~ Octavo

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— Hola, Cariño — Hyungwon sonrió al escuchar la voz de su pareja del otro lado de la línea cuando éste atendió la llamada.

— Nunu, ¿Estás disponible ahora? — Preguntó, mirando por sobre su hombro para ver si alguien venía por el pasillo en donde estaba arrodillado mientras consolaba al bebé.

Un breve silencio se generó antes de escuchar su respuesta — ¿Jooheonie está bien? — Hyunwoo sonaba en verdad preocupado, y eso entibió su corazón.

El castaño miró a su otro hombro, donde Jooheon posaba su lloroso rostro mientras se aferraba a su cuello — Si, lo está, tranquilo… — Sintió un suspiro aliviado del otro lado y luego siguió — ¿Podrías acercarte a la clínica y encargarte de él? Tengo que hablar con el director…

La respuesta no tardó en llegar, Hyunwoo seguramente había comprendido a que se estaba refiriendo — claro, estoy a quince minutos, ¿Está bien? 

— Bien, te… esperamos — Sintió una sensación extraña y cálida en su cuerpo al hablar en plural, sonriendo — Te amo, gracias.

— También te amo — Llevaban tanto tiempo juntos que estaba seguro que, del otro lado de la línea, Hyunwoo también estaría sonriendo.

Despidiéndose, Hyungwon cortó la llamada y luego guardó su celular en el bolsillo de su abrigo, con un leve movimiento, separó un poco al menor para verle mejor. Su pequeño cuerpo tenía ligeros espasmos pero su llanto ya casi había cesado, aunque el puchero de sus labios fuera muy intenso. Con cuidado de no sobresaltarlo, llevó sus manos hasta sus rojizas mejillas y secó los restos de lágrimas, dejando dulces caricias en su blanquecina piel.

Con ese gesto, Jooheon le miró con sus ojitos brillantes y sus manitas todavía aferradas a su ropa. Hyungwon le sonrió tiernamente al notar que estaba más tranquilo, y cuidadosamente, pasó sus manos alrededor de su pequeño cuerpo para cargarlo y erguirse nuevamente.

— Vamos Joo, iremos al baño un momento — Comenzó a caminar por ese pasillo hasta llegar a un sector más reservado de la clínica, sabiendo que estaría bien, ya que al parecer sus colegas debían estar enterados y por eso no mostraban asombro alguno de verle caminar con un infante en brazos. Mientras tanto, Jooheon miraba todo desde su hombro mientras murmuraba sonidos o palabras inentendibles.

Al ingresar a uno de los baños para uso del personal, Hyungwon se encargó de limpiarle el rostro con cuidado y luego, revisó su pañal. Lo hizo bajo la atenta mirada del pequeño que, en un repentino momento, llevó sus manitos hasta el rostro del castaño. Este le miró sorprendido por un instante, pero luego decidió tomarlas suavemente entre sus manos y se las llevó hasta sus labios para besarle con ternura y, rápidamente, terminó de cambiarle para que no tomara frío. Lo que el mayor no sabía era que, al verlo tan concentrado y con el ceño ligeramente fruncido, Jooheon intentó llegar hasta esas arrugas para borrarlas y que, de esa manera, Hyungwon no estuviera más triste. Como fuera, su gesto fue inesperado, pero había logrado que su corazón no se apretara tanto.

Jooheon parecía haber recuperado su buen humor, dejando de lado esa angustia que mostró durante la revisión de la pediatra, unos minutos antes. Bomi quiso intentar obtener la mayor información posible sobre Jooheon, probando acceder al pequeño en varios intentos que, en un principio, parecía funcionar. Sin embargo y con el pasar de los minutos, el bebé comenzó a sentirse realmente incómodo y, finalmente, sollozó que se detuvieran mientras pataleaba. Con su corazón chiquito y adolorido, Hyungwon se le acercó y lo tomó en brazos para mecerlo suavemente, calmandolo.

Ya regresando por otro pasillo y en dirección a la puerta principal, Hyungwon bajó la vista para ver al pequeño aferrarse a los dedos de su mano para caminar bien cerca y observando todo a su alrededor.

Serendipia || ShowhyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora