porque todos pueden tomar el crayón que quieran y pintar con este, pero yo no puedo hacerlo y lo odio. Mi habilidad evita que toque cosas, no hay otra manera de explicarlo. Así que los maestros me dan una grabadora para poder trabajar, pero la mayor parte del tiempo no quiero hacer nada, así que me quedo viendo a mis amigos dibujar. Tan siquiera no lastimo a nadie, así que no estoy triste siempre, sólo cuando quiero dibujar, pero no puedo hacerlo.
Después de las clases íbamos a jugar, pero ahora ya no lo hacemos nunca. Así que no tiene caso correr hacia la puerta de salida para ser el primero en llegar. Camino un poco por los pasillos, guiándome por las estampas que tiene el piso para que no nos perdamos de nuevo. Aún recuerdo cuando Isis se perdió camino al comedor y lo encontraron en una esquina llorando. Desde entonces, los pasillos tienen estampas que nos ayudan a que es no nos vuelva a pasar.
Paso por enfrente de mi habitación. Si fuera uno de los niños normales, tendría un peluche, pero como no puedo tocarlos, la señora Katsaros no me dio ninguno. No tiene caso ir a mi habitación, no hay nadie que me espere ahí. Escucho a Horus hablando con su mejor amigo de peluche, eso es extraño, ya que Horus nunca habla. Supongo que con su peluche eso es normal. No tengo idea. Y no tengo tiempo de ir a preguntar, además de que es peligroso acercarse a Horus cuando habla, porque escucho la voz de una de las cuidadoras llamándonos para que vayamos al área de juegos.
Pero la sala de juegos es muy aburrida. Tiene un montón de juegos de fichas y cartas en los que no puedo participar. Y no quiero sentarme en el piso para ver cómo todos juegan sin mí, no es justo. ¿Por qué yo no puedo jugar como el resto? Yo no quiero esta habilidad, no me gusta, no la escogí. ¡No es justo!
Aquí estoy, de nuevo, sentado en la esquina mientras todos mis amigos juegan a quitar pedazos de madera de una torre. Todos ríen, pero para mí no es divertido en lo absoluto. Cruzo mis brazos, haciendo un puchero, mientras las carcajadas de mis amigos llenan el cuarto cuando el tonto de Path toma una ficha que no es y la torre colapsa frente a sus ojos. Un par de niños, Autum y Bastet, meten las manos para evitar que las piezas caigan, pero la torre les gana. Al final, las piezas están regadas por todo el piso y la mayoría de los niños las recogen.
Yo no puedo ayudarlos.
En la televisión que hay en el cuarto ponen una película para que los niños que no podemos jugar veamos, pero a mí no me gustan las películas de dibujos. ¡Ya soy un niño grande! Y ya la vi como un millón de veces antes. Es aburrido ver la misma película. Además de que las risas y gritos de todos no me dejan escucharla.
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ERROR: Artificial || Zodiaco
Ficción GeneralA los humanos siempre les gustó de sobremanera jugar a ser dioses, siempre estaban tentando a un mundo que no terminaban de comprender, obstinándose con tirar piezas mientras ignoraban el efecto dominó que desencadenaban. Era fácil, claro que lo era...