— ¿Wonnie? Cariño, despierta — La voz de Hyunwoo se escuchaba lejana y embotada entre los profundos sueños del castaño.
En un primer momento, prefirió ignorar los suaves llamados de su pareja para seguir durmiendo pero, al sentir dos tironcitos en sus dedos y una fuerte mano sacudiendo su hombro libre, se lo pensó mejor. Con el ceño contraído y pestañeando por la repentina luz, que atacó a sus ojos nada más abrirlos, Hyungwon se incorporó apenas sobre su costado y miró a su alrededor, ligeramente desorientado, hasta encontrarse con ellos
— Buen día, bello durmiente — Bromeó el moreno al verle ya despierto, con una tierna sonrisa en sus labios. Aún llevaba sus anteojos puestos y sus oscuros cabellos, húmedos por la ducha matutina, eran un lío divertido de mechones despeinados.
Hyungwon gruñó una especie de saludo por lo bajo, frotándose el rostro con una de sus manos para quitarse el sueño por completo. Una vocecita llamándole y un leve tirón a su otra mano le alertó, al mismo tiempo, que alguien más esperaba por sus saludos.
Se incorporó un poco más sobre sí y allí le vió. Jooheon sostenía, con ambas manos, varios de los dedos de su mano, que colgaba del borde del colchón en el que dormían, y le miraba desde debajo con esos grandes y adorables ojitos brillantes que te derretían el corazón.
— Wonnieee — El pequeño estiró la palabra con un cantito alegre al verle y luego sonrió feliz. Gesto que Hyungwon imitó y luego se acercó para besarle las mejillas con ternura, dándole los buenos días también — Desaiunooo — Volvió a decir, luego.
— Quizás tengamos que volver a calentarlo, Honey — Agregó el moreno, sentándose en el colchón, a su lado, mientras dejaba la toalla sobre sus hombros. Hasta el momento, Hyungwon no se había percatado que el mayor no llevaba camiseta, solo llevaba unos pantalones de estar por casa y se veía increíble, tanto que incluso no se resistió a robarle un beso corto pero lento.
— ¿Dormí demasiado otra vez? Perdón — Se disculpó al separarse, con una voz rota y ronca, para luego buscar sus propios anteojos de la mesita de noche para ponérselos — Tendrías que haberme despertado antes…
— Lo hicimos — Le aseguró, ampliando su sonrisa — Fue nuestro tercer intento, cariño — Hyunwoo peinó algunos cabellos rebeldes de su pareja — Al menos Honey ya no se asusta cuando no despiertas a la primera.
Hyungwon soltó una risita corta y luego pidió disculpas, avergonzado por su hábito de sueño pesado, agravado por los turnos dobles que había hecho durante estas semanas para conseguir tener días libres en navidad. Se quitó de encima las sábanas y luego se dirigió al baño para asearse y cambiarse el pijama antes de bajar pero, entonces, notó al infante siguiéndole los pasos con entusiasmo.
— ¿Quieres lavarte los dientes conmigo, Honey? — Le preguntó, con cierta diversión. El pequeño dudó por unos instantes, marcando un puchero pensativo en sus labios, pero finalmente accedió. Se le acercó con pasitos cortos y buscó una de sus manos para aferrarse a sus dedos.
— Bien, mientras ustedes hacen lo suyo, yo bajaré a revivir tu desayuno — Dijo el mayor, ya vestido y viéndoles desde la habitación con una sonrisa, para luego salir al pasillo y bajar las escaleras.
[...]Al escuchar varios pasos acercarse, Hyunwoo levantó su rostro del teléfono y esperó a que llegaran a donde él estaba.
— ¡Oh! ¿Le cortarte el cabello? — Preguntó sorprendido, notando que los tiernos bucles que caían con gracia del pequeño se veían algo más cortos — Puedo verle las cejas ahora — Bromeó.
Hyungwon rió, tomándolo en brazos para sentarlo en su sillita con cuidado para luego dejarle un besito sobre la coronilla de su cabeza antes de alejarse.
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Serendipia || Showhyung
Hayran KurguHyungwon es enfermero, con especialización en emergencias y catástrofes. Una noche, luego de un llamado inesperado que solicitan de su ayuda, regresa a casa con un pequeña y llorosa bolita bajo su abrigo. Su pareja Hyunwoo, quien le recibe al llegar...