~ Décimo Séptimo

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— ¿Tienes todo lo necesario, cariño? — Hyunwoo preguntó, desde el umbral de la puerta de la cocina, secando la última taza que había lavado.

Hyungwon, por su parte, dejó de acomodar el grueso abrigo que el pequeño vestía esa mañana y luego se incorporó para verle mejor — Creo que si, ¿necesitas que compre algo cuando regresemos a casa? —  Preguntó, a su vez, tomando sus llaves del pequeño cuenco sobre el recibidor a su espalda.

El mayor le sonrió y negó suavemente con la cabeza, mientras terminaba de cerrar su taza térmica con café recién hecho. Tras haber terminado, recorrió el pasillo que los separaba y se unió a ellos dos, besando con gentileza la pálida mejilla de su pareja y luego acariciando con dulzura los cabellos ondulados del infante que buscaba aferrarse a su pantalón para evitar que se fuera a trabajar.

— ¿Nunu va con nodotro? Quedo juegad de nuevo a lo dinousaurod — Preguntó el pequeño, mirándole con esos ojitos brillantes que tanto les conquistaban, pero por más que quisieran esta vez no podría ser.

Agachándose, para quedar a su misma altura, Hyunwoo le sonrió a modo de disculpas — No puedo Honey, yo debo ir a trabajar y ustedes tienen que ir a clínica a ver a tu abuelita… — Al notar el prominente puchero que se formó en sus rojizos labios, el corazón del mayor como también de Hyungwon se arrugaron por la ternura, significaba mucho que el pequeño quisiera pasar tiempo junto a ellos.

— Nunu puede leerte un cuento cuando regresemos y jugar todo lo que quieras a los dinosaurios con él, ¿Qué te parece bebé? — Propuso entonces Hyungwon, mirando la tierna escena por encima de la amplia espalda de su pareja con una gran sonrisa en su rostro.

Jooheon le miró y sus ojitos se abrieron con emoción, aferrándose a la ropa del mayor y asintiendo con fuerza su cabecita, su juego favorito últimamente era el imitar los dinosaurios y chillar cuando Hyunwoo lo atrapaba, terminando ambos en el suelo riendo y "luchando". Hyungwon guardaba secretamente algunas fotos y videos cortos de esos momentos que le hacían sonreír al instante.

— Bien, es hora de ponernos en marcha, los alcanzaré a la clínica así no llegan tan tarde a su cita de hoy, ¿Bien? — Hyunwoo colocó el gorrito de lana gris sobre esos bucles oscuros y brillantes y luego tomó la manito del infante para llevarlo consigo al auto.

Hyungwon no dijo nada, tampoco necesitaba hacerlo, por lo que tomó su propio bolso y luego les siguió, cerrando la puerta principal con llave a su paso. Asegurando al pequeño en su asiento especial, emprendieron camino tranquilamente.

Bueno, todo lo tranquilo que podía estar teniendo en cuenta que, esta vez, Hyungwon conocería a la señora Lee.

Luego de tan tenso y difícil encuentro con la mujer, ella quiso volver a verlo, pero no a solas sino más bien con "Quien sea que se esté haciendo cargo ahora de él" como bien se expresó aquella tarde con el director. Al hablar con su supervisor, quien le contó esta conversación de la mujer, el castaño se sintió enfermo del estomago por los mismos nervios, en un principio se negó, pero no podía (Ni creía tener el derecho) de hacer eso y perjudicar este proceso para Jooheon, por lo que hoy debía cumplir, nuevamente, con su parte del trato.

[...]

— Ya puedes pasar, Hyungwonie — El doctor Wang le llamó, haciéndolo sobresaltar en el lugar por el susto momentáneo que le trajo a la tierra nuevamente.

Con movimientos apresurados, Hyungwon se puso en pie y acomodó mejor al, adormilado, bebé en sus brazos. Jooheon no pareció enterarse que se estaban moviendo, simplemente enterró aún más su rostro en el cálido cuello del castaño mientras éste recorría el pequeño pasillo e ingresaba al consultorio de su superior. Si, esta vez era una visita normal, sin vidrios especiales de por medio.

Serendipia || ShowhyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora