Serendipia || Showhyung

~ Décimo

Hyungwon frunció el ceño, buscando con la mirada alrededor del parque donde estaban hasta dar con la señora Kim, sonrió ligeramente y su vista descendió hasta el pequeño a su lado. Jooheon estaba aferrado a su mano para no perderse pero miraba a su alrededor, entretenido con la naturaleza que les rodeaba.

— Ven cariño, es por aquí — Le avisó gentilmente, tirando apenas de la unión de sus manos para continuar caminando los pocos metros que le faltaban hasta llegar donde las mujeres les esperaban.

La señora Kim, que también miraba a su alrededor, les vió acercarse y al reconocerlos sonrió con ternura — Oh, ya llegaron — Pronunció.

— ¡Jooheonie! — La adolescente, sentada a su lado, exclamó con emoción al ver al pequeño que corría a su encuentro.

Hyungwon se sobresaltó por un segundo cuando ya no sintió la presión en sus dedos y le vió alejarse pero luego sonrió cuando Jooheon se abrazó al cuello de la jovencita y comenzaba a balbucear cositas difíciles de entender y sin embargo, Naeun asentía y le respondía tranquilamente, siguiéndole la conversación.

— Buenas tardes, espero que no hayan esperado mucho por nosotros — Saludó el castaño, parándose enfrente de ambas y dando una reverencia sutil.

La anciana mujer movió una de sus manos en el aire, restándole importancia y luego chasqueó su lengua — Para nada, jovencito — Musitó, para luego girarse un poco hacia su nieta, acariciando la mejilla del infante cariñosamente — ¿Por qué no van a jugar con los demás niños mientras nosotros hablamos?

Naeun asintió y se puso de pie con el pelinegro en brazos, Jooheon se dejó llevar pero, al ver a Hyungwon, un pucherito se mostró en sus labios y estiró una de sus manitos en su dirección, la castaña lo notó y frenó en el lugar, un poco desconcertada.

El mayor sintió su corazón acelerarse al notarlo y se acercó para tomar su mano, besarla con ternura y decirle que estaba bien, que fuera a jugar. Aunque Jooheon no estaba muy convencido, al final terminó accediendo a separarse.

— Increíble… — Dijo la señora cuando se quedaron a solas, Hyungwon tomando asiento a su lado en el banco de madera — Jooheon suele ser un caprichoso pero haz hecho un increíble trabajo estos días, jovencito.

El castaño se encogió de hombros, la sonrisa aún se mantenía en sus labios — En realidad no sé bien porque, pero el pequeño se adaptó rápidamente a nosotros, supongo que debimos de agradarle o...

— ¿Nosotros? — Inquirió ella, con una mirada curiosa.

—Oh, mi pareja y yo, vivimos juntos así que… fue una sorpresa para ambos aunque supimos sobrellevarlo bien… — La anciana asintió, comprendiendo a qué se refería, pero entonces el menor continuó hablando — Bueno, al menos la mayoría de las veces… señora Kim — Le llamó, esta vez perdiendo su sonrisa, mientras buscaba su mirada — Verá… llevé a Jooheon a donde trabajo para que le hicieran una serie de estudios, también buscamos algún historial médico o algo que nos permita obtener más información de su familia y bueno… — Inconciente, jugaba con sus manos sobre el regazo.

— ¿Qué tan mal está él? — Preguntó repentinamente, era intuitiva o ella misma sospechaba de algo.

Hyungwon tomó aire y luego lo soltó lentamente antes de continuar, debatiendo mentalmente como decirlo — No tan mal, pero tampoco está del todo bien… — Y así, le comentó todo lo que había descubierto sobre el pequeño bajo esa atenta mirada de la anciana.

La señora Kim claramente mostró preocupación al escuchar las noticias del pequeño infante, y luego accedió a contarle un poco más sobre Jooheon que, aunque no fueran tan importantes o concretas, Hyungwon estuvo agradecido con ella, finalmente, le confesó sobre sus preocupaciones y temores al respecto.