Puentes

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 El atardecer, un evento que pasaba a diario, sin excepción, algo hermoso de lo cual no necesitas tener o ser alguien distinguido para apreciar y aun así, tantos como Gorons, Gerudos, Orni, Hylianos y Zoras muchas veces no se tomaban el tiempo de verlo, ya sea por estar "ocupados" o por estar inmersos en sus problemas, y así, perdiéndose de algo realmente espectacular

El cielo estaba teñido con un color azul muy suave, el sol despedía una luz anaranjada por detrás de la lejana Montaña de la muerte, que por otro lado, la bóveda celeste estaba repleta de nubes por doquier, pareciendo pinceladas de un trazo, ya que, estaban muy difuminadas y que por debajo, en la cara que daba a Hyrule, todas las nubes sin excepción estaban doradas, reflejando la luz del sol, mirando hacia arriba, al cielo, en ese momento se pudo haber confundido con una obra de arte, con talvez la única diferencia de que las nubes se movían lentamente hacia el sur dando así un efecto mas enigmático a el ya de por si hermoso cielo

En esos momentos, me perdí completamente viendo al cielo, que junto con el silencioso viento que soplaba en mi rostro, solo me envolvía mas y así durante algunos minutos hasta que el resplandor dorado de las nubes se fue dispersando hasta un blanco opaco, y por unos momentos suspire internamente, aquella vista dorada había acabado y me provocaba un efecto casi nostálgico, no entendía muy bien porque, pero a diferencia de Prunia, a la cual le fascinaba ver aparatos, reliquias y cualquier proceso mecanizado, yo disfrutaba y me fascinaba ver procesos relacionados a la naturaleza, ver el pasto ondularse por el viento, los atardeceres y el alba y ver la rutina de los animales, todo aquello.. como decirlo.. salvaje, si, salvaje

En ese momento me aterre, rápidamente voltee hacia mi derecha buscándola, gracias a las diosas estaba allí, mirando todavía al cielo, sentada, en volviendo sus manos en sus piernas; por unos momentos había creído que al perderme viendo el cielo a Zelda le podría haber pasado algo malo, tal vez caerse del acantilado a nuestras espaldas, o que la hubieran secuestrado, me reprendí a mi mismo por no estar pendiente de ella, la volví a mirar, pero esta vez me miraba a mi, en silencio y una sonrisa, después de unos segundos dijo:

- No tienes de que preocuparte, yo también me perdí viendo el cielo

- Pero Zelda, usted debe de saber que mi deber es cuidarla y..

Ella se rio, una corta y linda risa que por alguna razón, hizo que mis hombros, antes tensos por la preocupación se relajaran y después Zelda dijo con una sonrisa:

- Te ves lindo preocupado ¿sabes?

Mi corazón se sintió como si lo hubiera golpeado directamente  ¿¿¿¡¡¡QUE!!!??? ¿Había dicho que? pareció reconocer mi cara y también cambio la suya casi al instante, se paro rápidamente y se tapo la cara, aunque por sus orejas completamente rojas estaba muy sonrojada, pero logro destaparse la cara y decir con un tono irónico (como intentando darse a entender):

- Trataba de decir que me alegra que te preocupes por mi, es todo, después de todo.. Es tu trabajo ¿No?

Rio de una forma muy forzada y prosiguió muy sonrojada y alterada, haciendo ademanes exagerados:

- No es que no seas lindo, nada de eso, al contrario, tu eres.. 

Pareció arrepentirse a media oración y dijo:

- Bueno, el caso es que es bueno que seas dedicado a tu trabajo ¿No?

Esto ultimo lo dijo aun mas nerviosa, sonrojada y exaltada; todavía atónito respondí:

- S-Si Zelda, es mi deber

Sonrió muy forzadamente(todavía sonrojada y con las piernas casi temblando) y aplaudió una vez para decir:

El Nuevo Reino [Zelink]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora