~ Vigésimo Primero

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— ¿No piensas hacer nada? — Murmuró el castaño, con la lengua un poco lenta y pesada por el vino, mirando al techo y luego a su costado.

Ambos se encontraban recostados en la cama que compartirían durantes esos días en la casa de sus padres, la antigua habitación de Hyunwoo. Pero ellos no estaban haciendo lo que… Hyungwon pensó que harían cuando el mayor le rodeó la cintura tiernamente en la sala.

El mayor le había ayudado a subir las escaleras cuidadosamente, y poco a poco, le quitó la ropa hasta dejarle con una simple camiseta y sus calzoncillos, pero entonces, simplemente le tapó gentilmente con las mantas y luego él también se adentró bajo ellas.

Hyunwoo le miró con su ceño ligeramente apretado por la confusión, acariciando con cuidado la frente del menor con sus dedos para peinar sus cabellos alborotados.

— ¿Qué quieres decir? Has tomado mucho vino, Wonnie… Ahora, a dormir — Dijo simplemente y luego se puso de lado para intentar dormirse, como si con eso la conversación finalizara.

Pero eso no es lo que quería ni pretendía Hyungwon.

Con un puchero enojado en sus jugosos labios, el menor de los dos tiró del hombro del mayor hasta dejarlo boca arriba sobre el colchón, y entonces pasó una de sus piernas por encima del cuerpo contrario hasta quedar a horcajadas sobre él, frotando así lentamente el trasero contra su regazo.

Ciertamente, no estaba ebrio siquiera, solo un poco achispado. Hyungwon se sentía estable y el alcohol solo le hacía sentir más desinhibido en situaciones como estas, donde generalmente, el castaño no estaría tan suelto. Con una pícara sonrisa en su rostro y una mirada enturbiada por el vino y el deseo, Hyungwon descendió lentamente para rozar los labios del moreno hasta retener el inferior con sus dientes, provocandole de manera lenta y tortuosa.

Su sonrisa se amplió cuando sintió las manos de Hyunwoo posarse tensamente sobre los huesos de su cadera, presionando su trasero aún más contra su, reciente, erección. Buscó sus ojos y en ellos vió el mismo deseo que él estaba sintiendo. Triunfante, unió sus labios en un lento y lujurioso beso, probando su sabor y luchando contra su lengua por dirigir aquel beso, dándole paso al moreno para profundizar su unión.

Desde que tenían a Jooheon viviendo con ellos, sus encuentros sexuales se habían reducido de manera considerable, ya que el pequeño ocupaba mucho tiempo de su rutina diaria, y además compartía su cama. Ocasionalmente, terminaban haciendo un encuentro rápido compartiendo la ducha, o simples trabajos manuales hacia el otro. Sin embargo, esto no resultó ser un impedimento en su relación, ya que alguna vez lo hablaron y el deseo mutuo seguía allí, pero llevaban meses sin poder disfrutarse sin prisas y devorarse el uno al otro como querían y sin interrupciones. Entonces, Hyungwon, en su momentáneo aturdimiento alcohólico, decidió que esta noche sería la noche.

— Wonnie, más despacio… Nos pueden oír.

— Al diablo, hoy voy a devorarte y lo sabes — Le ronroneó contra la garganta, mientras se quitaba la camisa de encima y se dedicaba a desprender salvajemente la del mayor.

Hyunwoo rió bajito por la ocurrencia de su pareja y, sosteniendo ambas manos con las suyas propias, probó sus hinchados labios una vez más, llevando los brazos contrarios hasta el cabezal de la cama.

— ¿Hoy tomarás el mando, cariño? ¿Vas a montarme? — Le provocó con una sonrisa, respirando sobre su rostro y entonando las palabras una octava más grave. Por último, elevó sus caderas para en un golpe certero que hizo jadear al menor, quien mordió rápidamente sus labios para evitar soltar el gemido que subía por su garganta.

Serendipia || ShowhyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora