~ Vigésimo Octavo

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Yeojoo ojeó una última vez los diversos papeles que sostenía sobre su escritorio, releyendo aquella petición de último momento que le habían mandado esta mañana a su oficina, antes de dar unos ligeros golpecitos contra la madera con los papeles y dejarlos sobre el mueble.

La pelinegra, entonces, alzó su atenta mirada y conectó con aquellos pares de ojos nerviosos e inquietos, impacientes esperando que ella dijera algo. Aligeró un poco el ambiente sonriendo y luego, hincando ambos codos relajadamente sobre el escritorio, habló con voz suave.

- Por sus caras, siento que trabajo en una funeraria y no en un estudio jurídico. Pueden relajarse un poco que lo que tengo que decirles no es tan malo.

La pareja intercambió una breve mirada y Yeojoo pudo ver cómo sus hombros se fueron destensando con el pasar de los segundos siguientes y luego, fue Hyunwoo quien tomó la palabra.

- Perdón Yeojoo, pero tu llamada nos tomó un poco desprevenidos y, dado que ya llevamos unos cuantos meses con esto, estamos un poco nerviosos por los resultados.

La abogada asintió levemente, sabiendo a qué se refería y su semblante se suavizó al ver sus manos entrelazadas, de manera discreta, en mitad de las dos sillas que estaban ocupando. "Se ven como la típica pareja de enamorados que se encuentran en los mejores dramas del momento" pensó, divertida con la comparación.

- Pues, déjenme decirles que el proceso va muy bien. Es más... - Agregó rápidamente, sonrió apenas - Podría decirse que lo más pesado ya ha pasado, solo faltan algunos permisos y procedimientos finales entre las partes jurídicas involucradas.

La pareja sonrió al mismo tiempo, intercambiando una mirada esperanzada. Yeojoo casi odió tener que continuar y amargar un poco sus pensamientos con lo siguiente qué les diría. Su rostro se endureció y soltó un cansado suspiro de frustración.

- Desgraciadamente, y gracias a que tu director jefe se comunicó repetidas veces con el centro de tránsito y distribución residencial de menores que se involucra con nuestro proceso, han pedido concertar una pericia psicológica vincular e individual con ustedes y el pequeño para la siguiente semana.

Hubo silencio en la habitación por unos segundos eternos antes de que Hyungwon, dubitativamente, expresara su preocupación.

- ¿De qué trataría exactamente esto? ¿Hicimos algo mal?

Yeojoo negó rápidamente con la cabeza y se hincó con fuerza sobre sus codos, señalando con un grácil dedo al castaño. - Para nada, es todo lo contrario. Ustedes han hecho todo correctamente.

Esta vez, quien respondió con confusión en su rostro y voz fue el moreno. - No estamos entendiendo la situación Yeojoo, ¿Podrías...

- Básicamente, las asistentes sociales quieren entrevistarles y ver cómo interactúan con Jooheon. Cómo reacciona él alrededor de ustedes y todas esas cosas. - Explicó, entonces. Relajó su postura y tomó, nuevamente, los papeles que antes había revisado. - Ellas tienen los archivos médicos y demás pruebas que me proveyeron a mi, no debería haber mayores problemas más que convencer al viejo de que ustedes son dignos de ser los padres del niño.

- Dios mio. - Exclamó con pesar el castaño, llevando su mano libre hasta su cabello para peinarlo hacia atrás en un gesto frustrado. - Ese hombre realmente no odia.

- Deberían hacerle una pericia psicológica a él, más que a nosotros. - Hyunwoo sonó tan honesto y, extrañamente, molesto que sorprendió a su pareja, quien le miró con los ojos ampliamente abiertos, y a la abogada, quien coincidió con él y rió por el arrebato.

[...]

Cuatro días después, la pequeña familia emprendió camino a mitad de la mañana de ese viernes para encontrarse con las asistentes y encargadas del lugar para llevar a cabo la dichosa pericia.

Serendipia || ShowhyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora