Voz

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(N/A) Es un capítulo algo corto, pero irán alargándose. No me maten, por favor :)

Y escuchen la canción en multimedia (seguiré poniendo una para casi cada capítulo).

Gracias por leer 💖

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No sabe mal. Tampoco es que sea canela, pero por algo tiene que empezar, igual que todas las noches, aunque sea una bebida diferente.

Scorpius da un trago. Dos. Tres. Al cuarto ya le arde la garganta.

—Te digo que esta no es la vida para ti —le ha repetido incontablemente Albus. Algunas veces golpeando su pecho con un dedo, a veces agotado, a veces conteniendo las lágrimas.

Albus nunca llora de verdad. Quizá sea una de las razones por la que no lo entiende del todo, por la que no logra consolarlo. Aunque, si lo pone en perspectiva, Albus tiene la culpa de que viva así. Bueno, no del todo.

No es que Scorpius crea que se merece ese estilo de vida, o que le guste, ni mucho menos. Pero ayuda. Claro que agrava su salud, pero vale la pena.

«¿En serio?», pregunta una especie de consciencia. Scorpius no sabe de dónde salió, antes solía reprenderlo la voz de algún conocido, alguien que probablemente sí le diría lo que escuchaba. Pero ahora es más un pensamiento que una voz, más del tipo omnisciente. Pero alberga la inquietante sospecha de que tiene que ver con algo que solía ver. Ya no está seguro.

«Quizá sea el mismo alcohol», piensa con el poco raciocinio del que dispondrá esa noche, dándole más vueltas para alejarse del pensamiento original. «Aunque, de ser así, debería recomendarme beberlo más, no cuestionarse por qué lo hago o si está bien».

—¡Jo, niño! —exclama el viejo al otro lado de la barra—, volverse una cuba tres noches a la semana es pasable, pero hoy deberías tomártelo libre, buscar a alguien con quien comenzar el año.

Al llegar al bar rato antes, Scorpius había agradecido que el hombre abriera aún en Noche Vieja, pero ese sentimiento se va al caño cuando lo vuelve a escuchar llamarle «niño». Tiene veinticincoaños y le llama niño. Nadie le ha dicho «niño» más que ese tipo. Tal vez sólo irá al lugar donde toma los otros cuatro días si lo vuelve a llamar así, y si sigue vivo para el 2032, claro.

Scorpius debería hacerle caso. Al viejo, en no tomar más. A Albus, en no vivir así. A su padre, en buscarse un pasatiempo y dedicarle más atenciones a Arturo, su hijo.

Incluso estaría bien que se busque a alguien con quien pasar el rato como solía hacer. Alguien, en vez de algo, que lo ayude olvidar. Quizá, si lo sigue intentado, encontrará a la verdadera persona correcta.

Pero no esa noche.

—Es una ocasión especial, viejo —le contesta.

Un trago más.

Relatos con sabor a menta y canelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora